PILAR, Agosto 25, (PUNTO CERO-Pilar de Todos) Pese a la negativa de los ambientalistas, el legislativo aprobó la aceptación de las tierras por parte de la Provincia para la instalación del proyecto. Los ediles adujeron que es de “necesidad sanitaria”.
En una extensa sesión que fue más concurrida que las habituales, el Concejo Deliberante aprobó por mayoría el primer paso para la futura instalación de la planta cloacal en un predio ubicado dentro de la Reserva Natural de Pilar. En ese sentido, tras la votación de los ediles, la comuna acepta los terrenos que pertenecen a la provincia de Buenos Aires y que –inexplicablemente - habían sido cedidos a la Asociación que trabaja dentro de la Reserva, operación concretada durante la gestión del ex intendente Sergio Bivort.
Durante la sesión los que manifestaron su disconformidad fueron los propios ecologistas, que ubicados detrás de las bancas esperaban con ansias el tratamiento del expediente.
Al momento del tratamiento se realizó un cuarto intermedio en el que los ecologistas tuvieron oportunidad de dirigirse a los concejales para explicar el impacto que, entienden, provocaría la llegada de un proyecto de esas magnitudes.
En ese sentido, Graciela Capodoglio, vicepresidente de la Asociación para la protección de la reserva Natural manifestó que debe existir “un trabajo coordinado entre el Estado y las organizaciones pero técnica y legalmente no es válido, los terrenos corresponden a una zona de humedales que no se pueden ni rellenar ni construir y eso la Provincia lo sabe y en Pilar ya hay muchas tierras degradadas. No tiene sentido que el Concejo Deliberante apruebe el proyecto en un lugar que no es factible”, explicó la ecologista.
Asimismo bregaron por la posibilidad de buscar otros terrenos para la instalación de la planta. “Es una incoherencia querer construirla allí, por más tecnología que se use el daño será irreversible”, manifestó otro de los ecologistas.
Sin embargo, pese a que las razones de un lado y del otro del conflicto suenen lógicas, las que lanzaron los ediles que votaron a favor del proyecto marcaron a las claras la necesidad de instalar una planta cloacal, para frenar otros males enquistados en la población provocados por la falta de planificación y de colapso de los servicios sanitarios.
En ese marco, menos Lucrecia Saulle y Luis Patti (h) que se abstuvieron de votar, el resto de los ediles apoyó la iniciativa.
El más contundente fue, Marcelo Castillo quien enfatizó que el 90% de la población pilarense no tiene cloacas y sufren día a día la contaminación de las aguas que consumen debido a la cercanía de las perforaciones de agua con los pozos cloacales. “Hablo en nombre de los 3 mil chicos que llegan a los hospitales con casos de diarrea y de los 60 casos de hepatitis A que se registran al año debido a la contaminación de las aguas, no podemos seguir viviendo en las mismas condiciones sanitarias que hace dos siglos”, se enojó Castillo al tiempo que agregó que en la actualidad en Pilar se están registrando “patologías que pertenecían al Siglo XIX”. “Debemos entender que primero está la Salud de la población”, sentenció Castillo.
Por su parte, el edil Hugo Quintero manifestó que el impacto ambiental provocado por la instalación de la planta cloacal “es ínfimo o nulo” y aclaró que el mayor problema existente es que en el Distrito “hay cerca de 45 mil pozos ciegos que constituyen uno de los daños ecológicos más graves, debido a que esas perforaciones propagan la contaminación de las aguas que la gente consume”.
En una extensa sesión que fue más concurrida que las habituales, el Concejo Deliberante aprobó por mayoría el primer paso para la futura instalación de la planta cloacal en un predio ubicado dentro de la Reserva Natural de Pilar. En ese sentido, tras la votación de los ediles, la comuna acepta los terrenos que pertenecen a la provincia de Buenos Aires y que –inexplicablemente - habían sido cedidos a la Asociación que trabaja dentro de la Reserva, operación concretada durante la gestión del ex intendente Sergio Bivort.
Durante la sesión los que manifestaron su disconformidad fueron los propios ecologistas, que ubicados detrás de las bancas esperaban con ansias el tratamiento del expediente.
Al momento del tratamiento se realizó un cuarto intermedio en el que los ecologistas tuvieron oportunidad de dirigirse a los concejales para explicar el impacto que, entienden, provocaría la llegada de un proyecto de esas magnitudes.
En ese sentido, Graciela Capodoglio, vicepresidente de la Asociación para la protección de la reserva Natural manifestó que debe existir “un trabajo coordinado entre el Estado y las organizaciones pero técnica y legalmente no es válido, los terrenos corresponden a una zona de humedales que no se pueden ni rellenar ni construir y eso la Provincia lo sabe y en Pilar ya hay muchas tierras degradadas. No tiene sentido que el Concejo Deliberante apruebe el proyecto en un lugar que no es factible”, explicó la ecologista.
Asimismo bregaron por la posibilidad de buscar otros terrenos para la instalación de la planta. “Es una incoherencia querer construirla allí, por más tecnología que se use el daño será irreversible”, manifestó otro de los ecologistas.
Sin embargo, pese a que las razones de un lado y del otro del conflicto suenen lógicas, las que lanzaron los ediles que votaron a favor del proyecto marcaron a las claras la necesidad de instalar una planta cloacal, para frenar otros males enquistados en la población provocados por la falta de planificación y de colapso de los servicios sanitarios.
En ese marco, menos Lucrecia Saulle y Luis Patti (h) que se abstuvieron de votar, el resto de los ediles apoyó la iniciativa.
El más contundente fue, Marcelo Castillo quien enfatizó que el 90% de la población pilarense no tiene cloacas y sufren día a día la contaminación de las aguas que consumen debido a la cercanía de las perforaciones de agua con los pozos cloacales. “Hablo en nombre de los 3 mil chicos que llegan a los hospitales con casos de diarrea y de los 60 casos de hepatitis A que se registran al año debido a la contaminación de las aguas, no podemos seguir viviendo en las mismas condiciones sanitarias que hace dos siglos”, se enojó Castillo al tiempo que agregó que en la actualidad en Pilar se están registrando “patologías que pertenecían al Siglo XIX”. “Debemos entender que primero está la Salud de la población”, sentenció Castillo.
Por su parte, el edil Hugo Quintero manifestó que el impacto ambiental provocado por la instalación de la planta cloacal “es ínfimo o nulo” y aclaró que el mayor problema existente es que en el Distrito “hay cerca de 45 mil pozos ciegos que constituyen uno de los daños ecológicos más graves, debido a que esas perforaciones propagan la contaminación de las aguas que la gente consume”.
Ahora, dependerá de un crédito que el gobierno nacional gestiona ante el Banco Mundial la construcción de una obra que el gobierno ha calificado de “urgente” para la seguridad sanitaria de la población. Según se manifestó oficialmente, no habría otro lugar donde erigirla y el costo de inversión ascendería a los 100 millones de pesos. (PUNTO CERO-Pilar de Todos).
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