Desde hace más de una década, el grupo de antropólogos Guias restituye a pueblos originarios restos óseos guardados como piezas de museo. Para ellos, se trata de la liberación de “prisioneros de la ciencia”
Desde hace 11 años, el grupo de antropólogos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) restituye a pueblos originarios los restos óseos guardados como colecciones arqueológicas en el Museo de La Plata u otros centros de estudios del país.
Para el presidente del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (Guias), Fernando Pepe, se trata de una liberación de los “prisioneros de la ciencia” por la que se busca “terminar con la cosificación de los restos óseos pertenecientes a pobladores originarios ya no entendidos como sujetos colonizados y sometidos, sino integrándolos en su contexto histórico, identificándolos como sujetos sociales, definiendo el verdadero carácter de su lucha de resistencia y entendiendo este como un conflicto entre iguales”.
Sobre la gestación del colectivo Guias, Pepe evocó que “en 2006 denunciamos la permanencia en vitrina del joven yagán Maish Kensis, muerto prisionero, dentro del Museo de La Plata, lo que posibilitó que el 22 de agosto de ese mismo año se retirara de la vitrina su cuerpo, sentando precedente para que el 1º de septiembre de ese año se retiraran de exhibición todos los restos humanos de los pueblos originarios”.
A lo largo de esta larga década, el Guias ha participado en siete actos de restitución, que involucraron más de una docena de restos de individuos que volvieron a sus comunidades originarias para ser sepultados en su tierra. Hoy, el grupo lucha por la restitución de al menos cinco caciques cuyos huesos atesora el Museo platense.
Entre otros logros, Guias descubrió que en el Museo de La Plata aún se conservaba el cuero cabelludo y el cerebro del cacique Inakayal, evidenciando que la restitución en 1994 había sido incompleta, lo que motivó un nuevo pedido por parte de las comunidades de Chubut que concluyó en 2014 con su restitución total.
“Ahora estamos trabajando en lograr el retorno de los restos del yagán Maish Kensis a la comunidad de Puerto Williams, Chile; de Liempichún Sakamata del Museo del Hombre de Francia al Lof Liempichún de Alto Río Senguer, Chubut; del gran Toki Calfucurá a la comunidad de Neuquén; de Cipriano Catriel del Museo de La Patagonia de Bariloche a las comunidades catrieleras; de Sam Slick a las comunidades tehuelches, y de los qom y wichí, asesinados y fusilados durante el genocidio de fines del siglo XIX, a sus respectivas comunidades”, concluyó Pepe. (Diario Hoy).
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