La división entre los seguidores de Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti es cada vez más insalvable. El ministro Esteban Bullrich, afirmó que en el conflicto de las escuelas "falló la comunicación", lo que se interpretó como una crítica al michettista Marcos Peña. Frente a esto, le responden reclamándole que renuncie a su banca de diputado, cuya licencia vence hoy.
“Sólo nos equivocamos en comunicar mal el plan. Nuestra reacción no vino por las tomas. Ya veníamos trabajando, pero lo comunicamos mal”. La respuesta que no dejó lugar a dudas pertenece a Esteban Bullrich, ministro de Educación porteño y se la dio a diario Clarín cuando se le preguntó por la autocrítica respecto del conflicto en las escuelas porteñas que ya lleva 23 días sin resolución. Quienes conocen al dedillo las internas dentro del PRO no dudan y le aclararon a La Política Online: “Esto es un tiro por elevación a Marcos Peña, Esteban se siente cercado y pega para todos lados, se está quedando solo”.
Peña, secretario general de la Ciudad y encargado tácito de la comunicación dentro del gobierno porteño, protagonizó hace una semana un episodio de teléfonos descompuestos con el Jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, cuando casi al mismo tiempo difundieron cifras distintas respecto al cuestionado presupuesto educativo.
Para Bullrich, más allá de la convicción de la motivación política detrás de las ocupaciones; si los chicos hubiesen estado bien informados, no se hubiesen “enganchado en cualquiera”. Desde el ministerio dejan traslucir su encono y señalan un hecho que consideran sugestivo "uno de los medios que más nos pega es La Nación, que tiene línea directa con Marqueitos", aunque admiten que "tampoco podemos pretender que la culpa de este cuento de la buena pipa sea toda de Marcos”.
El enfrentamiento entre ambas “promesas” PRO, no es nuevo. Peña fue defensor a ultranza del ahora falto de mérito y ex ministro Mariano Narodowski, compartieron trabajos y visiones en común y por eso, jamás vio con buenos ojos el desembarco del primo segundo de Patricia Bullrich en esa repartición. “Nunca estuvo de acuerdo y además, el quería ese puesto para si mismo”, confió a LPO un operador político cercano a Gabriela Michetti, la defensora de Peña.
Antes de que Andrés Ibarra, ex subsecretario de Administración del ministerio, saliera de su cargo, Bullrich y el hombre de Boca Juniors tuvieron una convivencia donde la desconfianza era el sentimiento mutuo. “La desconfianza de Esteban a Andrés era tal que, mientras Ibarra no dejó el cargo, no se ejecutó un solo peso del presupuesto”, confiaron a LPO dos fuentes vinculadas al armado político y al ex ministro Narodowski.
Más allá del recelo, a Rodríguez Larreta le hizo ruido que Bullrich sonara fuerte como vice de la candidatura de Michetti y frenó partidas presupuestarias en desmedro de los planes de obras que hoy se reclaman.
Larreta es, desde el escándalo por las escuchas ilegales, la cara visible de la gestión porteña y debe poner paños fríos cerca de los acólitos de Gabriela Michetti, alegres por la unción de su jefa como sucesora natural en la continuidad del poder pero molestos porque sienten que “en la legislatura se quedaron sin nada”. El mismo Jefe de Gabinete admite a sus íntimos que existe una suerte de paz armada con Gabriela hasta el año entrante y que luego viene la interna.
A esta lucha de poder que hoy por hoy perjudica a Bullrich, también se sumaron desde el duhaldismo, decididos a ganar terreno en la ciudad. Una estrecha colaboradora del movimiento afirmó que lo que se vive esta relacionado con una situación pre electoral: “No se sabe si Mauricio va a llegar a pelear la presidencia por todos los reveses judiciales que se le vienen. Larreta, Santilli y el mismo Bullrich quieren ser los sucesores aunque Esteban está más que dispuesto a ser el vicejefe de Michetti”.
La banca vacía
“Sólo nos equivocamos en comunicar mal el plan. Nuestra reacción no vino por las tomas. Ya veníamos trabajando, pero lo comunicamos mal”. La respuesta que no dejó lugar a dudas pertenece a Esteban Bullrich, ministro de Educación porteño y se la dio a diario Clarín cuando se le preguntó por la autocrítica respecto del conflicto en las escuelas porteñas que ya lleva 23 días sin resolución. Quienes conocen al dedillo las internas dentro del PRO no dudan y le aclararon a La Política Online: “Esto es un tiro por elevación a Marcos Peña, Esteban se siente cercado y pega para todos lados, se está quedando solo”.
Peña, secretario general de la Ciudad y encargado tácito de la comunicación dentro del gobierno porteño, protagonizó hace una semana un episodio de teléfonos descompuestos con el Jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, cuando casi al mismo tiempo difundieron cifras distintas respecto al cuestionado presupuesto educativo.
Para Bullrich, más allá de la convicción de la motivación política detrás de las ocupaciones; si los chicos hubiesen estado bien informados, no se hubiesen “enganchado en cualquiera”. Desde el ministerio dejan traslucir su encono y señalan un hecho que consideran sugestivo "uno de los medios que más nos pega es La Nación, que tiene línea directa con Marqueitos", aunque admiten que "tampoco podemos pretender que la culpa de este cuento de la buena pipa sea toda de Marcos”.
El enfrentamiento entre ambas “promesas” PRO, no es nuevo. Peña fue defensor a ultranza del ahora falto de mérito y ex ministro Mariano Narodowski, compartieron trabajos y visiones en común y por eso, jamás vio con buenos ojos el desembarco del primo segundo de Patricia Bullrich en esa repartición. “Nunca estuvo de acuerdo y además, el quería ese puesto para si mismo”, confió a LPO un operador político cercano a Gabriela Michetti, la defensora de Peña.
Antes de que Andrés Ibarra, ex subsecretario de Administración del ministerio, saliera de su cargo, Bullrich y el hombre de Boca Juniors tuvieron una convivencia donde la desconfianza era el sentimiento mutuo. “La desconfianza de Esteban a Andrés era tal que, mientras Ibarra no dejó el cargo, no se ejecutó un solo peso del presupuesto”, confiaron a LPO dos fuentes vinculadas al armado político y al ex ministro Narodowski.
Más allá del recelo, a Rodríguez Larreta le hizo ruido que Bullrich sonara fuerte como vice de la candidatura de Michetti y frenó partidas presupuestarias en desmedro de los planes de obras que hoy se reclaman.
Larreta es, desde el escándalo por las escuchas ilegales, la cara visible de la gestión porteña y debe poner paños fríos cerca de los acólitos de Gabriela Michetti, alegres por la unción de su jefa como sucesora natural en la continuidad del poder pero molestos porque sienten que “en la legislatura se quedaron sin nada”. El mismo Jefe de Gabinete admite a sus íntimos que existe una suerte de paz armada con Gabriela hasta el año entrante y que luego viene la interna.
A esta lucha de poder que hoy por hoy perjudica a Bullrich, también se sumaron desde el duhaldismo, decididos a ganar terreno en la ciudad. Una estrecha colaboradora del movimiento afirmó que lo que se vive esta relacionado con una situación pre electoral: “No se sabe si Mauricio va a llegar a pelear la presidencia por todos los reveses judiciales que se le vienen. Larreta, Santilli y el mismo Bullrich quieren ser los sucesores aunque Esteban está más que dispuesto a ser el vicejefe de Michetti”.
La banca vacía
Julian Obiglio, experto en derecho empresario y miembro fundador de Recrear con López Murphy, está alejándose de los modales decorosos que aprendió en el colegio Champagnat. También cercano a Peña, vino a aportar la gota que le faltaba al vaso de Bullrich. Desde su oficina de prensa señalaron a LPO que hoy se vencen los 6 meses de licencia en Diputados que Bullrich pidió para asumir en el ministerio y que este evita una definición sobre el tema, lo que impide la asunción del próximo en la lista, que es Obiglio. “A lo mejor no se siente seguro de su continuidad en el ministerio y planea volverse a la Cámara”, dejó entrever una fuente del Congreso nacional.
Mientras Obiglio sigue esperando para asumir la banca vacía que retiene el ministro, ocupa su tiempo en trabajar para unir las agendas de PRO y el Peronismo Federal para 2011 y preparar nuevos equipos técnicos para un posible gobierno del PJ macrista.
Al mismo tiempo, los sectores del PRO, se alejan cada vez más mientras el “estudiantazo” renueva fuerzas con el respaldo de la Fuba que tomó la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA luego de una masiva asamblea.
Mientras Obiglio sigue esperando para asumir la banca vacía que retiene el ministro, ocupa su tiempo en trabajar para unir las agendas de PRO y el Peronismo Federal para 2011 y preparar nuevos equipos técnicos para un posible gobierno del PJ macrista.
Al mismo tiempo, los sectores del PRO, se alejan cada vez más mientras el “estudiantazo” renueva fuerzas con el respaldo de la Fuba que tomó la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA luego de una masiva asamblea.
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