El cáncer de piel es la forma más frecuente de cáncer. Cada año, se diagnostican más de 3,5 millones de casos nuevos en más de 2 millones de personas en Estados Unidos. Los principales tipos de cáncer de piel son tres: carcinoma basocelular (también llamado carcinoma de células basales); carcinoma espinocelular (también llamado carcinoma de células escamosas); y melanoma.
El melanoma se caracteriza por el crecimiento descontrolado de las células que producen los pigmentos1. Si bien no es el cáncer de piel más frecuente, es uno de los más agresivos. Este tipo de cáncer puede originarse en un lunar preexistente o sobre piel previamente sana. Suele aparecer en zonas del cuerpo expuestas al sol, ya sea en forma crónica, como cara, cuello, escote, antebrazos y dorso de las manos, como en aquellos sitios donde la exposición solar es aguda e intermitente (típica de las vacaciones).
En las mujeres, el sitio de aparición más frecuente son las piernas y en los hombres el torso (pecho y espalda). No siempre se originan en la piel, también pueden hacerlo en mucosas respiratorias, genitales o digestivas, bajo las uñas o en el ojo2. Muchas veces estas lesiones las diagnostican podólogos, peluqueros u odontólogos, según la localización.
Se encuentra en aumento
Según datos globales, la incidencia del melanoma se encuentra en aumento. Si bien esto ocurre por varias razones, fundamentalmente la triste asociación entre bronceado y belleza o salud, motiva a la gente a exponerse al sol en forma excesiva. El envejecimiento de la población (mayor expectativa de vida) y el agujero de ozono en algunas áreas del planeta también son responsables del aumento de casos. Si bien en nuestro país los datos sobre nuevos casos por año no son precisos, es probable que siga la tendencia global, es decir, que se hallen en aumento. Se diagnostican por año más de 1.400 nuevos casos, lo que representa el 1,3% de los nuevos casos de tumores malignos. Se calcula que anualmente fallecen en Argentina 574 personas a causa del melanoma3.
La detección temprana es clave
la detección temprana de esta enfermedad es clave ya que es posible curar un paciente mediante una simple intervención quirúrgica cuando el melanoma es diagnosticado en etapas iniciales. Para la detección temprana es muy importante el autodiagnóstico, que puede realizarse siguiendo la regla del “ABCDE”4, para evaluar los lunares y manchas de la piel, teniendo en cuenta:
El alfabeto del melanoma
- “A”: la Asimetría de las lesiones (lunares, pecas), las dos mitades no deben ser asimétricas.
- “B”: los bordes, que no sean irregulares;
- “C”: la multiplicidad de colores que exprese o la variación de los mismos con el paso del tiempo;
- “D”: el diámetro; es decir que el tamaño no sea mayor a 6 mm.
- “E”: la evolución; es decir, verificar que no hayan cambiado en tamaño o apariencia, o que presenten sangrado o picazón.
Cuando una persona tiene muchos lunares o pecas y le es muy difícil el auto-examen, sugerimos también consultar cuando una de las lesiones se ve diferente, como el “patito feo”.
Se recomienda al menos un autoexamen mensual, sin ropa y frente a un espejo de pared o ayudándose con un espejo de mano para acceder a las zonas menos visibles5. La identificación de una lesión sospechosa debe motivar una consulta con un especialista (dermatólogo). La detección precoz es fundamental ya que este tumor a medida que se desarrolla tiene más tendencia a diseminarse a distancia, lo que denominamos metástasis.
Los individuos de piel, cabello u ojos claros, así como aquellos con múltiples pecas o lunares tienen mayor tendencia a desarrollar daño solar y cáncer de piel debiendo extremar los controles y las precauciones recomendadas. Cuando el diagnóstico se realiza en forma tardía (por ejemplo, cuando se extendió a otros órganos) el pronóstico es reservado.
Tratamientos innovadores
Gracias al avance de la ciencia, existen en la actualidad tratamientos innovadores como nuevas inmunoterapias y blancos moleculares que han mejorado sensiblemente las posibilidades de tratamiento de los pacientes con enfermedad avanzada. En el caso de las inmunoterapias, el mecanismo de acción se basa en “activar” al sistema inmunológico para luchar contra las células malignas, intentando conseguir remisiones prolongadas de la enfermedad.
De todos modos, más allá de las buenas nuevas, lo ideal sigue siendo prevenir el melanoma realizando una exposición solar responsable, usando ropa adecuada y -protectores solares. El uso de camas solares también está asociado a un aumento en la chance de padecer cáncer piel, inclusive melanoma.
El 23 de mayo de cada año se conmemora el Día Mundial del Melanoma, con la intención de generar conciencia sobre esta enfermedad. Es una excelente oportunidad para recordar las medidas de prevención primarias, las que tomamos para disminuir el riesgo de enfermedad, o secundarias, aquellas dirigidas a mejorar el diagnóstico precoz. La Fundación de Cáncer de Piel recomienda estas prácticas para prevenir esta enfermedad6:
- Buscar la sombra, sobre todo, entre las 10 y las 16
- Evitar las quemaduras de sol
- Evitar el bronceado y las camas de bronceado UV
- Cubrirse con ropa, incluido un sombrero de ala ancha y gafas de sol anti-rayos UV
- Aplicarse, cada día, crema solar de amplio espectro (UVA/UVB) con un factor de protección (SPF) igual o superior a 15. Para pasar varias horas realizando actividades al aire libre, utilizar una crema solar de amplio espectro resistente al agua con un SPF igual o superior a 30.
- Aplicar 1 onza/28 gramos (2 cucharadas) de crema solar por todo el cuerpo 30 minutos antes de salir. Volver a aplicar cada dos horas, después de nadar o sudar con profusión
- Mantener a los recién nacidos alejados del sol. Las cremas solares solo pueden aplicarse a niños de más de 6 meses de vida
- Realizar, cada mes, un autoexamen de nuestra piel, de la cabeza a los pies y consultar a un especialista ante lesiones sospechosas.
Quisiera recordar en este día el papel de la investigación en los tratamientos oncológicos. La gran mayoría de los adelantos logrados se consiguieron por medio de los pacientes que colaboraron participando en ensayos clínicos, gracias a los cuales los tratamientos fueron mejorando, pudiendo conseguir la cura, la prolongación de la vida y/o la mejoría de la calidad de vida en otros casos.
* Dra. Gabriela Cinat: Médica Oncóloga Instituto de Oncología Ángel Roffo. M.N. 70945.
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