martes, agosto 21, 2007

AZUL. El agua y el aceite

AZUL, Agosto 21, (PUNTO CERO-Infoazuldiario) La interna peronista está que arde. El Frente para la Victoria tiene dos candidatos médicos: María del Carmen Ruiz y Edgardo Capelli, que expresan dos modelos de salud diferentes: el primero con eje en la salud pública y gratuita para la población y el segundo apostando al sector privado y en franco apoyo a las prepagas, invento made in U.S.A para los que tienen más plata.
Ruiz
lo sufrió a Capelli en el Hospital Municipal Dr. Angel Pintos, donde el cardiólogo fue funcionario durante la gestión del intendente Juan Atilio Barberena. Precisamente desde allí Capelli fogoneó el proyecto para privatizar la atención médica, a través de un seguro de salud, que en los hechos significaba poner en práctica el carnet de pobre, haciendo diferencias en la atención, con pacientes de primera, los que pueden pagar, a los que se atiende con premura; y de segunda, aquellos que no pueden pagar, últimos en la fila.
En esa lucha, Ruiz estuvo a la cabeza de la movilización en rechazo de la embestida de los lobbys privatistas y con la participación popular expresada en las calles, se logró frenar la iniciativa que iba en sintonía con lo más crudo del modelo neoliberal menemista de los noventa.
Fuentes de la comunidad médica recordaron que el doctor Capelli cultiva fuertes lazos de negocios con el sector privado que opera en el hospital público, a quien le cargan los costos de sus actividades. O sea, la idea es seguir utilizando la infraestructura y los recursos del Estado a través de la tercerización de servicios, con lo que las ganancias van a cuentas particulares.
Ruiz en cambio apuesta fuerte a sostener la salud pública, con libre acceso de la población, más allá de sus ingresos o si cuentan con obra social o no. Años atrás la doctora se encargó de aceitar los mecanismos de cobranza a las obras sociales, con lo cual el hospital dejó de erogar dinero e incluso recaudó lo que le corresponde por ley.
La relación entre Ruiz y Capelli no se recompuso desde entonces y ahora no hay ninguna línea de diálogo abierta, ni se deja entrever la posibilidad de un acuerdo rumbo a octubre. “La doctora Ruiz no se baja de la candidatura de ninguna manera y con Capelli son como el agua y el aceite. No hay ningún punto de acuerdo desde lo programático”, afirmó una dirigente gremial que apoya el proyecto de Ruiz.
Desde el lado de Capelli, uno de sus principales apoyos, el burócrata sindical y ex funcionario interventor de la dictadura y peronista de derecha Jorge Blando, se manifestó en el mismo sentido: “Estamos más lejos que cerca” de acordar con el sector de Ruiz, aseguró.
Ruiz consiguió una herramienta electoral, el PPP, Partido Propuesta Popular en el Frente para la Victoria; mientras que Capelli está en veremos. El PJ hoy por hoy el PJ no le presta el sello y el Partido de la Victoria no quiere saber nada con los padrinos de Capelli, que no les abren el juego.
Los esfuerzos de la senadora Mariel Urruti y el operador político Mario Caputo, no lograron que el cardiólogo se instale en la población y arrime en intención de voto al intendente Omar Duclós. Si las encuestas mandan, los números dicen que Capelli no convence ni gana. En medio de la campaña tropezó con el desprecio que le hizo el presidente Kirchner cuando vino a Azul y el gaffe de la visita de Daniel Scioli, suspendida pese a ser anunciada con bombos y platillos.
Cada jugador tiene sus cartas y en este póker el que pestañea pierde. Por ahora, Ruiz tiene todo por ganar y suma día a día recorriendo barrios y abre el diálogo con Alejandro Lozano -el tercer candidato- y avanza con la concertación plural, mientras que Capelli no junta fuerzas para salir a dar la batalla. La última foto lo muestra con Blando presentándolo a las 62 Organizaciones Peronistas. El fruto salió amargo: cada trabajador se alineará y votará al candidato que quiera, más allá de las posturas asumidas por los líderes sindicales. ¿Cómo termina esta historia?. Aún es prematura arriesgar una hipótesis, pero lo que es cierto es que alguno tendrá que resignar aspiraciones, porque en el sillón del intendente hay lugar para uno.
Más allá de las especulaciones, lo que es una verdad de Perogrullo es que si el peronismo va dividido, está asegurado el camino de Duclós a la reelección. Esta vez no hay internas y el dedo de la superestructura no llega, con lo cual los candidatos peronistas acuerdan o van en al menos dos listas, lo que acarrearía una casi segura derrota.
El dilema está planteado. (PUNTO CERO-Infoazuldiario).

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