Tras la denuncia penal presentada por la diputada del Frente Renovador Mónica López y el retiro del presidente del bloque de senadores del Consejo de Seguridad, el sciolimo busca una definición del propio Sergio Massa, que se pronuncie, para saber si son acciones individuales de los legisladores o un despliegue político del espacio.
Nada es gratuito en política, todo tiene un costo. Ahora en el sciolismo están sopesando alternativas para ver cuál será el camino a seguir y la relación que van a tener de acá para adelante con la principal fuerza de la oposición, el Frente Renovador.
Hay dos jugadas massistas, de los últimos días, que cambiaron las cosas en cuanto a las conversaciones que el sciolismo viene desarrollando con el espacio que lidera Sergio Massa. Conversaciones que también se extienden al presidente del Senado, Gabriel Mariotto, que nunca terminará de descubrir que poder ocupa, el lómense por momento se identifica como parte del Ejecutivo y por ratos se excluye de ese círculo.
La denuncia penal presentada en la Justicia platense por la diputada Mónica López y el abandono por parte del presidente del bloque de senadores del FR Jorge D’Onofrio son límites que el oficialismo bonaerense no está dispuesto a tolerar.
Cabe consignar que, en trance del tratamiento del presupuesto de la provincia 2014, hacia fines de 2013, fue el propio D’Onofrio el que denunció un “nuevo Pacto de Olivos” entre el radicalismo y el sciolismo para sancionar esa iniciativa. En rigor el oficialismo acorraló al massismo y por un momento parecía que con el acuerdo de la UCR iban a avanzar en la sanción de la Ley de Leyes. Pero no fue así.
Fue en esa circunstancias que aparecieron las conversaciones entre el propio Massa con Scioli y Mariotto, de las que también participa en ocasiones el propio Jefe de Gabinete Alberto Pérez y el agua no llegó al río, y efectivamente hubo “pacto”, pero no en Olivos sino en Tigre.
Así fue que, de un día para otro, el massismo en pleno prestó apoyo para la ley de leyes y en superficie se podía ver que el ahora massista, aunque histórico dirigente de los peronismos post restauración democrática del sur provincial, Damaso Larraburu alcanzaba un acuerdo sin mayores comentarios para sentarse, una vez más, en uno de los apetecibles sillones del Directorio del Banco de la provincia de Buenos Aires.
Pero eso fue sólo la superficie, el acuerdo democrático del massimo con el sciolismo para encontrar caminos de gobernabilidad entre oficialismo y oposición, fue un poco más allá e incluye cargos estratégicos en organismo de control o cuerpos colectivo de dirección de diferentes organismos. Por caso, dos diputados mandato cumplido, hoy reconocidos massistas, están ocupando cargos en la provincia, se trata de Tomas Hogan y Jorge Scipioni. Y la lista sigue.
Pero ahora el sciolismo está revisando ese entendimiento alcanzado a fines del pasado año. No obstante, todo parece estar en suspenso. No tiene certezas que efectivamente Massa haya sido el ideólogo del accionar tanto de López como de D’Onofrio. De ser así quieren ver los castigos.
Los casos tienen su particularidad, la diputada Mónica López dejó en suspenso la avanzada con el juicio político en la legislatura y puso primera con la denuncia penal. Además se considera que la diputada de Avellaneda tiene cierta entidad independentista dentro del espacio massista, con armado territorial propio y aspiraciones políticas importantes.
Pero el caso del senador D’Onofrio es diferente. El actual presidente de la bancada no tiene base territorial ni presencia política importante en región o distrito alguno, es líder parlamentario básicamente por el designio del propio Massa y no es el primer paso en falso del dirigente que ahora actúa como referente de Pilar.
Con la denuncia de corrupción, que hizo pública, mientras se estaba tratando la ley de creación de Policía Local, que ahora investiga la justicia de oficio, el bloque mostró sus grietas sin disimulo, y algunos entendieron que D’Onofrio había entendido el mensaje. Pero no.
Ahora, se juntó el viento y la tempestad. Preocupados por el espectáculo televisivo D’Onofrio aprovechó la chicana del presidente de la bancada de diputados del FpV, Fernando Navarro, para retirarse de la reunión del Consejo de Seguridad que unos días antes los propio diputados massistas habían reclamado que se convoque a través de la aprobación de una resolución en la Cámara joven.
Así las cosas el sciolismo ahora espera. Espera, básicamente, una señal del propio Massa para tomar decisiones. Será el FR una oposición “responsable” como se reitera en el discurso político o como se trata de una oposición “caprichosa” como advirtió hace algún tiempo parlamentario.com. (Parlamentario.com).
Hay dos jugadas massistas, de los últimos días, que cambiaron las cosas en cuanto a las conversaciones que el sciolismo viene desarrollando con el espacio que lidera Sergio Massa. Conversaciones que también se extienden al presidente del Senado, Gabriel Mariotto, que nunca terminará de descubrir que poder ocupa, el lómense por momento se identifica como parte del Ejecutivo y por ratos se excluye de ese círculo.
La denuncia penal presentada en la Justicia platense por la diputada Mónica López y el abandono por parte del presidente del bloque de senadores del FR Jorge D’Onofrio son límites que el oficialismo bonaerense no está dispuesto a tolerar.
Cabe consignar que, en trance del tratamiento del presupuesto de la provincia 2014, hacia fines de 2013, fue el propio D’Onofrio el que denunció un “nuevo Pacto de Olivos” entre el radicalismo y el sciolismo para sancionar esa iniciativa. En rigor el oficialismo acorraló al massismo y por un momento parecía que con el acuerdo de la UCR iban a avanzar en la sanción de la Ley de Leyes. Pero no fue así.
Fue en esa circunstancias que aparecieron las conversaciones entre el propio Massa con Scioli y Mariotto, de las que también participa en ocasiones el propio Jefe de Gabinete Alberto Pérez y el agua no llegó al río, y efectivamente hubo “pacto”, pero no en Olivos sino en Tigre.
Así fue que, de un día para otro, el massismo en pleno prestó apoyo para la ley de leyes y en superficie se podía ver que el ahora massista, aunque histórico dirigente de los peronismos post restauración democrática del sur provincial, Damaso Larraburu alcanzaba un acuerdo sin mayores comentarios para sentarse, una vez más, en uno de los apetecibles sillones del Directorio del Banco de la provincia de Buenos Aires.
Pero eso fue sólo la superficie, el acuerdo democrático del massimo con el sciolismo para encontrar caminos de gobernabilidad entre oficialismo y oposición, fue un poco más allá e incluye cargos estratégicos en organismo de control o cuerpos colectivo de dirección de diferentes organismos. Por caso, dos diputados mandato cumplido, hoy reconocidos massistas, están ocupando cargos en la provincia, se trata de Tomas Hogan y Jorge Scipioni. Y la lista sigue.
Pero ahora el sciolismo está revisando ese entendimiento alcanzado a fines del pasado año. No obstante, todo parece estar en suspenso. No tiene certezas que efectivamente Massa haya sido el ideólogo del accionar tanto de López como de D’Onofrio. De ser así quieren ver los castigos.
Los casos tienen su particularidad, la diputada Mónica López dejó en suspenso la avanzada con el juicio político en la legislatura y puso primera con la denuncia penal. Además se considera que la diputada de Avellaneda tiene cierta entidad independentista dentro del espacio massista, con armado territorial propio y aspiraciones políticas importantes.
Pero el caso del senador D’Onofrio es diferente. El actual presidente de la bancada no tiene base territorial ni presencia política importante en región o distrito alguno, es líder parlamentario básicamente por el designio del propio Massa y no es el primer paso en falso del dirigente que ahora actúa como referente de Pilar.
Con la denuncia de corrupción, que hizo pública, mientras se estaba tratando la ley de creación de Policía Local, que ahora investiga la justicia de oficio, el bloque mostró sus grietas sin disimulo, y algunos entendieron que D’Onofrio había entendido el mensaje. Pero no.
Ahora, se juntó el viento y la tempestad. Preocupados por el espectáculo televisivo D’Onofrio aprovechó la chicana del presidente de la bancada de diputados del FpV, Fernando Navarro, para retirarse de la reunión del Consejo de Seguridad que unos días antes los propio diputados massistas habían reclamado que se convoque a través de la aprobación de una resolución en la Cámara joven.
Así las cosas el sciolismo ahora espera. Espera, básicamente, una señal del propio Massa para tomar decisiones. Será el FR una oposición “responsable” como se reitera en el discurso político o como se trata de una oposición “caprichosa” como advirtió hace algún tiempo parlamentario.com. (Parlamentario.com).
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