Durante el mes de junio el Ministerio de Salud de la Nación informó que 53% de la población argentina tiene exceso de peso en algún grado. Además, sostiene que se encuentra en aumento, por lo que el debate sobre una alimentación balanceada continua cobrando relevancia.
La nutricionista Lucía Molina, miembro de Halitus Instituto Médico, explicó que "para combatir esta problemática médicos y nutricionistas apelamos a la toma de conciencia de la importancia de llevar adelante una alimentación rica y balanceada, sin prescindir de ningún grupo alimentario".
"Cuando nuestra alimentación no es balanceada, y falta algún nutriente en particular por largos períodos de tiempo, nuestro cuerpo puede manifestarse de diferentes formas. Es importante que un profesional determine qué nutriente está faltando (a través de un examen físico o análisis de laboratorio) y cuál será el tratamiento a seguir", señaló Molina.
A modo de ejemplo podemos mencionar:
· Cansancio excesivo: este suele ser uno de los primeros síntomas de la anemia; la más común es por falta de hierro, pero también puede ser por falta de vitamina B12 o de ácido fólico. Se acompaña de palidez en labios y conjuntivas. La clave es ingerir más carnes (vaca, pollo y pescado) y acompañarlas con un cítrico.
· Piel, ojos y boca secos, orina oscura y de olor intenso: puede ser indicio de deshidratación. Es necesario verificar la cantidad de líquidos que se están consumiendo, y que no existan pérdidas grandes (sudoración, vómitos, diarreas).
· Pies y manos hinchadas: puede indicar retención de líquidos. Esto es frecuente en embarazadas cuando hay altas temperaturas. Disminuir la cantidad de sodio en la alimentación puede resultar beneficioso.
· Dificultad para ir al baño: puede haber varias causas, desde el bajo consumo de fibras y líquidos, o falta de actividad física. Incluir en la dieta más frutas con cascara y verduras de hojas verdes sobre todo.
· Dermatitis o alteraciones en la piel: puede deberse a múltiples factores, desde lo nutricional puede ser por deficiencias de vitaminas del complejo B. Deberán incluirse carnes (de vaca y pescado), frutas secas, legumbres, cereales integrales.
· Bocio: se traduce en un aumento de tamaño de la glándula tiroides que puede observarse en la parte anterior del cuello. Puede deberse a falta de yodo en la dieta. Este depende del contenido mineral del suelo, generalmente en zonas cerca al mar hay buena cantidad de yodo y en las zonas montañosas son más carentes. En Argentina la ley de fortificación de sal yodada la ha convertido en la fuente dietética de yodo.
· Caries frecuentes: puede estar indicando una falta de flúor en la dieta, sumado al alto consumo de azucares simples. Se deberá disminuir el consumo de golosinas y aumentar el consumo de flúor (a través del agua o pescados con la dieta y pastas dentales). Además de no olvidar una buena higiene bucal diaria. (Asteriscos TV).
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