Todos los transeúntes que día a día pasan por las inmediaciones del edificio del Ministerio de Economía, ubicado en la manzana delimitada por las calles 7, 8, 45 y 46, pueden notar que en las afueras del lugar se exhiben pancartas que promocionan eventos impulsados por capitales privados.
NOVA consultó a varios comerciantes de la región que se mostraron desconcertados al respecto y hay una gran incertidumbre en torno a este tema. Ya que hay quienes se preguntan si este proceder es producto del abandono que poseen los edificios públicos, o si la situación es generada en forma intencional por empresarios del sector. “Lo más común es ver afiches que promocionan bandas musicales y eventos de distinta índole que no son libres y gratuitos”, sentenció un frentista.
Las ofertas culturales se renuevan semana a semana y puede notarse que los afiches cubren la totalidad del lugar. Asimismo hay quienes afirman que no existen controles sobre esta actividad y que el cambio de pancartas se realiza en forma natural, a veces en horas de la madrugada para no llamar la atención.
“El abandono de los edificios públicos es evidente, tanto por dentro como por fuera. Yo soy empleada del sector público y si bien todos los días se ven nuevos afiches ya no me sorprende que eso pase, porque por dentro muchos ministerios están venidos abajo”, sentenció una trabajadora que pidió reservar su identidad.
Las imágenes hablan por sí solas, y son parte de un paisaje urbano en el que se mezclan los espacios públicos con intereses privados que buscan agigantar la billetera sin importar en qué lugar se cuelgan los anuncios publicitarios.
NOVA consultó a varios comerciantes de la región que se mostraron desconcertados al respecto y hay una gran incertidumbre en torno a este tema. Ya que hay quienes se preguntan si este proceder es producto del abandono que poseen los edificios públicos, o si la situación es generada en forma intencional por empresarios del sector. “Lo más común es ver afiches que promocionan bandas musicales y eventos de distinta índole que no son libres y gratuitos”, sentenció un frentista.
Las ofertas culturales se renuevan semana a semana y puede notarse que los afiches cubren la totalidad del lugar. Asimismo hay quienes afirman que no existen controles sobre esta actividad y que el cambio de pancartas se realiza en forma natural, a veces en horas de la madrugada para no llamar la atención.
“El abandono de los edificios públicos es evidente, tanto por dentro como por fuera. Yo soy empleada del sector público y si bien todos los días se ven nuevos afiches ya no me sorprende que eso pase, porque por dentro muchos ministerios están venidos abajo”, sentenció una trabajadora que pidió reservar su identidad.
Las imágenes hablan por sí solas, y son parte de un paisaje urbano en el que se mezclan los espacios públicos con intereses privados que buscan agigantar la billetera sin importar en qué lugar se cuelgan los anuncios publicitarios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario