(La Politica Online). Algunos jefes comunales tienen frenadas partidas para repuestos porque no hay precios.
La devaluación del peso que aplicó la semana pasada el Gobierno nacional puso en aprietos a los intendentes del Conurbano, que en los dos últimos dos años ya venían haciendo malabares en las flacas economías comunales.
Principalmente, el aumento del precio del dólar impactó en los insumos que utilizan a diario los municipios: desde toners para las impresoras hasta repuestos para componer las luminarias.
“Quizá haya algún problema pero va a ser menor hasta que los precios se recompongan. Nosotros estamos stockeados y tal vez los proveedores demoren alguna entrega pero no será algo que nos complique. Esto fue un intento de desestabilización del mercado, hay que decirlo, pero tenemos que estar fuertes para soportarlo”, dijo a LPO el jefe comunal de San Vicente, Daniel Di Sabatino.
Sin embargo, otros intendentes que prefieren no ser nombrados sostienen que el salto que dio la moneda verde podría complicarlos. Por ejemplo, otro jefe comunal del sur confió que tiene frenada una partida de repuestos para automotores y otro de alumbrado público porque directamente los vendedores no tienen precio de referencia.
Un intendente del norte, allegado al massismo, aseguró que su presupuesto “está detonado”. “El Concejo aprobó un presupuesto en diciembre y en 15 días, perdió el 20 por ciento. Todo lo que teníamos programado se cayó ya hora vamos a tener que hacer algunos recortes”, señala.
De todos modos, algunos tomaron precauciones en una año complicado y por eso recurrieron a las facultades especiales para poder mover partidas sin necesidad de autorización del Concejo Deliberante.
Otra de las esperanzas es que con el nuevo esquema del dólar, los exportadores liquiden las cosechas, el Gobierno se haga con fondos frescos y la coparticipación gotee con más fuerza. Pero no son fondos seguros.
La conflictividad salarial
Otro de los puntos que afligen a los jefes comunales es la alta conflictividad salarial con una inflación en crecimiento y un dólar alto. En general, las negociaciones comienzan en febrero y los sindicatos municipales ya avisaron que pedirán no menos del 30% de aumento.
También está la presión de los cooperativistas del Plan Argentina Trabaja, que si bien disminuyeron en número en los últimos años, los magros sueldos que perciben están congelados cerca de los 2 mil pesos.
Por caso, hoy la agrupación Barrios de Pie lleva adelante varios piquetes en distintos puntos del país con una marcha al Ministerio de Desarrollo Social para que se actualicen sus salarios y haya mejoras en la Asignación Universal por Hijo.
“Es algo que debe resolver la Casa Rosada, la conflictividad crece”, graficó un intendente. Otro, fue más duro: “El que compraba Coca Cola ahora va a tener que comprar Manaos”. (La Politica Online).
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