LUJAN, Agosto 19, (PUNTO CERO-El Civismo) El miércoles por la mañana, medio centenar de remises se sumaron en el reclamo de seguridad y leyes que castiguen a los menores delincuentes. La marcha fue organizada por familiares y amigos del chofer salvajemente golpeado, luego de un robo, el 5 de junio pasado.
La víctima de este hecho continúa en grave estado. El principal agresor se quitó la vida en la cárcel.
En la marcha, los choferes esperaban la presencia del intendente quien optó por ir a un acto en el Museo y fue blanco de duros agravios.
Con la participación de unos 50 remiseros que acompañaron a familiares, amigos y allegados al chofer Ezequiel Adorno, se llevó a cabo el miércoles en horas de la mañana la segunda marcha en reclamo de mayor seguridad. También solicitaron el encarcelamiento de un menor de 15 años, quien el 5 de junio fue partícipe necesario en el robo, seguido del brutal ataque, que dejó a la víctima al borde de la muerte.
El punto de partida volvió a ser la Municipalidad, aunque esta vez y a diferencia de la primera protesta, familiares y compañeros de trabajo del remisero Adorno fueron atendidos, en primer término, por el subsecretario de Control Urbano, Pablo Oliva, y luego por el titular de la Comisaría Luján Primera, Marcelo Oberti.
Con el sonido de las bocinas de sus autos como telón, la madre de Adorno alcanzó a expresar su agradecimiento al intendente ante el difícil momento que está pasando la familia. A su lado, varios choferes pidieron a gritos la presencia del jefe comunal con la intención de conseguir una respuesta a sus pedidos.
Como pudo, el subsecretario Oliva trató de explicar los motivos que llevaron a Miguel Prince a la ausencia. “El intendente los va a recibir. En el día de hoy no está en el Municipio porque tiene una agenda concertada que no puede postergar por determinadas actividades que estaban comprometidas”, sostuvo Oliva, al tiempo que se comprometió a convocar a “una representación” de los manifestantes para poder hablar con el jefe comunal en los próximos días, “en una mesa de consensos donde participen las autoridades policiales y municipales”.
OPINIONES DISPARES
En tanto, la madre de Ezequiel Adorno aclaró que “todo lo que se está haciendo no es contra la Municipalidad, el intendente y la Policía. Simplemente queremos seguridad y un Luján tranquilo. Acá hay menores de 15 años que arruinan familias de trabajo y de bien porque se los devuelven a los padres, y siguen haciendo cosas porque los papás los sacan”.
Oliva se mostró de acuerdo con la propuesta de salir a las calles y pedir seguridad a las autoridades. “El reclamo es correctísimo. Indudablemente, nadie quiere ser asaltado y golpeado aunque le roben una bicicleta”, agregó Oliva.
Los conductores de autos al instante, por su parte, no ocultaron el fastidio con las autoridades municipales y en particular con Oliva, luego que el funcionario admitiera que desconocía -hasta días antes de su realización- la segunda marcha por el centro de la ciudad.
“Queremos que cambien las leyes. Nosotros vivimos enrejados y los ‘señores’ andan sueltos por las calles como si nada pasara. No estamos en contra de la Policía, porque no puede hacer nada porque las leyes los amparan, por eso pedimos hablar con la autoridad máxima”.
Sin embargo, la máxima autoridad local los atendió ese mismo día, por la noche. “Nosotros lo votamos, cobra un sueldo que le pagamos y hoy tendría que estar acá presente”, manifestó uno de los choferes vestido con una camiseta blanca estampada con la imagen de Ezequiel Adorno.
Sus palabras generaron aplausos y dispararon, segundos después, duros conceptos contra el intendente y contra los jueces que no hicieron nada para impedir que el joven Gastón Silva cometiera una seguidilla de hechos delictivos y ataques a remiseros, antes de suicidarse en una celda de Melchor Romero. Mientras tanto, Oliva sostenía que “no podemos hacer de esto pueblo contra pueblo. Esto tiene que ser el pueblo unido contra la delincuencia”.
Un enfurecido chofer, al que adhirieron con más aplausos la gran mayoría de los participantes en la marcha, se despachó con una serie de insultos y descalificativos hacia el jefe comunal.
Los ánimos no se calmaron. “Vamos a hacer la marcha y esperemos que nos atienda el intendente, porque si no a la brevedad vamos a hacer otra marcha y la próxima vez nos va a tener que atender o le rompemos toda la Municipalidad”, advirtió otro chofer. Dos pasos atrás, una persona que se identificó como coordinador de una agencia decía que estaban reclamando “en paz”.
REMISEROS INSEGUROS
Por momentos, el reclamo viró hacia la situación general de desprotección e inseguridad de los remiseros. Denunciaron que la mayoría de los atracos los sufren en Open Door.
El capitán Oberti pidió a los remiseros que radiquen la denuncia como paso previo al inicio de una investigación. “Acá hay muchos hechos pero no se denuncian. Sabemos de la comisión del delito porque tomamos conocimiento de oficio. No sólo los choferes de remises sino toda la comunidad tiene que confiar en la Policía y hacer la denuncia. Nosotros tenemos que reunir elementos de prueba para llevarlos a la Justicia y eso lo tiene que aportar el vecino”, dijo el titular de Luján Primera.
Sin embargo, un chofer relató haber sido víctima de robo de su automóvil en tres ocasiones, y al momento de hacer la denuncia se encontró con más obstáculos de orden burocrático que soluciones para su problema.
En el caso puntual del ataque a Adorno, la Policía recibió elogios en lugar de críticas. “Siempre dijimos que se portó muy bien. Estamos totalmente agradecidos con la Policía, pero tienen que cambiar las leyes”, insistieron los remiseros antes de marchar por el microcentro de Luján sin imaginarse que a las pocas cuadras se encontrarían con el intendente, quien iba rumbo a un acto en el Complejo Museográfico.
Respuesta inmediata
La urgencia exigida por los remiseros tuvo respuesta inmediata. El mismo miércoles, en horas de la noche, el intendente recibió a familiares de Ezequiel Adorno, amigos y compañeros de trabajo.
Durante el encuentro, el jefe de la Comuna escuchó las diferentes solicitudes planteadas por los vecinos, que se plasmaron en un acta firmada, sobre el final de la reunión, por todos los concurrentes.
El acuerdo formalizó “mediante pautas muy concretas, las acciones que cada una de las áreas de la Municipalidad pondrá en marcha, en conjunción con los familiares, amigos y compañeros de Ezequiel, con relación a este tema”, señaló el funcionario.
Según la Dirección de Prensa de la Municipalidad, “los familiares de Adorno se mostraron conformes con el resultado de la reunión. Y señalaron que, a partir del acuerdo concretado con la Comuna, ‘no va a ser necesario seguir con las marchas”.
Denuncia por agresión
Juan Alberto Fuertes denunció haber sido golpeado por remiseros en momentos en que se estaba realizando la marcha. En sede policial, Fuertes dijo que a las 12.05 de este miércoles circulaba en su vehículo con sus dos hijos rumbo al médico para que atendiera a uno de los niños. Al llegar a la esquina de Colón y Mitre se encontró con la movilización que le impedía pasar.
Según el relato efectuado a la Policía, “se acercó a un grupo de remiseros que estaban detenidos en sus autos, les explicó su situación”, obteniendo como respuesta que los remiseros le manifestaran “vas a pasar cuándo nosotros queramos”.
Ante esta actitud, Fuertes insistió, pero nuevamente recibió una respuesta “despectiva” aunque no fue nada relacionado con lo que estaba por venir.
El denunciante reconoció haberse puesto “nervioso” y al regresar a su auto “lo patotean tres o cuatro choferes. Uno de ellos le pega una trompada y lo tira al piso. En esa circunstancia, empezó a recibir patadas en el cuerpo hasta que otros choferes intercedieron y evitaron que la agresión continuara”.
La víctima de esta agresión describió a la persona que lo golpeó en el rostro. “Era morocho, morrudo, rapado, de unos 35 años, con gorra color rojo y vestía jeans y campera”. Acerca de otros de los agresores dijo que era “morocho, delgado, de unos 35 años”, mientras que del resto no pudo aportar datos.
Además, señaló que los vehículos que estaban interrumpiendo el paso del tránsito trabajan al servicio de la agencia “Lavalle”, presumiendo que los atacantes son choferes de esta firma aunque aclaró que había autos de otras agencias.
La víctima de este hecho continúa en grave estado. El principal agresor se quitó la vida en la cárcel.
En la marcha, los choferes esperaban la presencia del intendente quien optó por ir a un acto en el Museo y fue blanco de duros agravios.
Con la participación de unos 50 remiseros que acompañaron a familiares, amigos y allegados al chofer Ezequiel Adorno, se llevó a cabo el miércoles en horas de la mañana la segunda marcha en reclamo de mayor seguridad. También solicitaron el encarcelamiento de un menor de 15 años, quien el 5 de junio fue partícipe necesario en el robo, seguido del brutal ataque, que dejó a la víctima al borde de la muerte.
El punto de partida volvió a ser la Municipalidad, aunque esta vez y a diferencia de la primera protesta, familiares y compañeros de trabajo del remisero Adorno fueron atendidos, en primer término, por el subsecretario de Control Urbano, Pablo Oliva, y luego por el titular de la Comisaría Luján Primera, Marcelo Oberti.
Con el sonido de las bocinas de sus autos como telón, la madre de Adorno alcanzó a expresar su agradecimiento al intendente ante el difícil momento que está pasando la familia. A su lado, varios choferes pidieron a gritos la presencia del jefe comunal con la intención de conseguir una respuesta a sus pedidos.
Como pudo, el subsecretario Oliva trató de explicar los motivos que llevaron a Miguel Prince a la ausencia. “El intendente los va a recibir. En el día de hoy no está en el Municipio porque tiene una agenda concertada que no puede postergar por determinadas actividades que estaban comprometidas”, sostuvo Oliva, al tiempo que se comprometió a convocar a “una representación” de los manifestantes para poder hablar con el jefe comunal en los próximos días, “en una mesa de consensos donde participen las autoridades policiales y municipales”.
OPINIONES DISPARES
En tanto, la madre de Ezequiel Adorno aclaró que “todo lo que se está haciendo no es contra la Municipalidad, el intendente y la Policía. Simplemente queremos seguridad y un Luján tranquilo. Acá hay menores de 15 años que arruinan familias de trabajo y de bien porque se los devuelven a los padres, y siguen haciendo cosas porque los papás los sacan”.
Oliva se mostró de acuerdo con la propuesta de salir a las calles y pedir seguridad a las autoridades. “El reclamo es correctísimo. Indudablemente, nadie quiere ser asaltado y golpeado aunque le roben una bicicleta”, agregó Oliva.
Los conductores de autos al instante, por su parte, no ocultaron el fastidio con las autoridades municipales y en particular con Oliva, luego que el funcionario admitiera que desconocía -hasta días antes de su realización- la segunda marcha por el centro de la ciudad.
“Queremos que cambien las leyes. Nosotros vivimos enrejados y los ‘señores’ andan sueltos por las calles como si nada pasara. No estamos en contra de la Policía, porque no puede hacer nada porque las leyes los amparan, por eso pedimos hablar con la autoridad máxima”.
Sin embargo, la máxima autoridad local los atendió ese mismo día, por la noche. “Nosotros lo votamos, cobra un sueldo que le pagamos y hoy tendría que estar acá presente”, manifestó uno de los choferes vestido con una camiseta blanca estampada con la imagen de Ezequiel Adorno.
Sus palabras generaron aplausos y dispararon, segundos después, duros conceptos contra el intendente y contra los jueces que no hicieron nada para impedir que el joven Gastón Silva cometiera una seguidilla de hechos delictivos y ataques a remiseros, antes de suicidarse en una celda de Melchor Romero. Mientras tanto, Oliva sostenía que “no podemos hacer de esto pueblo contra pueblo. Esto tiene que ser el pueblo unido contra la delincuencia”.
Un enfurecido chofer, al que adhirieron con más aplausos la gran mayoría de los participantes en la marcha, se despachó con una serie de insultos y descalificativos hacia el jefe comunal.
Los ánimos no se calmaron. “Vamos a hacer la marcha y esperemos que nos atienda el intendente, porque si no a la brevedad vamos a hacer otra marcha y la próxima vez nos va a tener que atender o le rompemos toda la Municipalidad”, advirtió otro chofer. Dos pasos atrás, una persona que se identificó como coordinador de una agencia decía que estaban reclamando “en paz”.
REMISEROS INSEGUROS
Por momentos, el reclamo viró hacia la situación general de desprotección e inseguridad de los remiseros. Denunciaron que la mayoría de los atracos los sufren en Open Door.
El capitán Oberti pidió a los remiseros que radiquen la denuncia como paso previo al inicio de una investigación. “Acá hay muchos hechos pero no se denuncian. Sabemos de la comisión del delito porque tomamos conocimiento de oficio. No sólo los choferes de remises sino toda la comunidad tiene que confiar en la Policía y hacer la denuncia. Nosotros tenemos que reunir elementos de prueba para llevarlos a la Justicia y eso lo tiene que aportar el vecino”, dijo el titular de Luján Primera.
Sin embargo, un chofer relató haber sido víctima de robo de su automóvil en tres ocasiones, y al momento de hacer la denuncia se encontró con más obstáculos de orden burocrático que soluciones para su problema.
En el caso puntual del ataque a Adorno, la Policía recibió elogios en lugar de críticas. “Siempre dijimos que se portó muy bien. Estamos totalmente agradecidos con la Policía, pero tienen que cambiar las leyes”, insistieron los remiseros antes de marchar por el microcentro de Luján sin imaginarse que a las pocas cuadras se encontrarían con el intendente, quien iba rumbo a un acto en el Complejo Museográfico.
Respuesta inmediata
La urgencia exigida por los remiseros tuvo respuesta inmediata. El mismo miércoles, en horas de la noche, el intendente recibió a familiares de Ezequiel Adorno, amigos y compañeros de trabajo.
Durante el encuentro, el jefe de la Comuna escuchó las diferentes solicitudes planteadas por los vecinos, que se plasmaron en un acta firmada, sobre el final de la reunión, por todos los concurrentes.
El acuerdo formalizó “mediante pautas muy concretas, las acciones que cada una de las áreas de la Municipalidad pondrá en marcha, en conjunción con los familiares, amigos y compañeros de Ezequiel, con relación a este tema”, señaló el funcionario.
Según la Dirección de Prensa de la Municipalidad, “los familiares de Adorno se mostraron conformes con el resultado de la reunión. Y señalaron que, a partir del acuerdo concretado con la Comuna, ‘no va a ser necesario seguir con las marchas”.
Denuncia por agresión
Juan Alberto Fuertes denunció haber sido golpeado por remiseros en momentos en que se estaba realizando la marcha. En sede policial, Fuertes dijo que a las 12.05 de este miércoles circulaba en su vehículo con sus dos hijos rumbo al médico para que atendiera a uno de los niños. Al llegar a la esquina de Colón y Mitre se encontró con la movilización que le impedía pasar.
Según el relato efectuado a la Policía, “se acercó a un grupo de remiseros que estaban detenidos en sus autos, les explicó su situación”, obteniendo como respuesta que los remiseros le manifestaran “vas a pasar cuándo nosotros queramos”.
Ante esta actitud, Fuertes insistió, pero nuevamente recibió una respuesta “despectiva” aunque no fue nada relacionado con lo que estaba por venir.
El denunciante reconoció haberse puesto “nervioso” y al regresar a su auto “lo patotean tres o cuatro choferes. Uno de ellos le pega una trompada y lo tira al piso. En esa circunstancia, empezó a recibir patadas en el cuerpo hasta que otros choferes intercedieron y evitaron que la agresión continuara”.
La víctima de esta agresión describió a la persona que lo golpeó en el rostro. “Era morocho, morrudo, rapado, de unos 35 años, con gorra color rojo y vestía jeans y campera”. Acerca de otros de los agresores dijo que era “morocho, delgado, de unos 35 años”, mientras que del resto no pudo aportar datos.
Además, señaló que los vehículos que estaban interrumpiendo el paso del tránsito trabajan al servicio de la agencia “Lavalle”, presumiendo que los atacantes son choferes de esta firma aunque aclaró que había autos de otras agencias.
“Lo que más indigna al dicente (Fuertes) es que esta gente estaba reclamando por la agresión a un remisero y terminaron agrediendo a quien habla”, destacó el denunciante en la Comisaría Luján Primera. (PUNTO CERO-El Civismo).
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