El presidente ejecutivo de la cadena de origen francés, Georges Plassat, aseguró que la firma va a "desacelerar el plan de inversiones” para no someterse “a un riesgo de tesorería", pero aseguró que la cadena seguirá trabajando en Argentina, "pese a la inflación galopante".
Dos empresas extranjeras analizaban hoy cómo afectará un default a sus operaciones. El presidente mundial de Carrefour, Georges Plassat, aseguró que la cadena seguirá trabajando en Argentina "pese a la inflación galopante" pero anunció que pensaba "desacelerar el plan de inversiones".
"Es para no someternos a un riesgo de tesorería", explicó.
Según Plassat, un default puede llevar "a una baja del consumo, entre otros en el sector no alimentario”, algo que podría obligar a la empresa a bajar sus precios para mantener competitividad.
El ejecutivo añadió que la cadena podrá manejar el impacto a nivel global, ya que Argentina representa sólo el 3% de sus ventas y el 2% de sus beneficios operativos.
Las acciones de Carrefour caían hoy en Europa un 3,96%, a 26,050 euros, aunque sus beneficios operativos del primer semestre subieron 13,8% hasta US$ 1.120 millones, mientras que el beneficio neto ajustado creció 16,7%.
El consejero delegado del Banco Santander, Javier Marín, también habló hoy sobre la situación de Argentina. Aseguró que a la entidad no le afectaría un default porque el 70% de sus activos son cuentas y comisiones y sólo un 30% son créditos. Y sobre el posible default, se mostró prudente: "La novela no está acabada".
Panorama crítico para el campo
Varios especialistas de renombre del mercado de granos comenzaron a visualizar los daños que traerá la cesación de pagos que finalmente se concretó este miércoles tras la conferencia de prensa del joven ministro Axel Kicillof.
“Hoy ya no hay suficiente espalda para invertir en el campo y no ganar dinero; es indudable que se terminaron los años de bonanza y que vamos a un ajuste muy fuerte del tipo de cambio”, alertó el consultor económico Salvador Di Stefano, para quien “en soja los números no cierran en campo alquilado y en las zonas secundarias se sembrará muchísimo menos”.
En ese sentido, según otras fuentes, el default podría traer dos consecuencias directas sobre la producción de soja. En primer lugar, un posible atraso del tipo de cambio hará que los productores con mayor capacidad financiera retengan el remanente de la cosecha 2013/14 mientras que, por otro lado, ya se habla de una caída del área de siembra para la próxima campaña 2014/15 que comienza en estos meses.
Algunos hasta se animan a prever que la implantación del cultivo no llegará a las 20 millones de hectáreas, contrariamente a lo que vino ocurriendo en la última década.
En la misma línea, el economista agropecuario, Jorge Ingaramo, sostuvo que “un default generará mayor incertidumbre sobre el tipo de cambio, una demora en la liquidación de la cosecha de soja, tasas de interés más altas y una brecha cambiaria aún más amplia que la actual”, con lo que “las producciones agrícolas se verían afectadas porque las decisiones de los productores se postergarán e inevitablemente nos meteríamos de lleno en un escenario muy complicado con un alto grado de incertidumbre que no ayudará a la toma de decisiones”.
Por su parte, Ramiro Costa, economista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), opinó que “un default llevará indudablemente a una restricción crediticia que afectará la incorporación de tecnología por parte de los productores de cara a la nueva campaña.
Por lo tanto, las consecuencias de un posible default para el agro van a depender en definitiva de las políticas que se tomen respecto al tipo de cambio”. (Empresas News).
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