La traducción de la frase inglesa del encabezamiento es “Predicarle al coro”, y reprocha la inutilidad de hacerlo, porque los del coro ya saben el sermón. Más inútil es si por coro se entiende el recinto del templo donde se junta el clero para cantar los oficios divinos, porque en ese caso sería predicarle a las paredes.
Las conferencias y reuniones de los grupos con pensamiento de centro derecha convocan siempre a las mismas personas, donde despotrican contra el gobierno. El expositor le predica al coro y después todos se van con la sensación del deber cumplido. Nada nuevo se aportó. Además están divididos por gilipollas que las consideran ideas rectoras, no tienen solución para las urgencias ciudadanas y no definen las prioridades políticas institucionales para el ordenamiento y prosperidad del país. Difícilmente podrán convocar a la ciudadanía y contar con su apoyo.
Argentina necesita un programa de prioridades de acciones concretas a realizar, que no deberían ser más de tres; no de generalidades como las presentadas por los partidos políticos que la ciudadanía sabe que no las cumplirán y no pierde tiempo en leerlas. Si los miles de problemas existentes se consideran prioridades, nada se resolverá. La ciudadanía sabe que su prosperidad requiere trabajo y tiempo. Lo demás son mentiras.
Las conferencias y reuniones de los grupos con pensamiento de centro derecha convocan siempre a las mismas personas, donde despotrican contra el gobierno. El expositor le predica al coro y después todos se van con la sensación del deber cumplido. Nada nuevo se aportó. Además están divididos por gilipollas que las consideran ideas rectoras, no tienen solución para las urgencias ciudadanas y no definen las prioridades políticas institucionales para el ordenamiento y prosperidad del país. Difícilmente podrán convocar a la ciudadanía y contar con su apoyo.
Argentina necesita un programa de prioridades de acciones concretas a realizar, que no deberían ser más de tres; no de generalidades como las presentadas por los partidos políticos que la ciudadanía sabe que no las cumplirán y no pierde tiempo en leerlas. Si los miles de problemas existentes se consideran prioridades, nada se resolverá. La ciudadanía sabe que su prosperidad requiere trabajo y tiempo. Lo demás son mentiras.
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