Se realizó la asamblea anual ordinaria de la Cooperativa de Tortuguitas, que contemplaba el tratamiento de lo actuado por la entidad durante el ejercicio número 41, comprendido entre el 1 de julio de 2009 y el 30 de junio de 2010. La asamblea - que fue presidida por el presidente de la entidad, Miguel de Céspedes - no arrojó sorpresas. Resultaron aprobados todos los puntos puestos en consideración en la orden del día. Sin mayores contratiempos - y con mucha complicidad de la lista alternativa que no ofreció reparos a ninguno de los temas - el decespedismo consiguió aprobar: la memoria y el balance; la vigencia de la cuota que los socios deben aportar de manera obligatoria para el sostenimiento del gimnasio de la entidad; la reforma al estatuto, que le permitirá a la cooperativa probar de operar en medios audiovisuales y gráficos; el no reparto de excedentes.
También logró imponer a su candidato para ocupar la sindicatura suplente, el socio Gerardo Seghezzo, aunque en este caso obtuvo la votación por estrecho margen ante el socio José Marchetti, propuesto por afuera del decespedismo. Como Tiempo de Tortuguitas informó en su edición anterior, hubo una lista alternativa, la número 2, pero el decespedismo también logró imponer la suya. La lista oficialista logró 173 votos, contra 65 de la alternativa. La asamblea discurrió en un clima anodino, con casi nulo debate, y con algunos momentos de desprolijidad, como el que se vivió con la votación a mano alzada del síndico suplente. La concurrencia fue escasa: ni en los mejores momentos se arrimó a los 200 asociados. El clima anodino recién se rompió al final, cuando las cuestiones formales dieron paso a un nutrido lunch. Y muy al final de la noche, el decespedismo dio rienda suelta a su alegría. Fue cuando transformó el escenario post asamblea en una pista de danzas, donde consejeros y allegados celebraron con el baile la continuidad en el poder.
APUNTES DE LA ASAMBLEA EN LA COOPERATIVA DE TORTUGUITAS.
También logró imponer a su candidato para ocupar la sindicatura suplente, el socio Gerardo Seghezzo, aunque en este caso obtuvo la votación por estrecho margen ante el socio José Marchetti, propuesto por afuera del decespedismo. Como Tiempo de Tortuguitas informó en su edición anterior, hubo una lista alternativa, la número 2, pero el decespedismo también logró imponer la suya. La lista oficialista logró 173 votos, contra 65 de la alternativa. La asamblea discurrió en un clima anodino, con casi nulo debate, y con algunos momentos de desprolijidad, como el que se vivió con la votación a mano alzada del síndico suplente. La concurrencia fue escasa: ni en los mejores momentos se arrimó a los 200 asociados. El clima anodino recién se rompió al final, cuando las cuestiones formales dieron paso a un nutrido lunch. Y muy al final de la noche, el decespedismo dio rienda suelta a su alegría. Fue cuando transformó el escenario post asamblea en una pista de danzas, donde consejeros y allegados celebraron con el baile la continuidad en el poder.
APUNTES DE LA ASAMBLEA EN LA COOPERATIVA DE TORTUGUITAS.
CÓMODO, PERO NO TANTO.
Hay un hecho objetivo: el oficialismo ganó cómodo. Pero detrás del dato hay algunas puntas que seguramente deben preocupar al decespedismo. Primero: la convocatoria. El decespedismo salió a movilizar fuerte en esta asamblea, se preocupó de manera especial en que sus bases vayan a la asamblea. Aun así solo llegó a 170 votos, muchos de ellos con los famosos poderes, es decir de gente que ni siquiera se molestó en ir a la asamblea. De esos votos, hay que contar que una inmensa mayoría está en gente que tiene compromisos con el decespedismo. Es decir, allegados directos, familiares, o gente que está unida por intereses económicos, sin desdeñar a aquellos que van simplemente a pasar un buen momento, con la mirada puesta en el lunch post asamblea. Hay que recordar que hablamos de 11 consejeros, más los dos síndicos (que son funcionales a la conducción), más algunos empleados con la camiseta puesta, que traccionan fuertemente para llevar gente a la asamblea. Con toda esa fuerza, más los recursos propios del aparato, el decespedismo llega a esa escasa convocatoria. Es poco. Y una muestra está en la lista alternativa (más adelante hablaremos de ella), que armada en 15 días, y con escasísimo trabajo, logró unos 65 votos. Por eso, detrás de una supuesta imagen ganadoras, hay grietas que se manifiestan como efecto de un modelo que empieza a desgastarse.
LA FALTA DE DEBATE.
LA FALTA DE DEBATE.
Decíamos que la asamblea transcurrió en un clima anodino, casi con nulo debate. Casi no hubo intervenciones que cuestionaran las debilidades que muestra el oficialismo de la Cooperativa. Por ejemplo, el tema del aporte que los socios deben hacer para sostener el polideportivo. Toda la cuestión se limitó a si 7 pesos, si 7 con 50, o si un poquito más. Hubo argumentaciones débiles, como "el lugar es bárbaro, yo mando mis hijos y me queda a tres cuadras de mi casa". Pero el fondo de la cuestión nadie lo tocó. Por ejemplo, que cuando se pidió la contribución, a poco de inaugurado el lugar, se dijo que era para los primeros pasos, por lo difícil que era poner en marcha semejante estructura. La cuestión es que los años van pasando (van para 6), y la conducción decespedista no puede lograr que se autofinancie. Es obvio que para que eso sea posible hacen falta respuestas creativas y una buena administración. Pero esas facetas no se desarrollan porque el decespedismo descansa en ese importante dinero que mensualmente le aportan silenciosamente los socios. Uno imagina que debe prevalecer la idea de "¿para qué esforzarnos si tenemos este dinero todos los meses que nos tapa los agujeros?". Mientras tanto, el esfuerzo de los socios sigue sirviendo - entre otras cosas - para bancar el capricho del presidente de Céspedes de tener equipo de vóley propio. Pero el polideportivo es solo un ejemplo, hay muchos otros temas que tampoco fueron abordados (ver carta de lectores en esta misma edición).
DESPROLIJIDADES.
DESPROLIJIDADES.
Decíamos que la asamblea tuvo desprolijidades. Una fue la votación a mano alzada en la designación del síndico suplente. El oficialismo propuso al socio Seghezzo, un hombre de su staff, y por afuera apareció la postulación de José Marchetti. La votación a mano alzada fue desastrosamente desprolija. En principio trataron de contar las manos desde la mesa de la asamblea, un total despropósito. Tanto, que en ese primer conteo, Marchetti obtuvo 41 votos. El desfasaje fue tan grosero que enseguida se dejó sin efecto y se pasó a otra votación. Esta vez contaron los veedores, caminando el salón, y los votos por Marchetti, como por arte de magia, subieron a 73. El candidato del oficialismo se impuso por apenas 8 votos más. Los socios asambleístas se perdieron una buena oportunidad. La llegada de Marchetti hubiera significado una bocanada de aire fresco. Y para el descespedismo, un verdadero dolor de cabeza, ya que está acostumbrado a tener síndicos funcionales a su poder, algo que Marchetti, mutualista de años y hombre con criterios propios, seguramente no lo hubiera permitido.
Pese al esfuerzo de los veedores en contar, igual se vieron manos alzadas sin credenciales. Uno dirá, bueno son manos de socios. Pero el tema remite a otra de las desprolijidades. La asamblea es un lugar al que solo debieran entrar los socios habilitados. Pero el decespedismo permite entrar a los socios de su entorno con parientes, amigos y hasta allegados. Luego, uno ya no sabe quién está habilitado para votar y quién no. En esa confusión, pueden alzarse manos de personas que en realidad no están habilitados para hacerlo. La duda siempre sobrevuela.
LA LISTA ALTERNATIVA.
Pese al esfuerzo de los veedores en contar, igual se vieron manos alzadas sin credenciales. Uno dirá, bueno son manos de socios. Pero el tema remite a otra de las desprolijidades. La asamblea es un lugar al que solo debieran entrar los socios habilitados. Pero el decespedismo permite entrar a los socios de su entorno con parientes, amigos y hasta allegados. Luego, uno ya no sabe quién está habilitado para votar y quién no. En esa confusión, pueden alzarse manos de personas que en realidad no están habilitados para hacerlo. La duda siempre sobrevuela.
LA LISTA ALTERNATIVA.
Decíamos en nuestra edición anterior que dudábamos en llamar opositora a la lista alternativa al decespedismo. La actuación durante la asamblea lo confirmó. La lista 2 salió con un discurso de escasa diferenciación con la lista oficial. "Nosotros no queremos confrontar, no queremos agresiones", se escuchó decir a sus candidatos. Ok., bien por la no violencia, pero confrontar no es pegarle una piña al adversario. Confrontar es salir con argumentos, cuestionar políticas, marcar diferencias. Si no, ¿para qué ser opositor? En la asamblea, ninguno de los dirigentes de la lista alternativa abrió la boca. Cero cuestionamiento, cero debate. Luego del acto, sus dirigentes festejaban contentos los 65 votos. Pero esos votos no parecen responder a un trabajo ni a un prestigio de las personas de la lista, sino que más bien cosecharon votos que vienen de sectores disconformes que votan cualquier expresión que no sea decespedista. Seguramente, los socios de la Cooperativa que no toleran el decespedismo, que lo ven como una elite cerrada que toma la Cooperativa como algo propio, siguen a la espera de un proyecto verdaderamente opositor que los contenga y que los decida a ir a la asamblea para expresarse.
EL CARIGLINISMO.
EL CARIGLINISMO.
El cariglinismo también jugó lo suyo en esta asamblea. En la previa, algunos miembros del decespedismo salieron a buscar apoyos con el argumento que la lista alternativa traía el apoyo "de Cariglino". Pero en realidad la lista que contó con el apoyo cariglinista fue la de de Céspedes. Es cierto que la lista alternativa tenía cariglinistas, pero rápidamente recibieron una reprimenda para que bajen la intensidad contra de Céspedes (tal vez allí esté una de las razones del lema "no queremos confrontar"). Es más, el reto no fue solo para ellos. Cuando empezó la contienda, la lista alternativa recibió el guiño de un par de dirigentes de Lumbreras, quienes luego se excusaron. Ellos también habían recibido la orden, que bajó el mismo secretario de Gobierno Harari, de "no joder contra de Céspedes". Hay más aun, Tiempo supo que el concejal Toti Ruviera llamó a varios comerciantes conocidos para que apoyen a de Céspedes. Por esa operación se vio a muchos cariglinistas en la asamblea, en franco apoyo al decespedismo. La actitud no sorprende, es más bien la confirmación de lo que veníamos informando sobre la alianza entre de Céspedes y Lumbreras.
(Fuente: Tiempo de Tortuguitas).
(Fuente: Tiempo de Tortuguitas).
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