El intendente de Granadero Baigorria estaba en su despacho cuando recibió el llamado e Julio De Vido para pedirle que viajara de inmediato a Capital Federal. Una vez arribado al Ministerio de Planificación lo subió a un helicóptero hacia Olivos y en el aire le anticipó que reemplazaría a Schiavi. “Quedó blanco, pero no podía decir que no”, dijeron en su entorno.
Hasta media mañana, Alejandro Ramos estaba en su despacho de intendente de Granadero Baigorria, en el primer tramo de su segundo mandato. De pronto, el teléfono sonó desde Buenos Aires. Un secretario de Julio De Vido lo instó a viajar de inmediato.
En el Ministerio de Planificación, De Vido no lo dejó ni sentarse y lo subió a un helicóptero con el pretexto de "ir a ver unas obras", según contó a LPO un vocero del municipio lindante con Rosario. Fue en el aire donde le anticipó lo que se venía: le indicó al piloto que pusiera rumbo a Olivos, donde los esperaba la Presidenta.
"Alejandro quedó blanco, pero sabe que en esas circunstancias no se puede decir que no, ni siquiera que lo va a pensar", cuentan en su entorno.
De Vido lo tranquilizó al decirle que tendrá "todo su respaldo" para sentarse en el sillón más caliente del gobierno, de donde saltaron eyectados Ricardo Jaime y ahora Juan Pablo Schiavi. La presidenta le dijo que "confiaba en que él podrá coordinar el cambio" en Transporte.
De regreso telefoneó a sus operadores para que vayan haciendo el trámite de licencia por 90 días. Este miércoles asumió como intendente interino el presidente del Concejo Deliberante local, el kirchnerista Marcelo Rosales.
Ramos confía en su férrea lealtad a De Vido compense su falta de experiencia en materia de transporte. Granadero Baigorria tiene 32.000 habitantes y su servicio de colectivos es el interurbano del conglomerado de Rosario que va desde la ciudad principal hasta Puerto San Martín. Baigorria queda en el medio y tampoco tiene trenes.
Ramos acredita una cercanía con el ministro de Planificación. La confianza se granjeó desde su primer mandato en 2007, cuando ganó por poco. El año pasado no pasó apuros: fue reelecto por el 71 por ciento de los votos.
"Como el gobierno provincial no nos atendía, Alejandro agarró su auto particular, empezó a ir seguido a Buenos Aires a golpear puertas y se hizo conocido", describió un estrecho colaborador del nuevo titular de Transporte.
En su entorno le atribuyen a esa iniciativa el favor de que De Vido haya direccionado obras públicas financiadas por la Nación hacia esta ciudad situada sobre el río Paraná, junto al puente que une Rosario con Victoria.
"Ahora tenemos el 70 por ciento de la ciudad con cloacas, tenemos pavimento, infraestructura que hasta entonces Baigorria no tenía", dicen a su alrededor. Sus detractores tienen una visión opuesta sobre su gestión municipal y la realidad de esa ciudad.
Casado y con un hijo, Ramos abrió un estudio jurídico luego de recibirse en la Universidad Nacional de Rosario. Con años de militancia peronista, empezó su carrera política como secretario de Cultura baigorrense en 2005. Fue electo concejal en 2007 y luego intendente.
Al frente del municipio se involucró de lleno en el kirchnerismo. Se sumó a la Federación Argentina de Municipios y fundó un espacio de intendentes peronistas de la provincia para contrapesar la hegemonía socialista y la supremacía de colegas del Frente Progresista en las ciudades más importantes, como Rosario y Santa Fe.
Esa liga de intendentes peronistas tuvo, sí, un papel ambiguo en la definición interna del PJ para elegir quién presidiría la Cámara de Diputados provincial.
En noviembre declararon su apoyo a María Eugenia Bielsa, pero unas semanas más tarde convalidaron en una reunión a la cual la legisladora no fue invitada, el acuerdo para que el titular de la Cámara baja sea el rossista Luis Rubeo.
En la campaña para gobernador, Ramos apoyó y trabajó para la candidatura de Agustín Rossi. Sin embargo, contra los rumores de las últimas horas, el jefe de los diputados K negó que haya hecho lobby para instalar a Ramos en la silla de Schiavi. Eso le dijo a LPO una fuente cercana a Rossi. "Ramos llegó por De Vido. Agustín no hizo nada sobre eso, y nadie lo llamó tampoco para consultarlo", aseguró. (La Política OnLine).
Hasta media mañana, Alejandro Ramos estaba en su despacho de intendente de Granadero Baigorria, en el primer tramo de su segundo mandato. De pronto, el teléfono sonó desde Buenos Aires. Un secretario de Julio De Vido lo instó a viajar de inmediato.
En el Ministerio de Planificación, De Vido no lo dejó ni sentarse y lo subió a un helicóptero con el pretexto de "ir a ver unas obras", según contó a LPO un vocero del municipio lindante con Rosario. Fue en el aire donde le anticipó lo que se venía: le indicó al piloto que pusiera rumbo a Olivos, donde los esperaba la Presidenta.
"Alejandro quedó blanco, pero sabe que en esas circunstancias no se puede decir que no, ni siquiera que lo va a pensar", cuentan en su entorno.
De Vido lo tranquilizó al decirle que tendrá "todo su respaldo" para sentarse en el sillón más caliente del gobierno, de donde saltaron eyectados Ricardo Jaime y ahora Juan Pablo Schiavi. La presidenta le dijo que "confiaba en que él podrá coordinar el cambio" en Transporte.
De regreso telefoneó a sus operadores para que vayan haciendo el trámite de licencia por 90 días. Este miércoles asumió como intendente interino el presidente del Concejo Deliberante local, el kirchnerista Marcelo Rosales.
Ramos confía en su férrea lealtad a De Vido compense su falta de experiencia en materia de transporte. Granadero Baigorria tiene 32.000 habitantes y su servicio de colectivos es el interurbano del conglomerado de Rosario que va desde la ciudad principal hasta Puerto San Martín. Baigorria queda en el medio y tampoco tiene trenes.
Ramos acredita una cercanía con el ministro de Planificación. La confianza se granjeó desde su primer mandato en 2007, cuando ganó por poco. El año pasado no pasó apuros: fue reelecto por el 71 por ciento de los votos.
"Como el gobierno provincial no nos atendía, Alejandro agarró su auto particular, empezó a ir seguido a Buenos Aires a golpear puertas y se hizo conocido", describió un estrecho colaborador del nuevo titular de Transporte.
En su entorno le atribuyen a esa iniciativa el favor de que De Vido haya direccionado obras públicas financiadas por la Nación hacia esta ciudad situada sobre el río Paraná, junto al puente que une Rosario con Victoria.
"Ahora tenemos el 70 por ciento de la ciudad con cloacas, tenemos pavimento, infraestructura que hasta entonces Baigorria no tenía", dicen a su alrededor. Sus detractores tienen una visión opuesta sobre su gestión municipal y la realidad de esa ciudad.
Casado y con un hijo, Ramos abrió un estudio jurídico luego de recibirse en la Universidad Nacional de Rosario. Con años de militancia peronista, empezó su carrera política como secretario de Cultura baigorrense en 2005. Fue electo concejal en 2007 y luego intendente.
Al frente del municipio se involucró de lleno en el kirchnerismo. Se sumó a la Federación Argentina de Municipios y fundó un espacio de intendentes peronistas de la provincia para contrapesar la hegemonía socialista y la supremacía de colegas del Frente Progresista en las ciudades más importantes, como Rosario y Santa Fe.
Esa liga de intendentes peronistas tuvo, sí, un papel ambiguo en la definición interna del PJ para elegir quién presidiría la Cámara de Diputados provincial.
En noviembre declararon su apoyo a María Eugenia Bielsa, pero unas semanas más tarde convalidaron en una reunión a la cual la legisladora no fue invitada, el acuerdo para que el titular de la Cámara baja sea el rossista Luis Rubeo.
En la campaña para gobernador, Ramos apoyó y trabajó para la candidatura de Agustín Rossi. Sin embargo, contra los rumores de las últimas horas, el jefe de los diputados K negó que haya hecho lobby para instalar a Ramos en la silla de Schiavi. Eso le dijo a LPO una fuente cercana a Rossi. "Ramos llegó por De Vido. Agustín no hizo nada sobre eso, y nadie lo llamó tampoco para consultarlo", aseguró. (La Política OnLine).
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