(De la edición gráfica de Punto Cero. Nº 534, página seis).
Nací en la ciudad de Buenos Aires un 19 de noviembre de 1945, con el aroma de mi Tucumán, provincia de mi abuela, mamá, y con el olor de Santiago del Estero, tierra de mi abuelo Contreras, que la llevo en la sangre, junto a mi hermano Gabriel, tres años mayor que yo. Mi mamá trabajaba con cama adentro, y solamente mi padre me reconoció, por eso tengo su apellido.
Siendo muy niño, estudié la primaria, y la terminé gracias a Dios. Vivíamos juntos con mis abuelos maternos hasta cumplir los 13 años, quedamos con mi mamá y mi hermano solos. Al finalizar mis estudios primarios, había que conseguir trabajo ó ingresar en las Fuerzas Armadas por que no tenía oportunidad de tener un trabajo digno de mantener una familia, por no tener al menos el secundario.
Estando en la Armada, aproveche la oportunidad de estudiar y en tres años en la Escuela Náutica, me recibí de Perito Mercantil en administración de Empresas. Quizás eso fue el motivo que elegí al ingresar en la Armada Argentina, y una vez en ella hice el esfuerzo y estudie durante muchos años, en los cuales realice distintos cursos, en los que se destacan el comienzo del curso en la Escuela Mecánica de la Armada, la secundaria completa, 6 años de ingles especializado, traducción, y otros idiomas.
Durante muchos años estuve destinado a distinto lugares como la Junta Interamericana de Defensa, en EE:UU. También en la Fragata Libertad, en la cual comencé el viaje por el mundo durante 7 meses, volviendo al país y siendo trasladado a varios destinos, antes de ser destinado al glorioso Crucero A.R.A. "General Belgrano" en diciembre de 1981, participando en la Guerra por las Malvinas, finalizando mi carrera naval en el Edificio Libertad en 1989, el 1º de enero.
Comenzó con la existencia de mi ser, de mi vida, en la Armada con mi incorporación en ella, mis comienzos, primero en la Islas Martín García, lugar de mi ingreso, luego en la Escuela Mecánica de la Armada cursando, estudiando, trabajando en distintas unidades navales, también en destinos en tierra, por ejemplo Hidrografía Naval y así fueron pasando los años con destinos diferentes hasta llegar a un destino que hizo que mi vida sufriera un cambio sustancial.
Llego el año 1981, 11 de diciembre, trasladándome por orden superior, como tripulante al Crucero ARA “General Belgrano”, una vez presentado en este buque de Guerra, me dieron la licencia anual, 30 días, regresando el 11 de enero de 1982.
En el principio de 1982, el Crucero ARA “General Belgrano” cumplimentó su primera navegación la cual comenzó el 22 ó 23 de enero, no recuerdo bien, zarpó con rumbo a Punta del Este, Uruguay, en un viaje de placer que duró unos 25 días más o menos; luego regresamos a Puerto Belgrano.
A la semana siguiente zarpamos con destino Ushuaia, llegando a ésta a los cuatro días, en plena navegación, se embarcó el almirante (R) Isaac Rojas, en visita protocolar, la dotación le rindió los honores correspondiente a su jerarquía, luego desembarco en la base naval de Ushuaia. El buque permaneció tres días en el puerto, zarpando con destino a Puerto Belgrano.
El A.R.A General Belgrano, el 2 de abril 1982, estaba en dique para reparaciones desde febrero, por un lapso de cuatro meses más o menos era lo previsto.
Al saber que nuestras Fuerzas Armadas habían tomado Malvinas se suspendió todo y se comenzó a reparar lo más importante que eran las calderas más afectadas, para asi poder salir de inmediato a navegar.
El Estado Mayor de la Armada lo impuso dando ordenes de forma inmediata a nuestro comando, estableciendo un tiempo determinado para zarpar de la Base Naval de Puerto Belgrano, para estar en el teatro de operaciones cuanto antes. En principio se siguieron todos los plazos, pero antes la imposibilidad que ocurriera, se tomaron recaudos y recursos necesarios para la fecha de zarpada del Crucero
El 16 de abril de 1982, fue el comienzo para mi y mis compañeros tripulantes del glorioso Crucero ARA Gral Belgrano, un día muy especial porque íbamos a defender la Patria y eso me pareció muy importante. La mayoría teníamos una esperanza de que las Malvinas seguían siendo ARGENTINAS, y ahora más que nunca porque seríamos los principales actores, y fue lo más importante que iba ocurrir en nuestras vidas.
Mientras navegábamos pensaba en tantas cosas que me eran imposible comentarlas con alguien, por que la mayoría de la gente estaba ocupada en distintas tareas que hacían de la navegación un viaje de placer o si se volaba la imaginación por creer que íbamos a defender la Patria contra alguien que no tenía ni siquiera idea donde quedaban las Malvinas. Pero a medida que iban pasando los días, escuchábamos por la radio del buque, lo que contaban que pasaba con los ingleses.
Estábamos orgullosos de emprender esa meta, nuestra Fuerzas Armadas empezaron a combatir en las Malvinas, primero fueron las Aviones de FA y La Armada, el Ejercito y los Infantes de Marina, del Ejercito, repeliendo y sufriendo los ataques, cañonazos sobre las tropas argentinas.
El Crucero Belgrano que había zarpado rumbo a la zona de operaciones (TON), después de varios días fue analizando su próximo paso a dar a través de las órdenes que recibieran para su operación en el TOAS, acompañado por dos destructores de la Armada que eran convencionales, un remolcador tipo Aviso y un buque tanque completándose con el Crucero. Yo pertenecía a la División Detall General, éramos catorce Camaradas, siete de ellos son héroes que siempre los recordaré mientras viva.
El Crucero ARA "General Belgrano", fue hundido por un submarino llamado Conqueror , el 2 de Mayo de 1982, siendo yo uno de los 1093 que tripularon el mismo y sobreviviente.
Después del hundimiento vino la odisea de navegar en una balsa de 1,5 de alto, de 2 de diámetro durante más o menos 40 horas, porque ni siquiera el tiempo teníamos idea cuanto era, lo que sí sabíamos, es que íbamos rumbo a la Antártida, que habíamos visto con mis compañeros la costa del lado izquierdo y como también navegamos con un temporal bravísimo, el oleaje alcanzaba los diez metros de altura. Era impresionante el viento que nos llevaba a la deriva por el Océano Atlántico, y la verdad... todavía no se como sobrevivimos.
770 fuimos los que sobrevivimos de esta situación y que todavía podemos contarlos.
La epopeya de un tripulante:
Todo comenzó a partir de del día del hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano, primero la experiencia de haber recibido dos torpedos de un submarino inglés, y estar vivo para contarla que esto último es para mi lo más importante que me sucedió en mi vida.
Ahora que pasaron más de 30 años de aquella situación tan pero tan original, que a veces me pongo a pensar y me pregunto si esto fue sueño o yo vi un película de la guerra, pero esto fue realidad y muy dolorosa, por que dejaron huellas en mi y en mis compañeros, sufriendo tanto, que ahora en cierto momento me es imposible descifrar que es lo siento.
Juan Carlos Leone.
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