El gobernador bonaerense y el jefe de Gobierno porteño inauguraron una planta de tratamiento de residuos domiciliarios en José León Suárez. "Nos reuniremos las veces que sean necesarias", dijo Scioli.
En una muestra de distensión tras la disputa que mantuvieron semanas atrás por el envío de basura a la provincia, Daniel Scioli y Mauricio Macri estuvieron juntos en la apertura de una planta en los terrenos del Complejo Ambiental Norte III, en José León Suárez. Allí, renovaron el "compromiso" para trabajar en "acuerdo" y en "consenso" para resolver este problema.
El gobernador bonaerense resaltó "la responsabilidad social que exige este tema" y destacó la necesidad de "un consenso, un acuerdo a la altura de lo que es está problemática que tenemos que ir revirtiendo".
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño remarcó que el problema de la basura "obliga a que todos trabajemos en equipo" y subrayó que "todos debemos comprometernos a un país y un área metropolitana verde".
Previendo las críticas que pueden llegar desde el kirchnerismo, Scioli pidió a la prensa que "no le den otro tipo de lectura" al acto "que la del sentido común". Además, aseguró que se reunirá "las veces que sean necesarias" con Macri porque "los problemas no desparecen solos".
Más tarde, el gobernador tuvo otro encuentro que levantó suspicacias ya que recibió a los representantes de la Confederación de Agrupaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), una de las entidades que integran la Mesa de Enlace, en momentos que resurge con fuerza la tensión entre el campo y el Gobierno nacional.
Cómo funciona la planta
La planta de tratamiento de residuos procesará diariamente un volumen de 1.000 toneladas, de las cuales se estima que podrán recuperarse alrededor de 590 toneladas.
De ese total, a su vez, 410 toneladas de residuos orgánicos serán tratadas para luego ser utilizadas como cobertura del relleno sanitario y 180 toneladas de residuos secos (plástico, papel, cartón, vidrio y metal) serán enfardadas y comercializadas.
El sistema MBT es una tecnología que se utiliza con la finalidad de reducir la cantidad de residuos que se disponen en el relleno sanitario a través de la recuperación de los materiales reciclables y la estabilización de los biodegradables (materiales orgánicos).
La planta inaugurada cuenta con un plantel de 140 trabajadores distribuidos en dos galpones de 10 mil metros cuadrados cada uno.
En cada galpón funciona una plataforma de separación y clasificación de residuos, que cuenta con tres líneas operativas, donde se realiza el tratamiento mecánico a los residuos secos, mientras que el área de bioestabilización dispone de 12 túneles de hormigón armado de 818 toneladas de capacidad.
Los residuos ingresados pasan a través de un rompe bolsas automático y mediante un tromel se procede a separar los secos de los húmedos.
Luego los residuos secos son dispuestos sobre la plataforma de separación, donde mediante clasificación manual se recupera el papel, cartón, plástico y vidrio para su posterior enfardo y reinserción en el circuito productivo como materia prima industrial.
Los metales son recuperados de forma automática mediante un separador magnético y los materiales que no sirven van a disposición final.
Los residuos húmedos son llevados a la plataforma de bioestabilización y dispuestos en los biorreactores de la planta para iniciar el tratamiento biológico.
El biorreactor permanece cerrado herméticamente durante 23 días, con una membrana de tecnología gore tex y es monitoreado por un sistema computarizado para controlar temperatura, oxígeno y humedad durante el tratamiento.
Finalizado ese plazo se obtiene material bioestabilizado que se utiliza como el primer sustrato de cobertura del relleno sanitario para que actúe como biofiltro.
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