Guillermo N. Pérez, CEO de Grupo GNP, describió de esta forma la actual política fiscal. La presión tributaria argentina, según la CEPAL, es la más alta de Latinoamérica.
En el marco del Congreso Económico Argentino realizado en el Hotel Hilton de Buenos Aires, Guillermo N. Pérez, CEO de Grupo GNP presentó en el segmento de Finanzas Públicas y Desarrollo Económico los datos obtenidos de un estudio realizado por su consultora a partir de datos del INDEC.
Comentó que la motivación original para realizar esta investigación fue la resistencia creciente que comenzaron a observar en inversores potenciales, basada en la presión tributaria local.
“Nunca la presión tributaria había sido un problema para los inversores del exterior. Hoy, con este sistema tributario estamos quedando aislados. Tenemos la quinta parte del mercado de consumo de Brasil y una presión tributaria equivalente. Resulta muy difícil convencer a un inversor en estos términos”, indicó Pérez.
Esta situación motivó al Grupo GNP a realizar un estudio a partir de datos oficiales del INDEC del período 2002 -2012, en el cual pudo establecerse que se ha dado un marcado incremento del gasto público nacional y provincial en relación al PBI.
El PBI argentino creció 7 veces en ese período, en tanto que el Gasto Público Nacional creció 12 veces y se estima que el Gasto Público Provincial creció 10 veces, lo que generó un incremento del peso del Gasto Público de aproximadamente 20 puntos sobre el PBI (del 22% al 42%) en los últimos diez años.
En este contexto “se ha financiado el incremento del gasto público vía mayor presión tributaria y emisión monetaria y también por los aportes del ANSES, Banco Nación y BCRA”, especificó Pérez.
La recaudación tributaria nacional, en línea con el gasto público, creció también 12 veces, en tanto que la provincial creció 10 veces.
Según datos de la CEPAL, la presión tributaria en Argentina se ubica como la más alta de Latinoamérica (año 2010, medido sobre 15 países).
El régimen de “Coparticipación Federal” concentró los ingresos en la Nación en detrimento de las Provincias, por detracción de la masa coparticipable y creación de impuestos no coparticipables (11 puntos en los últimos 10 años).
En este contexto resulta claro que se hace necesaria una reforma tributaria integral pero de aplicación gradual, a fin de evitar impactos sociales, y un nuevo régimen de Coparticipación Federal.
“Necesitamos un proyecto de país que incluya a todos, de verdad. A los que antes no estaban y ahora están, pero también a los que ahora no están porque no pueden invertir. Debe darse una buena articulación entre el Estado y el Sector Privado donde ambas partes trabajen de modo coordinado en un proyecto común”, dijo el CEO de GNP.
Como especialista en negocios e impuestos, Pérez destacó la importancia de que la presión triibutaria se vuelque en inversión productiva e infraestructura para crear las condiciones necesarias para una Argentina productiva.
“Argentina ha convertido un buen sistema tributario en un sistema basado en impuestos regresivos y distorsivos que afectan la carga tributaria sobre las personas en general y la competitividad de las empresas, e interfieren en el desarrollo de negocios y la capacidad de generar empleos. En función de la actual presión fiscal podemos decir que recaudamos como anglosajones y lo gastamos como argentinos”, sentenció el empresario.
“Esta reforma tributaria debe tender a un sistema simple, progresivo y que fomente la creación de empleo a través de la inversión y el desarrollo regional y sectorial. Por su parte el Régimen de Coparticipación debe ser no distorsivo, equitativo y dinámico para contribuir a la normalización de la presión tributaria provincial y municipal”, concluyó. (Empresas News).
Comentó que la motivación original para realizar esta investigación fue la resistencia creciente que comenzaron a observar en inversores potenciales, basada en la presión tributaria local.
“Nunca la presión tributaria había sido un problema para los inversores del exterior. Hoy, con este sistema tributario estamos quedando aislados. Tenemos la quinta parte del mercado de consumo de Brasil y una presión tributaria equivalente. Resulta muy difícil convencer a un inversor en estos términos”, indicó Pérez.
Esta situación motivó al Grupo GNP a realizar un estudio a partir de datos oficiales del INDEC del período 2002 -2012, en el cual pudo establecerse que se ha dado un marcado incremento del gasto público nacional y provincial en relación al PBI.
El PBI argentino creció 7 veces en ese período, en tanto que el Gasto Público Nacional creció 12 veces y se estima que el Gasto Público Provincial creció 10 veces, lo que generó un incremento del peso del Gasto Público de aproximadamente 20 puntos sobre el PBI (del 22% al 42%) en los últimos diez años.
En este contexto “se ha financiado el incremento del gasto público vía mayor presión tributaria y emisión monetaria y también por los aportes del ANSES, Banco Nación y BCRA”, especificó Pérez.
La recaudación tributaria nacional, en línea con el gasto público, creció también 12 veces, en tanto que la provincial creció 10 veces.
Según datos de la CEPAL, la presión tributaria en Argentina se ubica como la más alta de Latinoamérica (año 2010, medido sobre 15 países).
El régimen de “Coparticipación Federal” concentró los ingresos en la Nación en detrimento de las Provincias, por detracción de la masa coparticipable y creación de impuestos no coparticipables (11 puntos en los últimos 10 años).
En este contexto resulta claro que se hace necesaria una reforma tributaria integral pero de aplicación gradual, a fin de evitar impactos sociales, y un nuevo régimen de Coparticipación Federal.
“Necesitamos un proyecto de país que incluya a todos, de verdad. A los que antes no estaban y ahora están, pero también a los que ahora no están porque no pueden invertir. Debe darse una buena articulación entre el Estado y el Sector Privado donde ambas partes trabajen de modo coordinado en un proyecto común”, dijo el CEO de GNP.
Como especialista en negocios e impuestos, Pérez destacó la importancia de que la presión triibutaria se vuelque en inversión productiva e infraestructura para crear las condiciones necesarias para una Argentina productiva.
“Argentina ha convertido un buen sistema tributario en un sistema basado en impuestos regresivos y distorsivos que afectan la carga tributaria sobre las personas en general y la competitividad de las empresas, e interfieren en el desarrollo de negocios y la capacidad de generar empleos. En función de la actual presión fiscal podemos decir que recaudamos como anglosajones y lo gastamos como argentinos”, sentenció el empresario.
“Esta reforma tributaria debe tender a un sistema simple, progresivo y que fomente la creación de empleo a través de la inversión y el desarrollo regional y sectorial. Por su parte el Régimen de Coparticipación debe ser no distorsivo, equitativo y dinámico para contribuir a la normalización de la presión tributaria provincial y municipal”, concluyó. (Empresas News).
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