En el día mundial de lucha
contra las enfermedades alérgicas debemos recordar que su prevalencia a nivel
mundial sigue aumentando, tanto en los países desarrollados como en los países
en desarrollo. Estas enfermedades engloban al asma, rinitis,
anafilaxia, alergia a drogas, alimentos e insectos, irritación, urticaria, etc.
En las últimas dos décadas la población infantil es la que se vio más afectada
Según las estadísticas de la
organización Mundial de la Salud (OMS), cientos de millones de sujetos en el
mundo sufren de rinitis y asma, enfermedades que afectan notablemente la
calidad de vida de estos pacientes y sus familias, generando un impacto
negativo en el bienestar socioeconómico. Las alergias complejas que involucran
polisensibilización y afectación de múltiples órganos van en aumento, con una
alta mortalidad provocando a su vez una mayor demanda en servicios de atención
de la salud. Se prevé que los problemas alérgicos se seguirán acrecentando conforme
a la contaminación atmosférica y a la temperatura ambiente en aumento.
Cuando se trata de problemas
crónicos o a largo plazo, como el caso del asma, el cumplimiento terapéutico es
difícil de mantener o se hace irregular. Si a esto agregamos la necesidad de
actuar rápido en determinadas ocasiones (exacerbaciones del asma, reacciones
adversas a alimentos) y de cambiar situaciones ambientales y determinados
hábitos o instaurar otros nuevos, resulta evidente la necesidad de integrar
todos estos conocimientos dentro de un programa de educación. Ante esta
situación “las enfermedades alérgicas precisan de un manejo integral, no sólo
desde el punto de vista terapéutico, sino también orientando al paciente sobre
como convivir con la enfermedad”
Otro dato importante para destacar
es que el “Día Mundial de la Alergia” está organizado por la Organización
Mundial de Alergia (World Allergy Organization WAO) en asociación con la
Alianza Global contra la Enfermedades Respiratorias Crónicas (Global Alliance
Against Chronic Respiratory Diseases GARD) con la finalidad de aumentar el
conocimiento sobre las enfermedades alérgicas crónicas respiratorias.
El día Mundial de la Alergia (WAO)
y por consiguiente la lucha contra las enfermedades alérgicas, pretende:
1. Difundir
el conocimiento sobre las enfermedades respiratorias alérgicas.
2.
Aumentar el conocimiento sobre el perfil de los alergenos locales más
destacados, su prevalencia a lo largo del año y como los cambios climáticos
están cambiando la historia natural de los alérgenos.
3.
Educar a los médicos, a los pacientes y a la población general sobre el papel
de la exposición persistente a alergenos en el inicio y mantenimiento de las
enfermedades alérgicas respiratorias crónicas y su comorbilidad.
Dentro de las enfermedades
crónicas respiratorias se incluyen la rinitis alérgica, la
rinoconjuntivitis y la sinusitis alérgica, el asma alérgica, el asma
ocupacional alérgica, la aspergilosis broncopulmonar alérgica y otros problemas
de vías aéreas provocados por exposición a alergenos (también llamados
antígenos).
Recordemos también, que la
alergia es una reacción de defensa del organismo contra sustancias externas
(alergenos) que penetran en el cuerpo. Esas sustancias pueden penetrar por el
aparato digestivo (alimentos, medicamentos), por el aparato respiratorio
(inhalantes), absorbidas por la piel (contactantes), o atravesando la piel
(inyecciones, picaduras). El sistema inmune del cuerpo reconoce esas sustancias
como extrañas e intenta neutralizarlas. Las personas sin alergia también las
reconocen como extrañas, pero su organismo las contrarresta sin dañarse a sí
mismo, mediante mecanismos llamados de tolerancia. Las personas con alergia las
intentan neutralizar por mecanismos que se vuelven dañinos contra el propio
organismo, y causan los síntomas de alergia.
Se llama alergenos a las
sustancias capaces de provocar respuestas alérgicas, son extrañas al cuerpo
humano, y en ocasiones se dice que son inofensivas, pero no lo son, pues muchas
tienen acciones químicas dañinas sobre el organismo. Casi cualquier sustancia
puede ser alergénica: alimentos, medicamentos, sustancias que flotan en el aire
y se respiran, como el polen, los hongos, las partículas de ácaros o la caspa
de los animales, sustancias que se tocan, materiales utilizados en diversas
profesiones, etc. Algunas son muy poco frecuentes y puede ser difícil
identificarlas.
Es común que en el
consultorio nos pregunten: ¿A qué edad aparece la alergia, puedo tener alergia
a mi edad? La respuesta es: a cualquier edad, aunque es más frecuente en niños
y adolescentes que a otras edades, pero puede aparecer en cualquier momento de
la vida. Hay algunos casos (muy poco frecuentes) en que la alergia aparece durante
los primeros meses del niño; posteriormente puede aparecer a cualquier edad,
incluso en personas ancianas. Además, aparece frente a cosas que durante años
se han tolerado perfectamente, como medicamentos (penicilina y derivados), frutos
secos, mariscos, animales, etc.
Otra pregunta habitual es si:
¿La alergia se hereda? Se puede heredar la predisposición atópica, o sea la
facilidad para desarrollar alergia en general, no frente a sustancias
específicas (puede ser que el padre sea alérgico a la penicilina y el hijo que
nos consulta, no). La alergia aparece con más facilidad en las personas
predispuestas, pero las personas sin familiares alérgicos también pueden
presentarla. Si una persona está expuesta repetidamente a alguna sustancia,
como por ejemplo polvillo de animales por trabajo en laboratorios de
experimentación puede terminar con alergia. Si un niño con predisposición vive
desde el nacimiento en un domicilio con alfombras, muchas telas y almohadones,
o numerosos peluches, puede hacerse alérgico a los ácaros del polvo.
También otra pregunta que nos
hacen es: ¿que necesitamos para ser alérgicos? Para hacerse alérgico se
necesita al menos un primer contacto con el alérgeno y para presentar síntomas
de alergia se precisa más de un contacto. En un determinado momento empieza el
proceso de sensibilización: la persona va formando IgE (Inmunoglobulina E) frente
a un alergeno específico. Inicialmente el nivel de esa IgE es bajo, o la
cantidad de alergeno es pequeña, y la persona aparentemente está tolerando bien
el antígeno. El nivel de IgE va subiendo, hasta que alcanza un nivel
determinado a partir del cual el contacto con el alergeno ya desencadena
síntomas. Para que se produzcan los síntomas tiene que haber suficiente
cantidad de IgE y de alergeno; si la cantidad de este último es pequeña, la
persona alérgica aparentemente la tolera sin problemas. Hay algunas células del
cuerpo (nariz, piel, pulmón, piel, etc.) que llevan la IgE especifica a un
alergeno pegada en su superficie. Si ese alergeno o uno muy parecido entra en
el cuerpo, se puede unir a la IgE que lo reconoce, las células liberan una
serie de componentes químicos (como la histamina), causando inflamación y se desencadenan
los síntomas, a su vez, atraen a más células que prolongan la inflamación y
mantienen la alergia.
Como antes mencionamos no es
habitual tener alergia en el primer contacto con el alergeno, sin embargo, hay
que mencionar la reactividad cruzada que suele ocurrir con alergenos muy
similares, como los langostinos con los camarones y cangrejos, o con alergenos
aparentemente muy distintos, como los langostinos con los ácaros del polvo, la
caspa de gato con la carne de cerdo, o el látex con la banana y las castañas.
Es importante remarcar que es el
especialista en alergia el encargado de estudiar y llegar al diagnóstico de esta
patología, después de una exhaustiva historia clínica, debe realiza una serie
de pruebas específicas de alergia, funcionales, y pruebas para descartar otras
causas.
Una vez realizado el
diagnóstico se realiza el enfoque del tratamiento que consta de tres tipos de
abordaje: el de rescate o de alivio de los síntomas, el preventivo o
antiinflamatorio continuo, y el etiológico o de la causa, que puede ser de
evitación de alergenos y de inmunoterapia o vacunas. Se adapta individualmente
a cada paciente.
La alergia puede evolucionar
de distintas maneras, mejorando, empeorando, o quedarse igual. Algunos pacientes
van adquiriendo nuevas alergias, o nuevos síntomas, o síntomas más agudos con
el tiempo. Esta evolución depende de la predisposición individual, del grado de
atopia de cada uno, y depende de que el tratamiento se realice mejor o peor.
Las personas atópicas, con facilidad para desarrollar y mantener alergias
tienen más dificultad para una evolución favorable. Las personas que cumplen
mejor el tratamiento prescrito por su médico evolucionan mejor y tienen mejor
pronóstico.
También con frecuencia, nos
consultan sobre ¿si la alergia se cura? La respuesta es que la alergia puede desaparecer
por completo en algunos casos; en otros casos permanece, pero se mejoran muchos
los síntomas. La desaparición se puede dar de manera espontánea, y otras veces
con el tratamiento que le recomienda el especialista. Hay pacientes que con el
tiempo desarrollan tolerancia a la sustancia a la que tenían alergia, y no
necesitan ninguna precaución especial con ella.
Prevención
de las enfermedades alérgicas
Para tratar de prevenir la
aparición de alergia en pacientes con factores de riesgo ya sea antecedentes
familiares o que ya tienen una alergia se recomienda: Medidas de Control
Ambiental para reducir la exposición a los principales alergenos como:
Ácaros del polvo doméstico en el hogar
con estrategias mayores y adicionales
Estrategias mayores (Recomendaciones
categoría A de la OMS)
·
Lavar
la ropa de cama regularmente (cada 1 o 2 semanas) a 55-60º C si fuera posible,
para matar los ácaros (lavar con agua fría remueve el 90 % de los ácaros; lavar
a 55-60ºC mata ácaros, pero no desnaturaliza los alergenos).
·
Lavar
almohadas y almohadones en agua caliente (entre 55-60º C), usar fundas
protectoras contra ácaros.
·
Ventilar
suficientemente la habitación para disminuir la humedad (mantener la humedad
interior relativa en menos de 50%).
Estrategias adicionales
·
Usar
una aspiradora de buena calidad (preferentemente con filtro HEPA).
·
Usar
plumeros o escobas húmedas para limpiar y barrer superficies.
·
Reemplazar
las alfombras por pisos de madera o linóleo, que pueden ser limpiados más
profundamente.
·
Quitar
o reducir el uso de cortinas, tapices, almohadones de las habitaciones.
Reemplazar los sillones de plumas.
·
Sacar
los muñecos de peluches de la habitación, lavarlos a 55-60ºC para matar los
ácaros.
·
No
permitir el ingreso de mascotas al dormitorio. Cambiarse de ropa antes de ir al
colegio/trabajo si ha estado en contacto con su mascota previamente.
·
Los
ácaros del polvo doméstico son transparentes y no tienen protección natural
frente a la luz solar. La exposición de colchones, alfombras, frazadas a la luz
solar por más de 3 horas los mata, por lo que es una opción para disminuir la
cantidad de ácaros en estos elementos.
Acciones para evitar la exposición a
pólenes. Proveer barreras mecánicas para el contacto con Pólenes.
·
Mantener
ventanas cerradas en los momentos de mayor cantidad de pólenes en el ambiente,
por ejemplo, en las tardes de primavera y verano.
·
Usar
anteojos para prevenir la entrada de pólenes en los ojos.
·
Considerar
el uso de máscaras sobre nariz y boca para prevenir la inhalación de pólenes en
el pico de la estación polínica.
·
No
cortar el césped uno mismo.
·
Mantener
las ventanas cerradas cuando el césped haya sido cortado
·
En lo posible usar aires acondicionados.
·
Si
fuera posible, instalar filtros para pólenes en los autos.
·
Aspirar
alfombras, colchones y tapicerías regularmente.
Acciones para evitar alergenos de
cucarachas: Eliminar las cucarachas y los lugares o condiciones que favorezcan
su permanencia, remover los alergenos.
·
Erradicar
las cucarachas mediante el uso de insecticidas apropiados.
·
Sellar
hendiduras o rajaduras de pisos y techos.
·
Eliminar
las fuentes de comidas de las cucarachas.
·
Controlar
la humedad interior.
·
Limpiar
pisos con agua y detergente para remover los alergenos.
·
Lavar
profundamente la ropa de cama, cortinas y vestimentas que puedan estar
contaminadas.
Acciones para evitar los alergenos de
hongos: Prevenir el crecimiento de hongos y de las esporas en el ambiente
durante la estación de hongos
Para el interior.
·
Usar
deshumificadores en la casa, si la humedad relativa es mayor a 50%.
·
Asegurarse
que tanto los calefactores y ventilación, como los aires acondicionados, estén
en buen estado.
·
Usar
una solución de amoniaco al 5% para remover hongos de los baños u otras
superficies.
·
Reemplazar
las alfombras por pisos de madera, cemento o mosaicos y el empapelado de
paredes por pintura.
·
Reparar
los caños rotos rápidamente.
Para el exterior.
·
Evitar
cortar y acumular el césped a finales del verano cuando hay mayor cantidad de esporas
de hongos en la vegetación en descomposición.
Conclusión
La Dra. Erika Jensen-Jarolim en su última publicación en
la WAO nos dice: "la
alergia es un problema clínico global, pero la respuesta a la misma radica en
las moléculas de alergenos. Sólo cuando entendamos los mecanismos tendremos la
oportunidad de prevenir, diagnosticar y tratar las alergias en nuestros
pacientes de una manera óptima”.
Para concluir, la mejor manera de luchar contra las enfermedades
alérgicas es la prevención para evitar y reducir los alergenos. El diagnóstico
y tratamiento precoz para evitar complicaciones tempranas y futuras.
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