El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de Riñón, por lo que la Sociedad Argentina de Diabetes considera importante recordar que la diabetes inadecuadamente controlada puede dañar el funcionamiento de los riñones a lo largo de los años.
Cuáles son los síntomas, las medidas preventivas y los controles gratuitos que pueden realizarse en todos los hospitales públicos, obras sociales y medicinas prepagas.
La relación entre enfermedad renal y diabetes se denomina nefropatía diabética. Se trata de un trastorno o patología del riñón que incluye procesos inflamatorios, degenerativos y escleróticos. "En la Argentina aproximadamente el 38 % de los pacientes en tratamiento sustitutivo (hemodiálisis, Diálisis peritoneal) o en lista de espera para trasplante tienen diabetes", contó la Dra. Alicia Elbert, Medica Nefróloga especializada en diabetes y Directora de CEREHA (Centro de Estudio Renales e Hipertensión Arterial)
Si este problema se detecta a tiempo se puede iniciar un tratamiento adecuado y detener o pausar el problema renal. Si la detección es tardía será más difícil obtener buenos resultados. En los casos más avanzados se puede llegar al tratamiento con diálisis y al trasplante renal.
Los riñones son órganos que funcionan como filtros y por allí pasa toda la sangre del cuerpo. Son capaces de seleccionar las sustancias buenas y eliminar, a través de la orina, las sustancias de desecho.
La diabetes mal controlada, la presión arterial alta no tratada, el colesterol elevado, el tabaco, entre otros factores, deterioran estos filtros y ya no pueden seleccionar adecuadamente qué sustancias son buenas y cuáles no. Cabe recordar que en los últimos años la diabetes junto con la obesidad han aumentado en forma alarmante conformando según la OMS una epidemia ( en el mundo actualmente la prevalencia de diabetes es de 344 millones de personas). Ambas patologías si no son tratadas pueden enfermar los riñones.
En el inicio del problema renal habitualmente no hay ningún síntoma, ya que éstos aparecen cuando la enfermedad está avanzada.
Antes de llegar a esta situación, a través de estudios sencillos de sangre y de orina se puede saber cómo están funcionando estos filtros. Si se detecta un problema se puede comenzar un tratamiento para restaurarlos o para evitar que empeoren.
En las personas con diabetes tipo 1 (antes llamadas insulinodependientes) se comienzan a chequear los riñones, habitualmente, a partir de los 5 años del diagnóstico de la enfermedad. En las personas con diabetes tipo 2 (antes llamadas no insulinodependientes) se comienza el chequeo de los riñones a partir del momento del diagnóstico de la diabetes.
Las personas diabéticas pueden cuidar sus riñones con medidas simples: cuidando que los valores de las glucemias sean los más cercanas a lo
normal; con valores de presión arterial menores a 130/80 mmHg (lo que se conoce como 13/8); conservando un peso adecuado y, por tanto, una
dieta acorde; controlando los niveles de colesterol; haciendo actividad física; evitando el tabaco y realizando el tratamiento con medicamentos como los llamados inhibidores de la enzima de conversión.
Cuáles son los síntomas, las medidas preventivas y los controles gratuitos que pueden realizarse en todos los hospitales públicos, obras sociales y medicinas prepagas.
La relación entre enfermedad renal y diabetes se denomina nefropatía diabética. Se trata de un trastorno o patología del riñón que incluye procesos inflamatorios, degenerativos y escleróticos. "En la Argentina aproximadamente el 38 % de los pacientes en tratamiento sustitutivo (hemodiálisis, Diálisis peritoneal) o en lista de espera para trasplante tienen diabetes", contó la Dra. Alicia Elbert, Medica Nefróloga especializada en diabetes y Directora de CEREHA (Centro de Estudio Renales e Hipertensión Arterial)
Si este problema se detecta a tiempo se puede iniciar un tratamiento adecuado y detener o pausar el problema renal. Si la detección es tardía será más difícil obtener buenos resultados. En los casos más avanzados se puede llegar al tratamiento con diálisis y al trasplante renal.
Los riñones son órganos que funcionan como filtros y por allí pasa toda la sangre del cuerpo. Son capaces de seleccionar las sustancias buenas y eliminar, a través de la orina, las sustancias de desecho.
La diabetes mal controlada, la presión arterial alta no tratada, el colesterol elevado, el tabaco, entre otros factores, deterioran estos filtros y ya no pueden seleccionar adecuadamente qué sustancias son buenas y cuáles no. Cabe recordar que en los últimos años la diabetes junto con la obesidad han aumentado en forma alarmante conformando según la OMS una epidemia ( en el mundo actualmente la prevalencia de diabetes es de 344 millones de personas). Ambas patologías si no son tratadas pueden enfermar los riñones.
En el inicio del problema renal habitualmente no hay ningún síntoma, ya que éstos aparecen cuando la enfermedad está avanzada.
Antes de llegar a esta situación, a través de estudios sencillos de sangre y de orina se puede saber cómo están funcionando estos filtros. Si se detecta un problema se puede comenzar un tratamiento para restaurarlos o para evitar que empeoren.
En las personas con diabetes tipo 1 (antes llamadas insulinodependientes) se comienzan a chequear los riñones, habitualmente, a partir de los 5 años del diagnóstico de la enfermedad. En las personas con diabetes tipo 2 (antes llamadas no insulinodependientes) se comienza el chequeo de los riñones a partir del momento del diagnóstico de la diabetes.
Las personas diabéticas pueden cuidar sus riñones con medidas simples: cuidando que los valores de las glucemias sean los más cercanas a lo
normal; con valores de presión arterial menores a 130/80 mmHg (lo que se conoce como 13/8); conservando un peso adecuado y, por tanto, una
dieta acorde; controlando los niveles de colesterol; haciendo actividad física; evitando el tabaco y realizando el tratamiento con medicamentos como los llamados inhibidores de la enzima de conversión.
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