Desde el 2009 funciona este espacio, una apuesta del Gobierno porteño para impulsar el desarrollo del sector informático y revalorizar una de las áreas más relegadas al sur del centro de la ciudad. El concepto de polos estratégicos se impone para estimular la industria y mejorar la calidad del urbanismo.
Antes, galpones, viejas fábricas y terrenos abandonados. Hoy, un espacio en transición. Parque Patricios convoca a las empresas de tecnología informática a incrementar su actividad económica y recuperar, como corolario, los espacios urbanos degradados.
El área que impulsa el Gobierno porteño como Distrito Tecnológico consta de 200 hectáreas, delimitadas por las avenidas Sáenz, Caseros, Colonia y Amancio Alcorta. Nuclea unas cien empresas vinculadas con el rubro informático, la mayoría ya instaladas y otras próximas a entrar en funcionamiento. Por asentarse en el distrito, reciben facilidades impositivas y financieras.
La ley porteña de promoción de las empresas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) busca “posicionar a la ciudad como un centro de excelencia para la producción de software y desarrollo de las tecnologías informáticas y de las comunicaciones”. El Distrito Tecnológico apunta, así, a constituirse en un centro de promoción y desarrollo de tecnología, innovación y conocimiento, y concentra en un mismo espacio geográfico a empresas, profesionales y, próximamente, entidades educativas vinculadas al rubro informático.
El proyecto nació en 2009 en el marco de una estrategia más amplia para impulsar áreas específicas consideradas estratégicas, inspirado en experiencias análogas en Barcelona y Shangai.
Entre las facilidades que brinda el Gobierno porteño a las empresas que decidan instalarse en este predio, se destacan la exención por 15 años de contribuciones como ABL e ingresos brutos y del pago de impuestos de pavimentos, aceras y sellos para la compra-venta de inmuebles. Además, las firmas que se quieran instalar en Parque Patricios podrán pedir líneas de créditos preferenciales al Banco Ciudad para adquirir inmuebles, bienes de capital y de trabajo.
Al igual que para las empresas, las personas que vivan y trabajen en el distrito quedan liberadas del pago de ABL por 10 años, con el objetivo de que los empleados se radiquen en el lugar donde trabajan. Al cabo de 4 años, el Ministerio de Desarrollo Económico espera que a través de su incentivo se generen 30 mil puestos de trabajo.
Los beneficios arancelarios son extensivos a las entidades académicas, instituciones educativas y de capacitación que se muden a esta zona. Y para 2012 se proyecta implementar un plan piloto de alfabetización bilingüe y tecnológica para las escuelas públicas dentro del distrito. Según fuentes del Centro de Atención al Inversor de la Ciudad de Buenos Aires, estos incentivos procuran convertir a Parque Patricios en “un lugar donde se trabaje, se estudie y se viva”.
La empresa TATA fue la primera en mudarse, en septiembre de 2010. Otras empresas radicadas son Google, Oracle, Sap, Microsoft e IBM. Telefónica proyecta trasladar también sus oficinas a un predio actualmente en obra, ubicado en las manzanas consideradas las más peligrosas de la zona.
También se instalará la casa matriz del Banco Ciudad, cuyas oficinas están actualmente en construcción, y la Jefatura de Gobierno, más los ministerios de Desarrollo Urbano, Ambiente y Espacio Público, Educación y Hacienda, abandonarán su ubicación céntrica para radicarse en el sur porteño, en terrenos en desuso sobre las calles Amancio Alcorta y Pedriel.
Inversiones en infraestructura y boom inmobiliario
Para la consultora Reporte Inmobiliario, “es justamente en Parque Patricios donde se da una combinación ideal para atraer a este tipo de industrias (IT): áreas actualmente vacías de contenido, con toda la infraestructura disponible, una excelente accesibilidad y valores inmobiliarios acotados”.
Como parte del plan para modernizar la zona, el gobierno está realizando obras de infraestructura en el Parque de los Patricios, uno de los espacios verdes más importantes de la Ciudad, pero también de los más abandonados. El espacio verde emplazado entre las avenidas Caseros y Almafuerte fue diseñado el siglo pasado por el paisajista Thays, el mismo que dio forma a los parques de Palermo.
Las obras incluyen 1.700 m2 de veredas y nuevas plantas, juegos, paradas aeróbicas, faroles, bicicleteros, bancos de plaza, bebederos, gracias a una inversión de 15 millones de pesos.
Sumado a la próxima inauguración de la estación Parque Patricios, en la avenida Caseros y La Rioja, se espera que el valor inmobiliario siga despuntando. A decir verdad, algunas firmas desarrolladoras y empresas de real estate, motivadas por las expectativas de afluencia de nuevos trabajadores y por el valor relativamente más barato de la tierra, ya pusieron el ojo en la zona para construir no sólo oficinas, sino también nuevas viviendas y condominios.
Pensando en el mercado de viviendas, no todos son tan positivos. Gastón Calandrelli, de la inmobiliaria y constructora que lleva su apellido, afirma que desde que se definió Parque Patricios como distrito tecnológico, se disparó el precio de las propiedades.
“Los valores de las propiedades están muy arriba. El precio del metro cuadrado llega a los US$1.500 sobre la avenida Caseros, el mismo valor que se puede encontrar en barrios como Caballito. Y a la gente si le decís mucho menos no vende, están sobrevaluadas”, asegura.
Por su parte, los vecinos de la zona no ven el crecimiento de Parque Patricios como algo tan concreto. Juan Álvarez vive en Pedriel y Caseros, y dice: “Me gustaría ver más obras, pero no las veo. Hay algo más de movimiento, pero no es tanto. Lo que sí vi es que están armando el Banco Ciudad, es bastante grande”. Gabriela Pineda trabaja en el Hospital Británico y pasa a diario por el parque. “Sí, lo enrejaron, lo están poniendo más lindo, eso es todo lo que veo”, cuenta, escéptica.
Los polos de desarrollo
El distrito tecnológico no es el único polo de desarrollo en la ciudad. El Polo de Diseño, el Distrito Audiovisual, el Distrito de Las Artes y el Polo Farmacéutico son, en algunos casos, proyectos ambiciosos. En otros, realidades concretas.
El Polo de Diseño, con su entrada principal en la calle Algarrobo 1041, pleno Barracas, comprende 14.000 m2. Desde 2001 funciona el Centro Metropolitano de Diseño y el año pasado se propuso ampliar sus 500 m2 de extensión para convertirlo en una industria estratégica. Entre otras actividades, el predio incluye espacios para las “incubadoras de proyectos”, que a través de concursos anuales brinda apoyo técnico y financiero a las propuestas de diseño más novedosas.
Desde la Dirección General de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la ciudad de Buenos Aires, postularon: “En Latinoamérica es una experiencia única, sobre todo en cuanto a la capacidad de infraestructura. Lo que planteamos es que éste sea un espacio donde convivan la creatividad y el diseño con ciudadanos de cualquier origen”.
Además del Polo de Diseño, recientemente se creó el Distrito Audiovisual en los barrios de la Comuna 14 (Palermo, Villa Ortúzar, Colegiales, Chacarita y Paternal) para “proteger, retener y fomentar la actividad de productoras de cine y TV”, según informaron desde el Ministerio de Desarrollo Económico porteño. Actualmente, la ciudad cuenta con más de 400 empresas audiovisuales, la mayoría ubicada en esta zona. Muchas de ellas están migrando de la ciudad por los precios de los alquileres. La iniciativa apunta, entonces, a revertir esta tendencia –al igual que en el Distrito Tecnológico– mediante exenciones a impuestos y demás facilidades.
El Distrito de las Artes es otro proyecto que evalúan entre el Ministerio de Desarrollo Económico y el de Cultura, a fin de promover en La Boca la inversión en arte y posicionar a la ciudad como ciudad cultural, basado en el modelo del Distrito Tecnológico y del Distrito Audiovisual. De aprobarse, promovería el desarrollo de otra zona postergada del sur.
El Polo Farmacéutico es quizá la iniciativa que sigue una trayectoria más errática. Son 12 hectáreas de Villa Lugano que, desde 2005, están destinadas a la promoción de plantas y empresas farmacéuticas. Sin embargo, el proyecto no prosperó como polo de atracción, por lo que actualmente el Gobierno busca reimpulsar su desarrollo con inversiones conjuntas para construir 11 plantas para la elaboración de medicamentos.
Con demoras y retrocesos, la consolidación de clústers temáticos en el sur de la ciudad busca revertir el desarrollo desigual que hasta ahora marcó el ritmo de crecimiento en un corte norte-sur. El desarrollo local e internacional de industrias estratégicas constituye un avance en esa dirección, siempre y cuando no sea sólo objeto de especulaciones inmobiliarias que detengan –antes que acelerar– el proceso. (Informe Digital Metropolitano).
Antes, galpones, viejas fábricas y terrenos abandonados. Hoy, un espacio en transición. Parque Patricios convoca a las empresas de tecnología informática a incrementar su actividad económica y recuperar, como corolario, los espacios urbanos degradados.
El área que impulsa el Gobierno porteño como Distrito Tecnológico consta de 200 hectáreas, delimitadas por las avenidas Sáenz, Caseros, Colonia y Amancio Alcorta. Nuclea unas cien empresas vinculadas con el rubro informático, la mayoría ya instaladas y otras próximas a entrar en funcionamiento. Por asentarse en el distrito, reciben facilidades impositivas y financieras.
La ley porteña de promoción de las empresas de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) busca “posicionar a la ciudad como un centro de excelencia para la producción de software y desarrollo de las tecnologías informáticas y de las comunicaciones”. El Distrito Tecnológico apunta, así, a constituirse en un centro de promoción y desarrollo de tecnología, innovación y conocimiento, y concentra en un mismo espacio geográfico a empresas, profesionales y, próximamente, entidades educativas vinculadas al rubro informático.
El proyecto nació en 2009 en el marco de una estrategia más amplia para impulsar áreas específicas consideradas estratégicas, inspirado en experiencias análogas en Barcelona y Shangai.
Entre las facilidades que brinda el Gobierno porteño a las empresas que decidan instalarse en este predio, se destacan la exención por 15 años de contribuciones como ABL e ingresos brutos y del pago de impuestos de pavimentos, aceras y sellos para la compra-venta de inmuebles. Además, las firmas que se quieran instalar en Parque Patricios podrán pedir líneas de créditos preferenciales al Banco Ciudad para adquirir inmuebles, bienes de capital y de trabajo.
Al igual que para las empresas, las personas que vivan y trabajen en el distrito quedan liberadas del pago de ABL por 10 años, con el objetivo de que los empleados se radiquen en el lugar donde trabajan. Al cabo de 4 años, el Ministerio de Desarrollo Económico espera que a través de su incentivo se generen 30 mil puestos de trabajo.
Los beneficios arancelarios son extensivos a las entidades académicas, instituciones educativas y de capacitación que se muden a esta zona. Y para 2012 se proyecta implementar un plan piloto de alfabetización bilingüe y tecnológica para las escuelas públicas dentro del distrito. Según fuentes del Centro de Atención al Inversor de la Ciudad de Buenos Aires, estos incentivos procuran convertir a Parque Patricios en “un lugar donde se trabaje, se estudie y se viva”.
La empresa TATA fue la primera en mudarse, en septiembre de 2010. Otras empresas radicadas son Google, Oracle, Sap, Microsoft e IBM. Telefónica proyecta trasladar también sus oficinas a un predio actualmente en obra, ubicado en las manzanas consideradas las más peligrosas de la zona.
También se instalará la casa matriz del Banco Ciudad, cuyas oficinas están actualmente en construcción, y la Jefatura de Gobierno, más los ministerios de Desarrollo Urbano, Ambiente y Espacio Público, Educación y Hacienda, abandonarán su ubicación céntrica para radicarse en el sur porteño, en terrenos en desuso sobre las calles Amancio Alcorta y Pedriel.
Inversiones en infraestructura y boom inmobiliario
Para la consultora Reporte Inmobiliario, “es justamente en Parque Patricios donde se da una combinación ideal para atraer a este tipo de industrias (IT): áreas actualmente vacías de contenido, con toda la infraestructura disponible, una excelente accesibilidad y valores inmobiliarios acotados”.
Como parte del plan para modernizar la zona, el gobierno está realizando obras de infraestructura en el Parque de los Patricios, uno de los espacios verdes más importantes de la Ciudad, pero también de los más abandonados. El espacio verde emplazado entre las avenidas Caseros y Almafuerte fue diseñado el siglo pasado por el paisajista Thays, el mismo que dio forma a los parques de Palermo.
Las obras incluyen 1.700 m2 de veredas y nuevas plantas, juegos, paradas aeróbicas, faroles, bicicleteros, bancos de plaza, bebederos, gracias a una inversión de 15 millones de pesos.
Sumado a la próxima inauguración de la estación Parque Patricios, en la avenida Caseros y La Rioja, se espera que el valor inmobiliario siga despuntando. A decir verdad, algunas firmas desarrolladoras y empresas de real estate, motivadas por las expectativas de afluencia de nuevos trabajadores y por el valor relativamente más barato de la tierra, ya pusieron el ojo en la zona para construir no sólo oficinas, sino también nuevas viviendas y condominios.
Pensando en el mercado de viviendas, no todos son tan positivos. Gastón Calandrelli, de la inmobiliaria y constructora que lleva su apellido, afirma que desde que se definió Parque Patricios como distrito tecnológico, se disparó el precio de las propiedades.
“Los valores de las propiedades están muy arriba. El precio del metro cuadrado llega a los US$1.500 sobre la avenida Caseros, el mismo valor que se puede encontrar en barrios como Caballito. Y a la gente si le decís mucho menos no vende, están sobrevaluadas”, asegura.
Por su parte, los vecinos de la zona no ven el crecimiento de Parque Patricios como algo tan concreto. Juan Álvarez vive en Pedriel y Caseros, y dice: “Me gustaría ver más obras, pero no las veo. Hay algo más de movimiento, pero no es tanto. Lo que sí vi es que están armando el Banco Ciudad, es bastante grande”. Gabriela Pineda trabaja en el Hospital Británico y pasa a diario por el parque. “Sí, lo enrejaron, lo están poniendo más lindo, eso es todo lo que veo”, cuenta, escéptica.
Los polos de desarrollo
El distrito tecnológico no es el único polo de desarrollo en la ciudad. El Polo de Diseño, el Distrito Audiovisual, el Distrito de Las Artes y el Polo Farmacéutico son, en algunos casos, proyectos ambiciosos. En otros, realidades concretas.
El Polo de Diseño, con su entrada principal en la calle Algarrobo 1041, pleno Barracas, comprende 14.000 m2. Desde 2001 funciona el Centro Metropolitano de Diseño y el año pasado se propuso ampliar sus 500 m2 de extensión para convertirlo en una industria estratégica. Entre otras actividades, el predio incluye espacios para las “incubadoras de proyectos”, que a través de concursos anuales brinda apoyo técnico y financiero a las propuestas de diseño más novedosas.
Desde la Dirección General de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la ciudad de Buenos Aires, postularon: “En Latinoamérica es una experiencia única, sobre todo en cuanto a la capacidad de infraestructura. Lo que planteamos es que éste sea un espacio donde convivan la creatividad y el diseño con ciudadanos de cualquier origen”.
Además del Polo de Diseño, recientemente se creó el Distrito Audiovisual en los barrios de la Comuna 14 (Palermo, Villa Ortúzar, Colegiales, Chacarita y Paternal) para “proteger, retener y fomentar la actividad de productoras de cine y TV”, según informaron desde el Ministerio de Desarrollo Económico porteño. Actualmente, la ciudad cuenta con más de 400 empresas audiovisuales, la mayoría ubicada en esta zona. Muchas de ellas están migrando de la ciudad por los precios de los alquileres. La iniciativa apunta, entonces, a revertir esta tendencia –al igual que en el Distrito Tecnológico– mediante exenciones a impuestos y demás facilidades.
El Distrito de las Artes es otro proyecto que evalúan entre el Ministerio de Desarrollo Económico y el de Cultura, a fin de promover en La Boca la inversión en arte y posicionar a la ciudad como ciudad cultural, basado en el modelo del Distrito Tecnológico y del Distrito Audiovisual. De aprobarse, promovería el desarrollo de otra zona postergada del sur.
El Polo Farmacéutico es quizá la iniciativa que sigue una trayectoria más errática. Son 12 hectáreas de Villa Lugano que, desde 2005, están destinadas a la promoción de plantas y empresas farmacéuticas. Sin embargo, el proyecto no prosperó como polo de atracción, por lo que actualmente el Gobierno busca reimpulsar su desarrollo con inversiones conjuntas para construir 11 plantas para la elaboración de medicamentos.
Con demoras y retrocesos, la consolidación de clústers temáticos en el sur de la ciudad busca revertir el desarrollo desigual que hasta ahora marcó el ritmo de crecimiento en un corte norte-sur. El desarrollo local e internacional de industrias estratégicas constituye un avance en esa dirección, siempre y cuando no sea sólo objeto de especulaciones inmobiliarias que detengan –antes que acelerar– el proceso. (Informe Digital Metropolitano).
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