(La Política On Line). Recibió a los diputados más “duros” en el marco del diálogo. Le plantearon sus críticas sobre la estructura tributaria y leyes no reglamentadas. Macri prometió estudiar una propuesta para invertir el dinero de los túneles de la 9 de Julio en subtes. Cruces por el “Fino” Palacios. “Tenemos que parecernos a Rosario, Tandil o a Barcelona”, dijo. También se quejó de la Constitución y las juntas comunales.
Pasadas las 11 de la mañana, Mauricio Macri se sentó a compartir la segunda parte del “diálogo político” en su versión porteña.
Con sólo café y agua, y con la presentación del Power Point con la “ciudad ideal” que había ya difundido a los legisladores del PRO y al gabinete el secretario general, Marcos Peña, el jefe de gobierno escuchó críticas y tomó nota de otras cuestiones que reclama la oposición.
En el palacio comunal, y durante casi una hora y media, se sentaron con la cúpula del Ejecutivo de la ciudad el ibarrista Eduardo Epszteyn, Alejandro Rabinovich, Martín Hourest (Pino Solanas), la izquierdista Patricia Walsh, los kirchneristas Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova, y los peronistas del Suterh Silvina Pedreira y Juan Manuel Olmos.
Por su lado, Macri estuvo acompañado por el vicepresidente de la Legislatura porteña, Diego Santilli, el jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta y, minutos después de empezada la reunión, Marcos Peña.
Como estaba establecido, el Power Point mostró esa “ciudad ideal” que costaría 50 mil millones de pesos para los próximos 10 años. “Falta un shock de inversiones”, les dijo Macri a los legisladores opositores.
“Es contradictorio: dicen que tuvieron la mayor inversión en infraestructura de la historia pero en la presentación revelan que el gasto corriente para obras llegó a $300 millones. ¿En qué quedamos, son ricos o pobres?”, se río uno de los asistentes al convite ante una consulta de LPO.
En medio de la presentación, Macri intentaba explicar, con ayuda de su jefe de gabinete, los números y por qué había que realizar esas decenas de obras que necesita la ciudad a mediano plazo. “Tenemos que parecernos a Rosario, Tandil o a Barcelona”, trazó el jefe de gobierno en una curiosa comparación.
Cruces por el “Fino”
Uno de los momentos más álgidos se dio cuando se habló de Jorge “el Fino” Palacios, el jefe de la policía porteña. Prácticamente todos los legisladores, en especial Epszteyn, le reclamaron que dé marcha atrás con la designación.
Entre otros, Olmos le planteó a Macri avanzar con una cláusula en la Ley que creó la Policía Metropolitana para que el jefe de la fuerza no pueda ser una persona procesada. El pedido del legislador está relacionado con la posibilidad de que Palacios sea finalmente procesado en la causa AMIA.
Por su lado, siempre adepta a chicanas, Cerruti le dijo a los funcionarios del PRO que “el diálogo debe comenzar si sacan al Fino. El fino es su (Guillermo) Moreno”.
Rápido de reflejos, Santilli le respondió: “Nosotros criticamos a Moreno pero fuimos igual a dialogar con el gobierno”. Macri no contestó en ninguna oportunidad sobre Palacios.
Para amenizar el diálogo, Rodríguez Larreta alabó el programa Ciudadanía porteña (asistencia social), que lanzó la legisladora kirchnerista cuando era ministra de Jorge Telerman.
Más chicanas: obras, el Colón y los subtes
En otro tramo del díalogo, Hourest llevó, en un pequeño cuadernito con espirales con notas sueltas, una serie de posibles reformas tributarias y modificaciones al sistema financiero económico de la ciudad.
Cuando terminó su alocución, Peña no tuvo mejor idea que preguntarle delante de todos: “¿Me lo podés dejar?”; a lo que, risueño, el economista le respondió: “Te lo mando por mail mejor, es más prolijo”.
A su turno, Walsh no ahorró críticas para el titular del Colón, Pedro García Caffi. Se quejó porque no concurre a la Legislatura a dar explicaciones. Primero en broma, Macri le respondió “es culpa de Santilli”. Luego, le contestó que en el palacio legislativo son maltratados los ministros. “Cómo van a ir si los patotean a nuestros funcionarios”, dijo.
En otro tramo del “diálogo”, los legisladores, al unísono, plantearon la inconveniencia de avanzar con la faraónica obra de los túneles de la 9 de Julio y el Parque Central Norte.
En su lugar, le propusieron que se use ese dinero para ampliar la red de subtes.
“Habría que estudiarlo”, contestó Macri. En ese marco, Olmos sugirió que sería una buena oportunidad para unir Sbase (Subterráneos de Buenos Aires) y Ausa (la empresas dedicada las Autopistas Urbanas).
Por su lado, Rabinovich pidió rediscutir el esquema de ingresos de la ciudad, y lo calificó de inequitativo. En el mismo sentido se pronunció Hourest.
El joven Ruanova, le mostró a los funcionarios del PRO una serie de leyes vinculadas a la seguridad que aún no fueron reglamentadas. Entre ellas las encuestas de victimización, los foros de seguridad y la confección de un mapa del delito.
Sobre el final, Macri se quejó de la Constitución de la ciudad y los vacíos legales que permiten que ante un amparo se traben obras, lo que fue interpretado por los legisladores como un mensaje a la justicia porteña. “No te pelees con los jueces”, le dijo Hourest. “Se hace difícil trabajar con esta Constitución”, había manifestado el jefe de gobierno.
Sobre el final, el jefe comunal aprovechó para quejarse por el “gasto político” que implicará que las juntas comunales tengan siete integrantes remunerados.
“Es una barbaridad, no funciona en ningún lugar del mundo, es ingobernable, no entraría en ninguno de los CGP que tenemos. Estuve con el alcalde de Barcelona y me comentó que es una locura hacer una descentralización”, les apuntó a los legisladores justo en el día en que Santilli anunció que el 20 de octubre habrá una sesión especial para definir la fecha de elecciones comunales.
En concreto, las fuentes consultadas aceptaron que no hubo nada. En la mayoría de los casos, contaron, contestaba o Larreta o Santilli. Por su lado, Marcos Peña se mantuvo en silencio total. Eso sí, fue quien manejó el botón izquierdo del mouse para poder pasar las imágenes del colorido Power Point con la “ciudad ideal.
Pasadas las 11 de la mañana, Mauricio Macri se sentó a compartir la segunda parte del “diálogo político” en su versión porteña.
Con sólo café y agua, y con la presentación del Power Point con la “ciudad ideal” que había ya difundido a los legisladores del PRO y al gabinete el secretario general, Marcos Peña, el jefe de gobierno escuchó críticas y tomó nota de otras cuestiones que reclama la oposición.
En el palacio comunal, y durante casi una hora y media, se sentaron con la cúpula del Ejecutivo de la ciudad el ibarrista Eduardo Epszteyn, Alejandro Rabinovich, Martín Hourest (Pino Solanas), la izquierdista Patricia Walsh, los kirchneristas Gabriela Cerruti y Gonzalo Ruanova, y los peronistas del Suterh Silvina Pedreira y Juan Manuel Olmos.
Por su lado, Macri estuvo acompañado por el vicepresidente de la Legislatura porteña, Diego Santilli, el jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta y, minutos después de empezada la reunión, Marcos Peña.
Como estaba establecido, el Power Point mostró esa “ciudad ideal” que costaría 50 mil millones de pesos para los próximos 10 años. “Falta un shock de inversiones”, les dijo Macri a los legisladores opositores.
“Es contradictorio: dicen que tuvieron la mayor inversión en infraestructura de la historia pero en la presentación revelan que el gasto corriente para obras llegó a $300 millones. ¿En qué quedamos, son ricos o pobres?”, se río uno de los asistentes al convite ante una consulta de LPO.
En medio de la presentación, Macri intentaba explicar, con ayuda de su jefe de gabinete, los números y por qué había que realizar esas decenas de obras que necesita la ciudad a mediano plazo. “Tenemos que parecernos a Rosario, Tandil o a Barcelona”, trazó el jefe de gobierno en una curiosa comparación.
Cruces por el “Fino”
Uno de los momentos más álgidos se dio cuando se habló de Jorge “el Fino” Palacios, el jefe de la policía porteña. Prácticamente todos los legisladores, en especial Epszteyn, le reclamaron que dé marcha atrás con la designación.
Entre otros, Olmos le planteó a Macri avanzar con una cláusula en la Ley que creó la Policía Metropolitana para que el jefe de la fuerza no pueda ser una persona procesada. El pedido del legislador está relacionado con la posibilidad de que Palacios sea finalmente procesado en la causa AMIA.
Por su lado, siempre adepta a chicanas, Cerruti le dijo a los funcionarios del PRO que “el diálogo debe comenzar si sacan al Fino. El fino es su (Guillermo) Moreno”.
Rápido de reflejos, Santilli le respondió: “Nosotros criticamos a Moreno pero fuimos igual a dialogar con el gobierno”. Macri no contestó en ninguna oportunidad sobre Palacios.
Para amenizar el diálogo, Rodríguez Larreta alabó el programa Ciudadanía porteña (asistencia social), que lanzó la legisladora kirchnerista cuando era ministra de Jorge Telerman.
Más chicanas: obras, el Colón y los subtes
En otro tramo del díalogo, Hourest llevó, en un pequeño cuadernito con espirales con notas sueltas, una serie de posibles reformas tributarias y modificaciones al sistema financiero económico de la ciudad.
Cuando terminó su alocución, Peña no tuvo mejor idea que preguntarle delante de todos: “¿Me lo podés dejar?”; a lo que, risueño, el economista le respondió: “Te lo mando por mail mejor, es más prolijo”.
A su turno, Walsh no ahorró críticas para el titular del Colón, Pedro García Caffi. Se quejó porque no concurre a la Legislatura a dar explicaciones. Primero en broma, Macri le respondió “es culpa de Santilli”. Luego, le contestó que en el palacio legislativo son maltratados los ministros. “Cómo van a ir si los patotean a nuestros funcionarios”, dijo.
En otro tramo del “diálogo”, los legisladores, al unísono, plantearon la inconveniencia de avanzar con la faraónica obra de los túneles de la 9 de Julio y el Parque Central Norte.
En su lugar, le propusieron que se use ese dinero para ampliar la red de subtes.
“Habría que estudiarlo”, contestó Macri. En ese marco, Olmos sugirió que sería una buena oportunidad para unir Sbase (Subterráneos de Buenos Aires) y Ausa (la empresas dedicada las Autopistas Urbanas).
Por su lado, Rabinovich pidió rediscutir el esquema de ingresos de la ciudad, y lo calificó de inequitativo. En el mismo sentido se pronunció Hourest.
El joven Ruanova, le mostró a los funcionarios del PRO una serie de leyes vinculadas a la seguridad que aún no fueron reglamentadas. Entre ellas las encuestas de victimización, los foros de seguridad y la confección de un mapa del delito.
Sobre el final, Macri se quejó de la Constitución de la ciudad y los vacíos legales que permiten que ante un amparo se traben obras, lo que fue interpretado por los legisladores como un mensaje a la justicia porteña. “No te pelees con los jueces”, le dijo Hourest. “Se hace difícil trabajar con esta Constitución”, había manifestado el jefe de gobierno.
Sobre el final, el jefe comunal aprovechó para quejarse por el “gasto político” que implicará que las juntas comunales tengan siete integrantes remunerados.
“Es una barbaridad, no funciona en ningún lugar del mundo, es ingobernable, no entraría en ninguno de los CGP que tenemos. Estuve con el alcalde de Barcelona y me comentó que es una locura hacer una descentralización”, les apuntó a los legisladores justo en el día en que Santilli anunció que el 20 de octubre habrá una sesión especial para definir la fecha de elecciones comunales.
En concreto, las fuentes consultadas aceptaron que no hubo nada. En la mayoría de los casos, contaron, contestaba o Larreta o Santilli. Por su lado, Marcos Peña se mantuvo en silencio total. Eso sí, fue quien manejó el botón izquierdo del mouse para poder pasar las imágenes del colorido Power Point con la “ciudad ideal.
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