La coagulación es la capacidad que tiene la sangre de formar coágulos y estos se producen en dos situaciones: cuando la sangre sale del árbol vascular, es decir, de las arterias y de las venas, la sangre se coagula para tratar de parar cuanto antes la hemorragia; es un mecanismo fisiológico, natural. Además, la sangre también se puede coagular dentro del corazón o dentro del árbol vascular (arterias y venas) por un mecanismo patológico, como respuesta a una situación anormal.
¿Qué es la fibrilación auricular?
La fibrilación auricular (FA) es el trastorno más frecuente del ritmo cardíaco, que provoca irregularidad de los latidos del corazón. Durante la FA, las aurículas (cavidades superiores) del corazón no bombean toda la sangre dentro de los ventrículos (cavidades inferiores) causando su acumulación. Cuando esto sucede, puede dar lugar a la formación de un coágulo en la sangre. Si una parte del coágulo se desprende y viaja hasta el cerebro, puede causar un accidente cerebrovascular (ACV).
Padecer FA significa que el corazón no está latiendo de forma irregular y que la sangre no está bombeando eficientemente como debería. Las contracciones de las aurículas del corazón se irregularizan, lo que puede conducir a un estancamiento de la sangre en el corazón y, potencialmente, a la formación de un coágulo. El coágulo puede viajar en conjunto con la sangre a medida que circula hacia otras partes del cuerpo. Si se queda atascado en las extremidades u órganos, se lo denomina embolia. Si el coágulo se atasca en un vaso sanguíneo del cerebro, el suministro de sangre se corta y no llega a esa parte del cerebro, de esta manera, se lo priva de oxígeno y de nutrientes esenciales.
¿Cuál es la relación entra la fibrilación auricular y el ACV?
Las personas con fibrilación auricular tienen un riesgo mayor de desarrollar coágulos en la sangre, lo que aumenta el riesgo de ACV hasta 5 veces. Los ACV relacionados con AF tienden a ser más graves que los relacionados con otras afecciones:
El primer accidente cerebrovascular es especialmente grave, con una mortalidad del 20% e incapacidad en el 60% de los casos
Se estima que ~50% de las personas que sufren un accidente cerebrovascular relacionado con la FA mueren al cabo de 1 año
Entre los sobrevivientes de la FA la recurrencia del ACV es más frecuente, y es más probable que el daño al cerebro sea más grave
Sin tratamiento anticoagulante oral, aproximadamente 1 de cada 20 pacientes con FA sufrirá un accidente cerebrovascular asociado a FA en un año
El tratamiento anticoagulante oral más eficiente puede reducir el riesgo de accidente cerebrovascular a sólo 1 de cada 100 personas por año, que es aproximadamente el mismo nivel de riesgo de personas sin FA
Anticoagulantes orales
“La FA es una arritmia cardíaca que se caracteriza por producir coágulos en una de las cavidades cardíacas. La persona que toma anticoagulantes reduce en 50% la posibilidad de tener un ACV, una hemorragia cerebral o de morir, comparado con una persona que no está anticoagulada”, indicó el Dr. Luciano Sposato, Neurólogo e Investigador de ACV.
“Los anticoagulantes orales son medicamentos que, entre otras cosas, se usan para prevenir la formación de esos coágulos en pacientes con FA ya que reducen la coagulación natural de la sangre y, de esa manera, se puede prevenir un ACV”, señaló Sposato.
El tratamiento anticoagulante reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en la FA porque reduce la capacidad de la sangre para formar coágulos, lo cual es una complicación importante en los pacientes con fibrilación auricular. Los antagonistas orales de la vitamina K (AVK) – warfarina/ cumarinas son uno de los tratamientos posibles.
Los AVK son eficaces cuando los pacientes se mantienen dentro de un adecuado margen terapéutico (RIN 2-3) durante la mayor parte del tiempo (60-70%). En los estudios clínicos, el riesgo de ACV se redujo en dos tercios y el riesgo de muerte, en una cuarta parte con estos fármacos.
Los AVK tienen limitaciones que dificultan a los pacientes mantenerse dentro de este estrecho margen terapéutico (RIN 2-3), lo cual resulta complicado e inconveniente en la práctica3:
• Lento comienzo y desaparición de los efectos
• Interacción con alimentos y bebidas
• Múltiples interacciones farmacológicas
• Estrecho margen terapéutico (RIN 2–3)
• Necesidad de controles regulares del RIN y ajustes de la dosis para mantenerse dentro del rango terapéutico.
Los pacientes que reciben Warfarina permanecen solo ~50% del tiempo dentro del margen terapéutico correcto. Cuando el control del RIN es deficiente, el beneficio que ofrecen los AVK es reducido.
Avances en la anticoagulación
Los últimos 10 años han visto un avance increíble en anticoagulación con la disponibilidad de los nuevos agentes anticoagulantes directos (NOAC). Es importante tener en cuenta que los NOAC ofrecen mejorías sobre los agentes más antiguos, como la Warfarina, ya que exhiben mejores resultados y con mayor seguridad.
Particularmente, Dabigatrán es un novedoso inhibidor directo oral reversible de la trombina, que bloquea de manera específica y selectiva la actividad de esta enzima (tanto libre como ligada al coágulo), la cual es central en la formación de coágulos (trombos). Dabigatrán tiene una serie de características que lo distinguen de la terapia tradicional:
ü No requiere monitoreo de coagulación de rutina o tiene dosis fijas
ü Efecto anticoagulante predecible y reproducible
ü Rápido inicio y término de su acción
ü Bajo potencial de interacciones medicamentosas
ü Sin interacciones comida-fármaco y dosificación independiente de comidas o restricciones dietéticas5
Asimismo, Dabigatrán es el primer y único anticoagulante oral de acción directa en disponer de un agente de reversión específico que permite actuar con rapidez y de manera eficaz en situaciones de emergencia, tales como cirugía de urgencia y sangrado severo.
Existe Idarucizumab, un novedoso fármaco de Boehringer Ingelheim que permite revertir de manera rápida y segura el efecto anticoagulante de dabigatrán en este tipo de situaciones con riesgo vital. Idarucizumab, actúa específicamente sobre la molécula de Dabigatrán, neutralizando su efecto anticoagulante, pero sin interferir en la cascada de coagulación. Esto permite que los médicos puedan centrarse en el problema médico esencial, es decir, en realizar la intervención de urgencia o controlar la hemorragia.
Según el estudio clínico de fase III RE-VERSE AD, se observó que Idarucizumab normalizó inmediatamente los parámetros de coagulación tras su administración en más del 98% de los pacientes.
¿Cómo es vivir anticoagulado?
El paciente anticoagulado es un paciente crónico, ya que sufre una enfermedad crónica, como puede ser:
- La alteración del ritmo cardíaco (principalmente fibrilación auricular)
- La presencia de prótesis mecánicas en el corazón.
- Una alteración genética, etc.
- Cualquier enfermedad a la que se asocia un riesgo de trombosis.
El paciente anticoagulado es un paciente crónico porque su tratamiento anticoagulante modifica la coagulación, incrementando con ello la gravedad de las hemorragias. El tratamiento anticoagulante evita que la persona enferma sufra la formación de trombos dentro de los vasos sanguíneos y la aparición de embolias, si el trombo se desprende y viaja. (Asteriscos TV).
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