Los cobistas ya no cuentan con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Para los alfonsinistas es un tema menor porque, consideran, la aceptación de su líder le asegurará una buena performance a cualquiera que acompañe su boleta. El temor a perder un electorado clave, el rol de Stolbizer y las tentaciones de pactar con el peronismo.
Cuando quedan ocho meses para definir las listas que competirán en la interna abierta del 14 de agosto, el radicalismo no tiene un candidato firme para la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
La UCR quedó virtualmente atomizada en la pelea que libran Julio Cobos y Ricardo Alfonsín para definir quien es el candidato presidencial del frente que el partido conforme con otras fuerzas. El forcejeo terminará recién en la primaria, ya que el mendocino avisó que prefiere llegar a esa instancia a definir todo en una interna cerrada y el diputado aceptó el reto.
Pero para ese día ninguno sabe como completará su boleta en la provincia de Buenos Aires, donde vota el 40% de los electores del país, cuya conducta es crucial para cualquier contienda nacional.
Muy distinta es la situación del kirchnerismo, que además de la opción de reelección de Daniel Scioli tiene a varios ministros nacionales anotados para competir en tierra bonaerense (Amado Boudou, Florencio Randazzo, Aníbal Fernández y Alicia Kirchner) Y también es diferente el escenario del peronismo federal, que cuenta entre sus filas a Francisco De Narváez, con alta aceptación en la provincia de Buenos Aires.
Mientras para el cobismo es un problema no contar con una carta bonaerense competitiva, para el alfonsinismo es un tema menor. “Es donde Ricardo mejor mide, por lo que cualquiera que pongamos va a andar bien. Si es necesario postulamos a (el presidente del Comité Provincia Miguel) Bazze”, graficó a LPO uno de sus operadores.
Los adeptos al vicepresidente no lo piensan así: “Para ganar la elección nacional necesitas cerca de 30 puntos en la provincia de Buenos Aires y eso no ese fácil de garantizar. Si Alfonsín se hubiera postulado, sería otra cosa”, se lamenta un diputado que camina con Cobos el interior bonaerense.
Cuando Alfonsín comenzó a sondear la idea de apostar a la presidencia los cobistas promovieron como posible gobernador al intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Calculador, el jefe comunal ya avisó que no pondrá el cuerpo en semejante contienda, donde las posibilidades de que un no peronista triunfe son escasas por el decisivo voto peronista del conurbano, donde se concentra el 70% de los electores bonaerenses.
Sin Posse, los cobistas sólo cuentan con la opción de Margarita Stolbizer, pero la líder del Gen ya avisó varias veces que no quiere volver a competir en su provincia, donde en la elección legislativa del año pasado superó el 20% de los votos.
Para conservar ese apoyo, algunos operadores del vice especulan con ofrecerle acompañarlo en una fórmula, ante la cada vez más lejana posibilidad de contar con el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, más cerca de Alfonsín.
Otros, sólo entre ellos sueñan con confluir de alguna manera con De Narváez, que tiene el problema inverso a su jefe: no encuentra un candidato a presidente que le garantice el triunfo.
Los cobistas miran con lupa mediciones del empresario en cada rincón de la provincia y, como jugada de último recurso, algunos hasta piensan en un pacto en las sombras, con entre de boleta cortada, como el año pasado hicieron en algunos pueblos.
(Fuente: La Política OnLine).
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