lunes, octubre 09, 2017

A los 70, expertos en informática

Orlando Espósito y Carlos Martini estaban jubilados cuando recibieron la propuesta de volver a trabajar en una empresa de software, dos casos que, aunque todavía son inusuales, muestran lo que, según los especialistas, es la tendencia de considerar la edad como un límite para conseguir empleo.
“Siempre trabajé en compañías vinculadas al software en el área de ventas y el presidente de la empresa donde hoy trabajo me conocía desde hacía muchos años. A los 65 me jubilé y unos dos años después me contacta por Facebook para hacerme una propuesta laboral”, recordó Orlando Espósito, de 71 años.
“Yo lo estaba pasando bien como jubilado -continuó- porque más allá del trabajo, bailo tango, me reúno con amigos, hago asado para la familia, viajo y escribo novelas policiales. Sin embargo, la propuesta me interesó y me pareció un buen desafío volver al ruedo, más allá de lo económico”.
Su función en la empresa es visitar a los clientes para evaluar su satisfacción y pensar y proponer juntos soluciones a los conflictos y demandas que aparecen.
“La integración con las generaciones jóvenes fue muy tranquila. Al principio cuando caía a ver un cliente se sorprendían de mi aspecto y la primera reacción era tratarme de usted, pero luego esa barrera se va desdibujando y, en definitiva, sigo teniendo los mismos problemas o discusiones que tenía cuando era joven: por ejemplo, el cliente se enoja cuando no tengo lo que había prometido en tiempo”, describió.
Orlando no cree que “la vejez “dé sabiduría”, no obstante reconoce que “lo que creo que me han dado los años es menos espuma y la capacidad de prever cuándo se van a desatar los conflictos, entonces podés anticiparte”.

RESOLVER PROBLEMAS
Otro caso es el de Carlos Martini, de 70 años, quien también trabaja en la misma empresa de Orlando.
“Me había jubilado hacía poco y no me sentía muy cómodo, de hecho estaba pensando cómo continuar cuando me hicieron la propuesta”, recordó.
Carlos señaló que “el primer contacto que tienen conmigo los clientes es telefónico, cuando me conocen muchos se sorprenden, pero eso no interfiere en el diálogo ni en el trabajo, más bien lo contrario”.
“Lo que aprendiste durante la vida va sirviendo para resolver los nuevos problemas, es como un entrenamiento muscular. A la vez uno necesita concentrarse más porque tiene que dar respuesta por muchos medios, los llamados, los mails, el Whats App, las redes, y eso demanda un esfuerzo mayor, sobre todo porque mi generación se impone no dejar cosas pendientes”, sostiene Carlos. (Telám).

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