martes, agosto 18, 2009

ESTABILIDAD POLÍTICA Y PROSPERIDAD. Por Dr. Marcelo Castro Corbat.

Ninguna familia ni grupo humano en que sus miembros estén internamente enfrentados puede prosperar.
Argentina, desde la Constitución de 1853/60 hasta 1943 tuvo un orden, con deficiencias y contradicciones. La mayoría ciudadana que combatía a los Presidentes, no cuestionaba el orden sino a los políticos que se adueñaban del poder. Su bandera exigía el respeto a los principios constitucionales y a los derechos políticos de los ciudadanos de participar en la conducción del gobierno y finalmente triunfaron. Existía una razonable estabilidad política y el país prosperaba. La rigidez del presidencialismo impidió en 1930 el cambio institucional de un Presidente disminuido mentalmente, y en 1976 la de una Presidente carente de idoneidad para el cargo.
Corrientes ideológicas de principios del siglo XX penetran en Argentina y el Presidente de 1945 impone la “justicia social”, divide la sociedad en pobres contra ricos, organiza el Estado corporativo y es destituido. Ese discurso trastornó la estabilidad institucional, empobreció al pueblo y lo repite el Presidente de 2009, sostenido por la poderosa corporación sindical.
Desestabilizar el orden institucional, asegura la pobreza del pueblo, que es el soberano. Nuestro presidencialismo latinoamericano y el corporativismo copiado de Europa deben eliminarse, adoptando el sistema parlamentario.

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