Sólo el 3% de las familias de la Ciudad de Buenos Aires que necesitan ampliar o refaccionar su casa tiene posibilidad de financiar el gasto, mediante financiación bancaria.
Ya no sólo es imposible acceder a tener la casa propia, sino que también es muy difícil poder refaccionar o ampliar. Según el último informe sobre situación habitacional y demanda potencial de créditos inmobiliarios realizado por la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, sólo el 3% de las familias tiene posibilidad de financiar el gasto.
El informe sostiene que pese a que casi medio millón de hogares del distrito necesita una mejora habitacional, sólo el 3 por ciento de las familias ocupantes (aproximadamente unas 15.000 familias) estaría en condiciones de acceder a ella mediante algún instrumento de financiación bancaria.
"El porcentaje de hogares que necesitan una mejora habitacional se mantiene virtualmente inalterable en torno del 40 por ciento desde que comenzamos con este tipo de relevamiento", explicó a La Nación José Donati, funcionario a cargo de esa dependencia oficial.
Los resultados surgen de la encuesta anual de hogares que en el distrito se lleva adelante desde el año 2002. Se trata de un relevamiento anual sobre 9000 viviendas, que permite al organismo concluir que no hay cambios en la situación de la vivienda, pese al promocionado boom inmobiliario de los últimos años.
En esta oportunidad, el estudio intentó, además, una aproximación a la demanda potencial de créditos por parte de los residentes porteños, según su situación habitacional y de ingresos.
Esa variante le permitió al organismo verificar que la percepción general sobre la problemática habitacional se corresponde con la realidad, según asegura Donati.
"Esto quiere decir que la mayoría de los que pueden acceder a créditos hipotecarios no tienen problemas habitacionales, mientras que quienes sí los padecen no califican para acceder al financiamiento", dice una de las conclusiones del informe.
Esta situación da cuenta de que la dificultad de acceso a una vivienda constituye un problema estructural, asociado básicamente a los bajos salarios relativos de una buena parte de la población en relación con el precio de las propiedades (la relación cuota-ingreso, fundamental a la hora de gestionar un crédito bancario), situación que tiende a agravarse progresivamente aun con un tipo de cambio peso-dólar estabilizado, como lo está en lo que va de este año.
Ya no sólo es imposible acceder a tener la casa propia, sino que también es muy difícil poder refaccionar o ampliar. Según el último informe sobre situación habitacional y demanda potencial de créditos inmobiliarios realizado por la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires, sólo el 3% de las familias tiene posibilidad de financiar el gasto.
El informe sostiene que pese a que casi medio millón de hogares del distrito necesita una mejora habitacional, sólo el 3 por ciento de las familias ocupantes (aproximadamente unas 15.000 familias) estaría en condiciones de acceder a ella mediante algún instrumento de financiación bancaria.
"El porcentaje de hogares que necesitan una mejora habitacional se mantiene virtualmente inalterable en torno del 40 por ciento desde que comenzamos con este tipo de relevamiento", explicó a La Nación José Donati, funcionario a cargo de esa dependencia oficial.
Los resultados surgen de la encuesta anual de hogares que en el distrito se lleva adelante desde el año 2002. Se trata de un relevamiento anual sobre 9000 viviendas, que permite al organismo concluir que no hay cambios en la situación de la vivienda, pese al promocionado boom inmobiliario de los últimos años.
En esta oportunidad, el estudio intentó, además, una aproximación a la demanda potencial de créditos por parte de los residentes porteños, según su situación habitacional y de ingresos.
Esa variante le permitió al organismo verificar que la percepción general sobre la problemática habitacional se corresponde con la realidad, según asegura Donati.
"Esto quiere decir que la mayoría de los que pueden acceder a créditos hipotecarios no tienen problemas habitacionales, mientras que quienes sí los padecen no califican para acceder al financiamiento", dice una de las conclusiones del informe.
Esta situación da cuenta de que la dificultad de acceso a una vivienda constituye un problema estructural, asociado básicamente a los bajos salarios relativos de una buena parte de la población en relación con el precio de las propiedades (la relación cuota-ingreso, fundamental a la hora de gestionar un crédito bancario), situación que tiende a agravarse progresivamente aun con un tipo de cambio peso-dólar estabilizado, como lo está en lo que va de este año.
(Fuente: Asteriscos Tv).
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