En la agrupación fundada por el hijo de la Presidenta, afirman que en los próximos meses Máximo Kirchner comenzará a recorrer la provincia de Buenos Aires. Especulan con su candidatra a diputado nacional el año próximo y hasta imaginan su primera incursión mediática. Pero algunos le advierten sobre los riesgos de la movida.
Máximo Kirchner ha logrado con su estilo críptico y la ola de secretismo que cultiva, erigirse en una sombra poderosa a la que se le atribuyen, designaciones, castigos a funcionarios díscolos o simplemente tarambanas, así como buena parte de las decisiones políticas que toma el Gobierno.
Este dispositivo de menos que cero aparición pública y altísimo manejo de poder en la trastienda, podría empezar a sincerarse si el año que viene finalmente pega el salto a la arena electoral, como lo impulsan algunos de los integrantes de La Cámpora, la aceitada orgzanización juvenil que creó.
Quienes lo aconsejan en ese sentido le proponen que el año próximo encabece la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, la misma que lideró su padre en 2009 cuando perdió con Francisco de Narváez.
Se trata de una estrategia que apunta a posicionarlo como presidenciable para el 2015 y si esto no es posible al menos dejarlo como la "garantía" política del kirchnerismo que buscaría hacerse fuerte en las cámaras y en todo caso ceder la postulación presidencial a Daniel Scioli, apostando a controlarlo desde el legislativo. Una replica del modelo que ahora aplicó en la provincia, con Gabriel Mariotto de vice y La Cámpora conduciendo la Legislatura bonaerense.
"Máximo puede optar por no presentarse en el 2015, para seguir sumando experiencia y fogueo y disputar la Presidencia en el 2019", arriegan cerca suyo.
Es decir, de lo que se habla cuando se habla de Máximo es del principal problema político que hoy enfrenta el kirchnerismo: la sucesión. Sin reelección presidencial, ni candidato fuerte a la vista, se trata de un problema de primer orden para una fuerza que no se resigna a dejar el poder.
La herencia de Kirchner
La injerencia determinante de Máximo es un mito que recorre al kirchnerismo desde la muerte del ex presidente, cuando su figura ccomenzó a crecer y ocupar el lugar del hombre fuerte del oficialismo. Pero hasta ahora esa supuesta influencia sólo se afianza en rumores rumores: nunca terminó su mudanza a la quinta de Olivos y jamás se lo ve en la Casa Rosada en los actos oficiales.
Incluso semanas atrás circuló fuerte el rumor de que iba a "venir" a instalarse a la Capital con despacho en la Casa Rosada o cercanías, para poner el cuerpo en la gestión y el asesoramiento a su madre. No ocurrió.
Esa tarea la delegó entre sus más cercanos, como los líderes de La Cámpora -en este orden- Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque, habitúes de Olivos e inspectores de Cristina en la Cámara de Diputados.
El nexo directo que estos diputados tienen con la Presidenta y su hijo es tan evidente que ya se está trasladando a lo simbólico. Los jóvenes camporistas están acondicionando el despacho que perteneció a Néstor Kirchner, en el tercer piso del palacio del Congreso y al lado de la destartalada oficina del jefe de bloque, Agustín Rossi.
Se trata de varios salones comunicados que cuenta con una sala de reuniones más grande de la cualquier otra oficina del Palacio. Obreros trabajaban a destajo para terminarla y es común que Wado y “El Cuervo” se peguen una vuelta para revisar las obras. Sólo un guiño de lo más alto del poder los habilitaría a tomar la osadía de ocupar el último despacho oficial que tuvo el ex presidente.
El camino a la Presidencia
Pero más allá de que finalmente Máximo acepte o eluda el desafío de postularse, la movida revela que el camino electoral ya empezó a ser un tema de máximo preocupación en lo más alto del poder. Y no sobra tiempo, si se tiene en cuenta que en 14 meses deberán presentarse las listas para las elecciones legislativas de 2013.
Mudarse a Olivos le daría al hijo de la Presidenta domicilio en la provincia de Buenos Aires -o acaso ya lo tenga acreditado-. El paso siguiente sería comenzar recorrer los distritos, lo que algunos jóvenes K aseguran que ya tiene previsto hacer en los próximos meses. Y explican que incluso por esta época ya podría haber comenzado con las caminatas, que decidió postergar ante la tragedia de Once.
Sin embargo, algunos de sus allegados desconfían del beneficio de la movida, que creen que en definitiva puede perjudicarlo. “Hay un maximismo que para existir el año que viene lo necesita candidato. Pero él no es tonto: debería competir con De Narváez pero también con Sergio Massa, quien deberá presentarse si quiere ser gobernador en 2015”, especulan.
Esos máximistas mencionados hablan de un pronto proceso de instalación que incluirá inéditas y muy seleccionadas entrevistas periodísticas, por ejemplo, con Jorge Rial. (La Polítíca OnLine).
Máximo Kirchner ha logrado con su estilo críptico y la ola de secretismo que cultiva, erigirse en una sombra poderosa a la que se le atribuyen, designaciones, castigos a funcionarios díscolos o simplemente tarambanas, así como buena parte de las decisiones políticas que toma el Gobierno.
Este dispositivo de menos que cero aparición pública y altísimo manejo de poder en la trastienda, podría empezar a sincerarse si el año que viene finalmente pega el salto a la arena electoral, como lo impulsan algunos de los integrantes de La Cámpora, la aceitada orgzanización juvenil que creó.
Quienes lo aconsejan en ese sentido le proponen que el año próximo encabece la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, la misma que lideró su padre en 2009 cuando perdió con Francisco de Narváez.
Se trata de una estrategia que apunta a posicionarlo como presidenciable para el 2015 y si esto no es posible al menos dejarlo como la "garantía" política del kirchnerismo que buscaría hacerse fuerte en las cámaras y en todo caso ceder la postulación presidencial a Daniel Scioli, apostando a controlarlo desde el legislativo. Una replica del modelo que ahora aplicó en la provincia, con Gabriel Mariotto de vice y La Cámpora conduciendo la Legislatura bonaerense.
"Máximo puede optar por no presentarse en el 2015, para seguir sumando experiencia y fogueo y disputar la Presidencia en el 2019", arriegan cerca suyo.
Es decir, de lo que se habla cuando se habla de Máximo es del principal problema político que hoy enfrenta el kirchnerismo: la sucesión. Sin reelección presidencial, ni candidato fuerte a la vista, se trata de un problema de primer orden para una fuerza que no se resigna a dejar el poder.
La herencia de Kirchner
La injerencia determinante de Máximo es un mito que recorre al kirchnerismo desde la muerte del ex presidente, cuando su figura ccomenzó a crecer y ocupar el lugar del hombre fuerte del oficialismo. Pero hasta ahora esa supuesta influencia sólo se afianza en rumores rumores: nunca terminó su mudanza a la quinta de Olivos y jamás se lo ve en la Casa Rosada en los actos oficiales.
Incluso semanas atrás circuló fuerte el rumor de que iba a "venir" a instalarse a la Capital con despacho en la Casa Rosada o cercanías, para poner el cuerpo en la gestión y el asesoramiento a su madre. No ocurrió.
Esa tarea la delegó entre sus más cercanos, como los líderes de La Cámpora -en este orden- Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque, habitúes de Olivos e inspectores de Cristina en la Cámara de Diputados.
El nexo directo que estos diputados tienen con la Presidenta y su hijo es tan evidente que ya se está trasladando a lo simbólico. Los jóvenes camporistas están acondicionando el despacho que perteneció a Néstor Kirchner, en el tercer piso del palacio del Congreso y al lado de la destartalada oficina del jefe de bloque, Agustín Rossi.
Se trata de varios salones comunicados que cuenta con una sala de reuniones más grande de la cualquier otra oficina del Palacio. Obreros trabajaban a destajo para terminarla y es común que Wado y “El Cuervo” se peguen una vuelta para revisar las obras. Sólo un guiño de lo más alto del poder los habilitaría a tomar la osadía de ocupar el último despacho oficial que tuvo el ex presidente.
El camino a la Presidencia
Pero más allá de que finalmente Máximo acepte o eluda el desafío de postularse, la movida revela que el camino electoral ya empezó a ser un tema de máximo preocupación en lo más alto del poder. Y no sobra tiempo, si se tiene en cuenta que en 14 meses deberán presentarse las listas para las elecciones legislativas de 2013.
Mudarse a Olivos le daría al hijo de la Presidenta domicilio en la provincia de Buenos Aires -o acaso ya lo tenga acreditado-. El paso siguiente sería comenzar recorrer los distritos, lo que algunos jóvenes K aseguran que ya tiene previsto hacer en los próximos meses. Y explican que incluso por esta época ya podría haber comenzado con las caminatas, que decidió postergar ante la tragedia de Once.
Sin embargo, algunos de sus allegados desconfían del beneficio de la movida, que creen que en definitiva puede perjudicarlo. “Hay un maximismo que para existir el año que viene lo necesita candidato. Pero él no es tonto: debería competir con De Narváez pero también con Sergio Massa, quien deberá presentarse si quiere ser gobernador en 2015”, especulan.
Esos máximistas mencionados hablan de un pronto proceso de instalación que incluirá inéditas y muy seleccionadas entrevistas periodísticas, por ejemplo, con Jorge Rial. (La Polítíca OnLine).
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