La línea E fue la segunda en cantidad de horas de servicio perdidas durante marzo. El material rodante, por falta de mantenimiento, falla y produce demoras constantes. Las quejas de los pasajeros llegaron al ministro Moccia, que prometió incorporar ocho trenes Fiat Materfer reparados. Ya hay diez en servicio y prometen que para fin de año no quedarán más trenes viejos funcionando. La renovación de rieles y la extensión a Retiro, dos obligaciones contractuales de Metrovías que Roggio terminó ejecutando con fondos públicos.
La línea E, que históricamente fue la menos utilizada del Subte, se encuentra atravesando un delicado momento.
Los usuarios hacen notar su malestar ante las constante demoras, frecuentes cancelaciones y numerosas afectaciones. Sin ir más lejos, durante el pasado mes de marzo la línea E fue la segunda que más horas de servicio perdió: 29 horas y cinco minutos, casi 15 veces más que la línea H en igual período.
El año pasado el reclamo llegó hasta la Legislatura Porteña, donde se aprobó un pedido de informes y se interpeló al Jefe de Gabinete Felipe Miguel por la situación de la línea. Un grupo de usuarios llegó a pedir, incluso, una reducción de tarifa por el mal servicio. Desde el Ente Regulador de los Servicios Públicos de la Ciudad habían dicho entonces que a pesar de ser la línea menos utilizada de la red, es “una de las que más reclamos de los usuarios tiene”.
El pasado miércoles el reclamo llegó a la “reunión de gabinete abierto” que se celebró en la estación Facultad de Derecho de la línea H, donde los vecinos reclamaron vía Facebook al ministro de Desarrollo Urbano, Franco Moccia, de cuya cartera depende el Subte, por la situación del material rodante.
El funcionario reconoció las deficiencias y explicó que se está trabajando para incorporar “ocho formaciones” Fiat Materfer reparadas, que fueron desafectadas de las líneas A y D, donde se las reemplazó por material rodante cero kilómetro (trenes CNR y Alstom “300”).
La puesta en marcha de los Fiat Materfer en la línea E comenzó el año pasado y ya son diez los trenes de ese modelo que circulan allí. Fuentes de la línea aseguran que para fin de año, cuando haya unos 18 trenes Materfer en servicio, ya no quedará ningún CAF-GEE circulando.
De momento, la incorporación de los Materfer no ha traído mejoras palpables en la frecuencia: sólo ha permitido que salieran de servicio algunos viejos trenes CAF-GEE (quedan unos seis en circulación) que estaban en muy mal estado. Si bien el plan original era retirar esas formaciones definitivamente, ante la frágil situación de la flota y los problemas de frecuencia, algunas están siendo reparadas para reingresar a servicio, tal el caso de la formación “B”, que fue reparada en el Taller Polvorín.
Se trata de trenes que tienen más de 50 años de antigüedad y que presentan un alto nivel de deterioro, especialmente a nivel mecánico. No son pocas las veces en que quedan fuera de servicio debido a desperfectos provocados por la falta de mantenimiento. Desde la línea aseguran que este aspecto ha sido descuidado ante la inminencia de su retiro, en una aplicación del ya conocido “Efecto FEMESA”.
En una muestra de reconocimiento a esta fatiga, en 2005 se había previsto reformarlos (al igual que con los veteranos Siemens Schuckert O&K) para estirar su vida útil unos años más. A pesar de que ocho coches fueron trasladados a la planta de la firma Emepa, adjudicataria de la reforma, la obra quedó inconclusa. En 2013 Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) decidió dar de baja el contrato y el año pasado sacó a remate las carrocerías de los coches que habían quedado a medio reformar.
En términos de infraestructura, continúa ejecutándose la obra de renovación de vías. La obra, licitada en 2013 por SBASE, era una obligación contractual de la concesión de Metrovías. La operadora, que se presentará a la licitación para operar el Subte hasta 2034, quedó eximida de cumplirla tras la sanción de la ley de emergencia ferroviaria. Curiosamente, la obra terminó siendo adjudicada a la propia controlante de Metrovías, Benito Roggio.
La extensión de la línea a Retiro, en tanto, será inaugurada en mayo del año que viene. Esta también era una obligación contractual de la concesión de Metrovías, incorporada al contrato en la adenda de 1999 (decreto 393/99). Sin embargo, al igual que en la obra de renovación de rieles, esta quedó suspendida tras la emergencia ferroviaria. Finalmente, hacia 2009, comenzaron las obras de la ampliación, también a cargo de la controlante de la operadora, Benito Roggio, pero la obra terminó ejecutándose con fondos públicos aportados por el Estado nacional. (En el Subte).
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