(Asteriscos Tv). La prudencia, una de las primordiales virtudes siempre cultivadas por la Iglesia, se impondrá entre la mayoría de los obispos en los días que quedan hasta las elecciones con el objeto de no enrarecer aún más una campaña teñida de ambigüedades y agresiones.
En lo que se refiere a eventuales pronunciamientos orgánicos, el Episcopado –comandado por el cardenal Jorge Bergoglio- optará por mantenerse al margen en procura de no verse involucrado en la contienda del 28 de junio próximo.
Ocurre que ante la confusión reinante, basada esencialmente en candidaturas falsas, los más altos referentes eclesiásticos entienden que cualquier mensaje puede ser leído con la clara intencionalidad de influir en el electorado, en especial en contra del gobierno nacional.
Es conocido el pensamiento que el matrimonio presidencial tiene sobre la figura del arzobispo porteño, así como el protagónico rol que ejerce el purpurado sobre algunos dirigentes de la oposición como Gabriela Michetti o Elisa Carrió.
En tiempos en los que se incrementa el desencuentro verbal, las sospechas de fraude se agitan y la salud institucional se vapulea, los obispos entienden que el mejor aporte que pueden hacer es el silencio.Pero no el silencio del mutismo. Es probable que haya pronunciamientos individuales, tal como sucedió en los últimos días existió con el obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano.
Y es más probable aún que, una vez despejada la incertidumbre que generan las urnas, el Episcopado emita algún documento que tenga por objeto apuntalar la realidad nacional a partir del 29 de junio. Tal vez, la tarea más compleja.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario