Hoy y como todos los días, regresando a mi casa; sin sorpresa alguna, veo a don Moro sentado en la vereda... a su lado... su fiel y gran amigo Lobo.
Este hermoso can de color beige no dejaba de aullar ni por un sólo instante, lo que logró detenermey no poder preguntar lo que era una obviedad.
-Disculpe don Moro... que le sucede a su perro?... padece algún dolor físico?...-
Don Moro sin dejar de observar a su inseparable compañero me responde...
-Dígamos que se encuentra recostadosobre un clavo.-
-Sobre un clavo!!! -Exclamé sorprendida. -¿Y porqué permanece allí si le produce dolor?... No entiendo su actitud!!!-
Entonces con mirada cauta y la pasividad de un gran sabio don Moro me dice...
-Anita!!!... Para Lobo... el dolor de ese clavo... no deja de ser lo suficientemente incómodo para no dejar de quejarse... pero tampoco lo suficientemente doloroso para no poder levantarse!!!-
Ana Landi.
(De la edición gráfica de Punto Cero, del lunes 8 de setiembre de 2014).
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