En La Plata, los incrementos oscilarán entre el 250% y el 300%. Mientras que en otros distritos bonaerenses, las subas ascenderán hasta el 800%. El impacto se sentirá en las facturas de junio y afectará, sobre todo, a quienes menos consuman
Cruda como el frío será la realidad de los argentinos este invierno tras la oficialización de los aumentos tarifarios de 11 compañías de transporte y distribución de gas natural de todo el país, como complemento de los incrementos publicados días atrás y que afectan a ocho millones de usuarios. Como los aumentos comenzaron a aplicarse desde el 1° de abril con facturación bimestral -aunque podrán ser abonadas mensualmente-, las nuevas facturas recién empezarán a llegar a los hogares en junio, cuando despunte el período invernal.
Así, mientras en La Plata la suba rondará entre el 250 y el 313%, otros distritos bonaerenses (como Mar del plata, Tandil, Necochea, Olavarría, Balcarce, Mar Chiquita, General Alvarado, Azul, Balcarce, Saladillo y Roque Pérez) que, por un recurso de amparo interpuesto en 2014, mantenían sus tarifas congeladas, sentirán un impacto de entre el 700 y 800%, según detallaron desde la empresa estatal Camuzzi Gas Pampeana.
De acuerdo al nuevo cuadro tarifario, “quienes menos consumen tendrán los mayores aumentos”, precisó a Hoy el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino.
De esta manera, un 70% de los usuarios de la Provincia tendrán subas de 250 a 313%, mientras que que para los que más demanden, las alzas serán de menos de 150%.
Según estas estimaciones, un usuario de la categoría de consumo medio inferior (576 metros cúbicos anuales) que antes pagaba alrededor de $40 por mes ($80 bimestrales), ahora gastará $167 cada 30 días ($334 por bimestre). Es decir, el incremento será del 313%.
En tanto que los hogares de menor consumo, que abonaban $46 bimestrales, ahora deberán desembolsar $174. Mientras que los sectores mediobajos, que antes pagaban $80, con los nuevos valores deberán abonar más de $330.
“El tarifazo perjudica a todos los sectores, pero fundamentalmente a los sectores medios y bajos, a las clases altas está claro que no las va a afectar”, sentenció Polino, y agregá que, además, el ajuste en el gas “perjudicará a las PyMes y a los consumidores en general, sobre todo a los que menos tienen, por el traslado a precios que va a producir este incremento, que no es aislado, sino que se inserta en una cadena inflacionaria en servicios como la energía eléctrica, el transporte, artículos de la Canasta Básica, las medicinas prepagas, la telefonía celular y fija, etc”.
“Para el consumo de gas, las distribuidoras consideran a los clientes según su consumo anual”, detalló Polino y, según esta presunción, los clientes que menos gas requieren saltarían de $300 a cerca de $1.000 a lo largo de 12 meses. Mientras que los que consuman un poco más pasarían de $590 a $2.459.
Desgranando el cuadro tarifario (Ver aparte), un hogar de clase media, que pagaba $1.100 anuales, tras el ajuste deberá costear $4.000. Una casa de consumo medio-alto, que pagó facturas por $4.500 anuales en 2015, saltará a los $11.500.
Atenuantes peligrosos
La quita de subsidios tratará de ser atenuada por la Tarifa Social, según la cual quedarán exentos de los incrementos los jubilados o pensionados con un monto menor o igual a dos veces el haber mínimo nacional; los empleados que perciban una remuneración bruta menor o igual a dos Salarios Mínimos Vital y Móvil (SMVM); los titulares de programas sociales; quienes perciban el seguro de desempleo o cuenten con certificado de discapacidad.
Además, se anunciaron incentivos en la reducción del precio del gas a cobrar a aquellos consumidores que muestren una mejora en su consumo a partir de un 15 por ciento menos con respecto al mismo período del año anterior. Pero, esta medida, indicaron los especialistas consultados por nuestro diario, “no deja de ser injusta, porque perjudica a aquellos que siempre fueron moderados en el consumo; alguien que siempre despilfarró está en mejores condiciones para lograr beneficios que alguien que siempre cuidó. Claramente, los que menos han consumido a lo largo del tiempo quedarán fuera del beneficio y pagarán tarifas más caras”.
Así, pese al ahorro que pueda registrar, un usuario tipo de la Provincia podrá tener un incremento promedio de entre 500 y 600%, mientras que si no ahorra y mantiene sus hábitos de consumo actuales, los valores oscilarán entre el 700 y 750%.
“Esto se trasladará a precios”
Por Claudio Boada (Titular de la Unión de Usuarios y Consumidores)
Especial para Hoy
Hay una serie de problemas relacionados con el tarifazo en el gas. Una de ellas está relacionada con el clima: así, en la fría Patagonia, el gas sería más barato que en la Pampa húmeda, por la mayor necesidad de uso del servicio.
Pero en ciudades de la provincia como Mar del Plata, que tiene temperaturas muy bajas, los cuadros tarifarios son muy similares a los de Buenos Aires o del resto del país.
Otro problema es que esto no sólo afecta a los usuarios residenciales, sino también a las PyMes, a negocios y comercios. En definitiva, esto se trasladará a precios e impactará directamente en el bolsillo del consumidor.
Además, los que no tienen la red de gas también van a sufrir el fuerte aumento del Gas Licuado de Petróleo (GLP), que tiene precio libre.
La realidad es que estamos en una situación muy difícil, porque ha habido ajustes en todas las tarifas, en los precios de todos los alimentos, y en todo lo que consumimos habitualmente.
El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay manifestó que no va a haber más aumentos en todo el año, pero a nosotros nos cuesta creerle, a juzgar por lo que viene ocurriendo desde que asumió el gobierno. (Diario Hoy).
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