El intendente de Tigre suspendió la reunión de 17 jefes comunales que iba a encabezar esta noche. Quiere esperar la definición final del Gobierno nacional sobre la realización de las internas abiertas antes del miércoles, cuando inscribirá el frente, tal como anticipó La Política OnLine.
Sergio Massa suspendió la cumbre de 17 intendentes que iba a encabezar esta noche, en la que supuestamente podía dar una definición sobre su participación en las elecciones legislativas de este año.
Desde el entorno de Massa explicaron a LPO que el intendente se encontraba hoy en el cumpleaños de su hijo Tomás y que como la cumbre se iba a realizar después de ese evento familiar, los intendentes debían regresar a sus distritos en horas de la madrugada.
Pero esa fue sólo la excusa formal de la suspensión del encuentro. Massa está esperando que el Gobierno nacional dé una definición real sobre si se realizarán las primarias de agosto o no. En el entorno del intendente de Tigre siguen con las sospechas de que las primarias no se van a realizar y Cristina Kirchner juega al misterio con esa cuestión.
Massa no quiere revelar su jugada sin la certeza de que las elecciones serán en dos meses y no recién en octubre. En su entorno repiten que la campaña no será igual de aquí a dos meses que en cuatro.
Además, en el massimo esperan los resultados de una última encuesta que estaría lista mañana. Los intendentes mandaron a medir el impacto electoral que podría tener una boleta corta del Frente Renovador, sin la lista de diputados nacionales y sólo con los candidatos a concejales de cada municipio.
Construcción colectiva
Quienes están al frente de la organización de la cumbre son dos de los intendentes de máxima confianza de Massa, el de Olavarría, José Eseverri y el de San Miguel, De La Torre.
Pero lo cierto es que para tomar una decisión Massa no necesita una cumbre con los intendentes con los que habla constantemente. De hecho, se reunió ayer con los intendentes más allegados y eso no aportó ninguna definición.
Lo que busca el jefe comunal de Tigre es una puesta en escena que deje muestras de una construcción colectiva, basada en la gestión, que decante en su candidatura como un proceso natural.
Todo lo contrario a una construcción de carácter basada en una figura individual y de gran impacto mediático, como la de Daniel Scioli.
Rumores y nervios
Los rumores que corren por estas horas, y que se van revirtiendo constantemente con el pasar de las semanas, indican que Massa jugará personalmente en las elecciones de este año.
De La Torre confirmó esta mañana en Radio El Mundo la primicia de LPO, que adelantó que Massa inscribirá su Frente Renovador en la justicia electoral, herramienta que le permitirá competir en las elecciones legislativas si finalmente se decide a hacerlo.
Uno de los mayores indicios que alentó estos rumores es el notable nerviosismo que reina en las filas de Scioli ante la inminente posibilidad de que Massa anuncie su candidatura. Es que el gobernador bonaerense quedaría en el peor de los escenarios si el intendente de Tigre se presenta y gana la elección de diputados.
Por un lado, el candidato de Scioli, Francisco De Narváez, se perdería la oportunidad de derrotar nuevamente al kirchnerismo, otorgándole un triunfo por extensión al ex motonauta.
Y por otro, un triunfo de Massa lo alejaría a Scioli del lugar que creía seguro: ya no sería el candidato natural del peronismo para las presidenciales de 2015.
Los nervios por la indefinición de Massa también abarcan al kirchnerismo y al PRO. Cristina Kirchner ordenó que presionaran al intendente de Tigre para apurar su definición. Quien se habría encargado de llamar telefónicamente a Massa no sería otro que el hombre de máxima confianza de la presidenta, Carlos Zannini.
En el macrismo, en tanto, ven con preocupación un virtual juego en tándem entre Massa y Roberto Lavagna, el ex ministro de Economía que amagó con ser candidato a senador por la Capital en un frente con el PRO.
Los números que se manejan en la Capital indican que Lavagna tiene una imagen positiva de más del 60 por ciento y que si va de candidato, tiene un piso de intención de voto de 15 puntos.
Pero si va en un frente con Massa, el economista podría subir hasta 25 puntos y complicar no sólo a la oposición porteña que pelea por una banca en el Senado por la minoría sino al triunfo del PRO inclusive. (La Política OnLine).
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