(De la edición gráfica de Punto Cero, del 6 de abril de 2021). La cruda realidad la tenemos frente a frente, día a día. La incertidumbre nos da la oportunidad de extraer esa fortaleza que solo Dios sabe que tenemos. Nos ha tapado el agua; en estos tiempos todo el orbe, la humanidad se encuentra en la peor pandemia, sanitaria social, económica, moral y de todo tipo que nos cachetea sin cesar, la mayoría de los seres humanos, solo la capea con todas sus fuerzas, pero suele no alcanzarse la meta.
La cruda realidad ha dejado al descubierto todo. No hay ser humano por más bien dotado de inteligencia, perversidad o rapidez mental que esté exento de esta pandemia sanitaria que viene muy bien acompañada por los vivillos de siempre; los negociadores de todo, desde una cama de terapia, hasta las vacunas., una bolsa de comida, un vaso de agua apta para ser bebida, Etc.
Esto es como una gran inundación, lo peor viene cuando el agua se va y deja al descubierto TODO, lo que se dice TODO. Lo que se prometió y debiera haberse cumplido para evitar lo evitable. ejemplo; ¿porque se inunda un lugar que por siglos no lo hizo?; ¿quién freno aguas arribas su circulación, haciendo construcciones inadecuadas? que inmobiliaria vendió terrenos en lugares inundables.
El ser humano no tiene límites en su ambición, LAS NUEVAS TECNOLOGIAS lo pueden. Son maravillosas, pero hay que aprender a usarlas. Tanto los celulares, computadores, drones, las manejan solo algunas personas, por eso hoy por hoy tenemos que tener en cuenta algo muy importante; que muchos usan sin saber a ciencia cierta cuál es su alcance; un hecho ocurrido en alguna parte del planeta puede cambiar la vida de todos en un segundo. como no saben hasta donde llegan, a quienes llega, para que; los más perjudicados son los adultos mayores; muchos en su afán (especialmente este último año de pandemia) de comunicarse para no sentirse solos, comentan, hacen preguntas y dan datos personales sin saber con quién están hablando y es así como suelen esquilmarlos desde robarles sus ahorros, hasta sacar créditos en su nombre.
Las noticias e informaciones corren a una velocidad increíble, dependiendo más aun de la urgencia que tenga el actor para que su hecho sea conocido. Las misma son reales o falsas, completas e incompletas, ciertas o mentirosas y además esto tiene otro aspecto; todo queda registrado en la memoria o en la nube (no son las cartas del siglo pasado que tardaban meses en llegar, si llegaban).
Ahora bien, ¿de quien es la responsabilidad de la información que recibimos? Solo nuestra, no necesitamos más de un noticiero por día, para que necesitamos tanto palabrerío.
Igual la realidad seguirá siendo cruda.
¿No nos alcanza con nuestros problemas? escuchemos música, leamos un libro, miremos fotos que nos regresen a buenos momentos, hagamos aquello que nos gusta aun dentro de la casa.
Miremos hacia adentro de nuestra casa, de nuestro espíritu, volvamos a nuestro interior para encontrar la paz y la alegría de vivir agradeciendo todo lo que tenemos.
Solo eso quiere Dios para nosotros en Pascuas y todos los días.
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