La neumonía es una
infección del pulmón caracterizada por
la multiplicación de
microorganismos en el interior de los alvéolos, lo que provoca una inflamación con daño pulmonar.
En Argentina, la neumonía es la sexta causa de
muerte en general y la quinta causa en mayores de 60 años. La enfermedad se
desarrolla cuando un germen
infeccioso invade el tejido pulmonar, por tres vías distintas: por
aspiración desde la nariz o la faringe, por inhalación o por vía sanguínea. La
bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los
virus, el más frecuente es el de la gripe.
Las vías
respiratorias tienen mecanismos
de defensa que evitan que
lleguen bacterias al pulmón; sin embargo, esas defensas pueden
debilitarse por determinadas circunstancias y facilitar así que los gérmenes alcancen el pulmón y
produzcan infecciones. Algunos procesos que producen estas alteraciones
de los mecanismos de defensa son el consumo de tabaco, las
enfermedades pulmonares crónicas, el alcoholismo, la desnutrición, la diabetes, los problemas crónicos renales o hepáticos,
las alteraciones de nivel de consciencia y otras deficiencias de la inmunidad
(enfermedades oncológicas, VIH). También puede ocurrir que algunos gérmenes provengan
de otra región del organismo y alcancen el pulmón a través de la
circulación sanguínea.
Grupos
de riesgo
Las personas con mayor riesgo son los lactantes y
los ancianos. 36% de los pacientes que necesitan ser internados por neumonía en una terapia intensiva pueden llegar a fallecer por esa causa. En cambio, cuando
la neumonía es leve y no necesita internarse, no suele causar muertes. También se considera una de las principales causas de pérdida de días laborables. No existen estadísticas sucesivas que permitan saber si
la enfermedad se halla en alza o no, pero se considera uno de los principales problemas de salud pública.
Tipos de neumonía
La neumonía la dividimos en comunitaria,
cuando la persona que la padece es sana y la ha contraído en la comunidad,
mientras que la hospitalaria ocurre
cuando se ha contraído en el hospital. Esta última se produce por
gérmenes distintos que la comunitaria y suele producirse en personas que
permanecen internadas por períodos prolongados de tiempo en unidades de
terapia intensiva o que requieren ventilación mecánica.
Síntomas
Los síntomas son variables. Algunos casos
corresponden a una neumonía típica,
que consiste en la aparición en varias horas o entre 2 y 3 días de
tos con expectoración purulenta, en ocasiones con sangre, con dolor torácico y
fiebre con escalofríos.
Otras neumonías, llamadas atípicas, tienen síntomas
más graduales que consisten en décimas de fiebre, malestar
general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolor de
cabeza. La tos es seca, sin
expectoración, y el dolor torácico es menos intenso.
La mayoría de las neumonías tienen características
de ambos grupos. Si la neumonía es extensa o hay enfermedad pulmonar o cardiaca
previa, el paciente puede tener también dificultad respiratoria. Además, si los
gérmenes pasan a la circulación sanguínea puede conducir a una infección en
todo el cuerpo -un shock séptico-, con riesgo para la vida. En pacientes con
enfermedad avanzada, los síntomas pueden ser aún más inespecíficos, como
confusión, malestar general y alteración del nivel de conciencia.
Se suele producir con más frecuencia en los meses
invernales y coincidiendo con las epidemias de gripe.
Diagnóstico
En la consulta
médica, el médico evaluará según los síntomas mostrados y solicitará una
radiografía simple de tórax para confirmar el diagnóstico. Asimismo, solicitará
análisis de laboratorio, orina y conocer la
saturación de oxígeno en la sangre, de acuerdo con cada caso.
Prevención
Hay pocas medidas para
evitar la aparición de una neumonía. En
raras ocasiones se adquiere por un contagio de otra persona y las más
frecuentes se originan por gérmenes que habitan en nuestras vías respiratorias.
Puesto que muchas de las neumonías comienzan tras un proceso viral o gripal, la
vacunación anual antigripal es recomendable en las personas que pertenecen a
grupos de riesgo, así como la vacuna antineumocócica.
Asimismo, abstenerse de fumar, reducir el consumo
de alcohol y mejorar los hábitos higiénicos de limpieza oral y
dental también ayuda en la prevención de neumonía.
Tratamientos
El tratamiento básico y fundamental de
la neumonía es el uso de
antibióticos y, en caso de neumonía originada
por una gripe grave, antivirales.
Posibles consecuencias de la neumonía
La mayoría
de las neumonías no necesitan internación y mejoran con antibióticos y medidas
generales como reposo, hidratación, etc. Un 10% de las neumonías necesitan
internarse y algunas pueden ser graves, y no responder a pesar de que los
antibióticos sean los adecuados, ya que la curación también depende de la
capacidad de respuesta del paciente. Otras veces la persona mejora en forma
parcial y sufre complicaciones como el derrame pleural, es decir, coleccionar líquido
alrededor del pulmón como consecuencia de la infección. El recuperarse
totalmente de una neumonía toma tiempo, incluso se considera que se puede
tardar un mes en recuperarse totalmente de este cuadro.
Dra. Maria Eugenia Alais (MN 80229)
Servicio de
Neumonología del Hospital Alemán
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