En otro signo de la crisis los consumidores pefieren reducir su consumo y así evitar endeudarse. Los de menos ingresos pasaron del 85% a 92% de la cartera.
Cuando el bolsillo aprieta los consumidores "tarjetean" para así salir del agujero momentáneo y estirar los pagos. Pero, frente a la crisis, los plásticos también entraron en recesión.
La gente está tratando de gastar en menos cantidad de bienes con la tarjeta de crédito para achicar sus niveles de endeudamiento: privilegia la cancelación de deuda antes que el consumo”, sintetizó el CEO de Notibancos, Gustavo Giraldez, el diario El Cronista.
Según los datos oficiales y aportados por las propias emisoras, un informe de Notibancos reveló que hasta fines de marzo pasado en la Argentina circulaban, en total, unos 28 millones de plásticos: 17,5 millones de tarjetas de crédito abiertas (de entidades financieras) y 10,5 millones de tarjetas cerradas (de entidades no bancarias).
“Esto denota una contracción del mercado, que venía aumentando año tras año (a un ritmo de entre el 15% y el 30% anual, desde la salida de la crisis). La disminución alcanzó el 4% el último año, sobre todo en las entidades financieras”, explicó el estudio.
Esa proporción supone una baja de al menos 1.160.000 plásticos en comparación con igual período de 2008: por una caída de un 7,89% en las tarjetas de entidades financieras, y un avance de 4,76% de las correspondientes a “no financieras”.
“Notamos al cliente más precavido, más analista a la hora de tomar una decisión en lo que tiene que ver con los compromisos de largo plazo”, explicó a El Cronista el gerente de Marketing del Citi, Alejandro Powell.
El banquero reconoció “una meseta” en la evolución de la cartera, a pesar de que advirtió que, al menos en su banco, hoy no están viendo una contracción: “Hemos notado que el crecimiento es menor. Pero, en nuestro caso, las estrategias promocionales mantienen un consumo que no llega a lograr el ritmo de crecimiento del año anterior, y que al menos evita una reducción”, agregó.
Para Giraldez, hubo varios factores que produjeron el parate en todo el sistema: por un lado, el hecho de que “algunas entidades dieron de baja una gran cantidad de cuentas inactivas”; y por el otro, que las crisis doméstica e internacional redujeron la demanda de los clientes “por temor a no poder hacer frente a los costos del crédito” e incrementaron “las restricciones impuestas por los bancos en el otorgamiento de estos productos”.
En los últimos doce meses se percibió un fuerte aumento en los costos de financiamiento: del 30% en las tasas de interés (del 27,44% al 35%); del 15% en gastos administrativos y del 17% en renovación. Lo que cayó: el seguro de vida, un 7%.
El estudio revela, además, una fuerte preponderancia de Tarjeta Naranja en el sector, que hoy llega a tener el 13,30% del market share a nivel nacional (ver infografía). Detrás le siguen: el Santander Río, con 7,58%; el Galicia, con 5,66%; el Citi, con 4,42% y el HSBC, con 4,3%.
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