El paso del tiempo afecta a todo nuestro organismo y esto se hace visible en la parte más expuesta de nuestro cuerpo: la piel.
El paso del tiempo afecta a todo nuestro organismo y esto se hace visible en la parte más expuesta de nuestro cuerpo: la piel. La nutrición interactúa con este proceso de envejecimiento en varios aspectos, ya que a medida que avanzamos en edad, las funciones corporales van declinando, aumenta la incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas, y aparecen carencias de nutrientes necesarios e indispensables debido al bajo consumo de ciertos alimentos.
La teoría más popular que explica el envejecimiento es la de los radicales libres, moléculas reactivas formadas dentro de las células que pueden oxidar las biomoléculas y así conducir a la muerte celular y al daño de los tejidos. Estas reacciones perjudiciales se producen sobre todo en los lípidos, que son los más susceptibles. El estilo de vida actual nos expone a una alimentación desbalanceada, el estrés y el sedentarismo, factores que contribuyen a la multiplicación de estos radicales libres. La buena noticia es que nuestro sistema tiene sus propias defensas naturales, los antioxidantes, que protegen de las agresiones a las células y neutralizan a las moléculas reactivas.
La Dra. Andrea Miranda, médica nutricionista y directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI), recientemente capacitó a médicos y cosmiatras en las jornadas internacionales Asia Pacífico en Santiago de Chile, desde el enfoque de la medicina orthomolecular aplicada a la estética. Esta terapia instaura el uso de sustancias naturales ‒aminoácidos, vitaminas, enzimas, antioxidantes, oligoelementos, ácidos grasos, entre otras‒ para el tratamiento y prevención de las enfermedades y de los procesos degenerativos del organismo.
Al respecto, la especialista explica que “por medio de nuestra alimentación podemos retrasar el envejecimiento cutáneo. Las frutas y las verduras son primordiales en nuestra dieta ya que son fuente de vitamina C y de oligoelementos; ambos actúan como cofactores de los fibroblastos, que son los que sintetizan el colágeno y la elastina”. Además, destaca la importancia de abordar los tratamientos estéticos desde una perspectiva integral: “En nuestras capacitaciones a profesionales de la salud y la estética, siempre hacemos hincapié en que los procedimientos antiage tienen mejores resultados y pueden ser más duraderos si el paciente incorpora, a través de la alimentación, los nutrientes que potencian sus efectos”.
A continuación, la Dra. Miranda brinda una lista de 10 alimentos antioxidantes que sería bueno incorporar para mantener la piel joven y saludable, al igual que el resto del organismo:
1) Nuez: es una buena manera de incorporar grasas buenas y contiene el doble de antioxidantes que cualquier otro fruto seco por sus altos niveles de polifenoles. Además suma minerales, vitaminas y calcio de origen vegetal.
2) Aceite de oliva: su consumo debe ser moderado porque es un ácido graso que aporta 9 kcal por gramo ‒una cucharada sopera al ras tiene 90 kcal‒, pero además de retrasar el envejecimiento, sus beneficios son múltiples. Al estar compuesto por ácidos grasos monoinsaturados, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (llamado habitualmente colesterol malo) y estudios detallan que con su consumo diario se nota una mejora en la digestión, el hígado y la vesícula biliar. Además, presenta micronutrientes con propiedades antiinflamatorias.
3) Té verde: es la variedad de esta infusión con menos sustancias estimulantes, pero abundante en catequinas y polifenoles, que actúan como antioxidantes. También es un excelente diurético para evitar la retención de líquidos producto de los vaivenes hormonales durante la época fértil de la mujer.
4) Tomate: es rico en licopeno, que le da su color rojo característico y es el responsable liberar electrones en la sangre que son captados por los radicales libres, lo que evita daño en las moléculas y las membranas celulares. También está compuesto por vitamina C, antioxidante esencial que colabora en la formación del colágeno y neocolagenesis, fundamental para tratar el envejecimiento y la flacidez de la piel.
5) Espinaca: este vegetal aporta fibras, vitaminas y minerales sin sumar calorías ni grasas. Contiene fitonutrientes, principalmente beta-caroteno y la luteína, poderosos antioxidantes. La vitamina B2 (riboflavina) que la compone complementa la actividad de la vitamina E en la protección contra los radicales libres, por ello se utiliza mucho en mesoterapia.
6) Arándano: tiene bajo contenido de azúcares y es la fruta con mayor poder antioxidante gracias a la antocianina que es la que le da su color azul característico y los polifenoles, que también actúan como prebióticos.
7) Champiñón: los hongos producen ergothioneina, una proteína que ofrece protección celular. Además, es fuente de selenio, mineral altamente antioxidante.
8) Atún: abunda en vitamina E, que protege a las células de las agresiones externas, y zinc, oligoelemento necesario para el sistema inmunitario y la división y el crecimiento de las células. Además, este alimento de origen vegetal aporta Omega 3 que también actúa contra la oxidación, tiene funciones antiinflamatorias y, entre otros beneficios, disminuye los niveles de triglicéridos y colesterol.
9) Pepino: Su cáscara contiene caroteno beta, lo que le aporta sus características antioxidantes, por lo que no se recomienda pelarlo. Además, es fuente de silicio, mineral que actúa sobre la piel, el cabello y las uñas y tiene propiedades diuréticas.
10) Cítricos: indispensables en la dieta si se quiere tratar la flacidez facial y corporal. Por su alto contenido de Vitamina C, cofactor de las células fibroblastos que son las encargadas de sintetizar el colágeno y elastina, contribuyen a la restauración de la firmeza y la juventud de la piel.
TIPS EXTRA
Tomar de 2 a 3 litros de agua diaria para mantener una piel hidratada y tersa;
Evitar los alimentos grasos ya que aumentan los radicales libres;
Evitar el consumo de alcohol y cigarrillos. (Asteriscos TV).
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