La nueva Cámara baja mostró nuevas figuras y varios de los que pelean para 2015. Cobos, Binner y Massa ya tienen quienes le sigan el minuto a minuto de las sesiones. El macrismo se luce con Mac Allister, Del Sel y Baldassi. La izquierda altera a los camporistas, Insaurralde permanece aislado y De Narváez, desparecido.
La Cámara de Diputados tuvo ayer la jura de los electos el 27 de octubre y presentó un recinto con nuevas figuras y fuerzas, que marcarán el ritmo electoral para 2015.
Los 16 diputados del Frente Renovador se ubicaron en el ángulo ocupado estos cuatro años el extinguido peronismo federal. Desde el centro de esa fracción, a Sergio Massa se lo notó demasiado relajado: de a ratos se recostaba y miraba su teléfono celular.
A su lado, Graciela Camaño seguía atenta los detalles de la sesión que la tendría de protagonista, cuando se quedó con la vice tercera que también pedía el PRO.
Varias bancas más adelante estaba Darío Giustozzi, flamante jefe de bloque. Elocuente, levantó la mano para intervenir en el debate cuando la vice tercera se puso en discusión y Domínguez tuvo que calmarlo.
Cada figura presidencial mostró a un ladero con el rol de advertirle que estaba pasando. La de Hermes Binner será Alicia Ciciliani, defensora de su gestión en estos años. Cerquita se ubicó la flamante esposa Victoria Donda, otra vez llamativa pero esta vez con un vestido blanco.
Cobos estará en la segunda fila de tercio del hemiciclo que tiene la UCR. A su derecha tiene a su coterráneo Luis Petri y a la izquierda al experimentado Ricardo Buryaile.
Elisa Carrió seguirá sentada de frente y a pocos metros del estrado de la presidencia, en el primer semicírculo que envuelve la mesa de los taquígrafos. Inquieta se la pasó haciendo chistes con varios kirchneristas que tenía a mano como Jorge Landau.
“Celebro que le estemos dando poder a las mujeres”, festejó cuando la UCR consagró a Patricia Giménez como vicepresidente. “¡Ustedes eran todos misóginos!”, le dijo a Mario Negri, parada delante suyo.
Otro que se ubicó en primera fila fue Juan Cabandié, la flamante incorporación de La Cámpora. A dos bancas estuvo un perdido Marín Insaurralde, ajeno a todas las discusiones y arengas. Habló mucho con Graciela Giannetassio.
Un poco más arriba, al lado de Juliana Di Tullio, sigue los dos líderes de La Cámpora: Andrés Larroque (siempre informal, lució una camisa sports) y Eduardo De Pedro.
Los 16 diputados del Frente Renovador se ubicaron en el ángulo ocupado estos cuatro años el extinguido peronismo federal. Desde el centro de esa fracción, a Sergio Massa se lo notó demasiado relajado: de a ratos se recostaba y miraba su teléfono celular.
A su lado, Graciela Camaño seguía atenta los detalles de la sesión que la tendría de protagonista, cuando se quedó con la vice tercera que también pedía el PRO.
Varias bancas más adelante estaba Darío Giustozzi, flamante jefe de bloque. Elocuente, levantó la mano para intervenir en el debate cuando la vice tercera se puso en discusión y Domínguez tuvo que calmarlo.
Cada figura presidencial mostró a un ladero con el rol de advertirle que estaba pasando. La de Hermes Binner será Alicia Ciciliani, defensora de su gestión en estos años. Cerquita se ubicó la flamante esposa Victoria Donda, otra vez llamativa pero esta vez con un vestido blanco.
Cobos estará en la segunda fila de tercio del hemiciclo que tiene la UCR. A su derecha tiene a su coterráneo Luis Petri y a la izquierda al experimentado Ricardo Buryaile.
Elisa Carrió seguirá sentada de frente y a pocos metros del estrado de la presidencia, en el primer semicírculo que envuelve la mesa de los taquígrafos. Inquieta se la pasó haciendo chistes con varios kirchneristas que tenía a mano como Jorge Landau.
“Celebro que le estemos dando poder a las mujeres”, festejó cuando la UCR consagró a Patricia Giménez como vicepresidente. “¡Ustedes eran todos misóginos!”, le dijo a Mario Negri, parada delante suyo.
Otro que se ubicó en primera fila fue Juan Cabandié, la flamante incorporación de La Cámpora. A dos bancas estuvo un perdido Marín Insaurralde, ajeno a todas las discusiones y arengas. Habló mucho con Graciela Giannetassio.
Un poco más arriba, al lado de Juliana Di Tullio, sigue los dos líderes de La Cámpora: Andrés Larroque (siempre informal, lució una camisa sports) y Eduardo De Pedro.
Por el reacomodamiento de bancas el resto de los camporistas continúa en el fondo pero más lejos, casi contra una de las cortinas. Desde ahí están siempre dispersos Mayra Mendoza y Horacio Pietragalla, entre otros.
Los camporistas comenzaron hoy mismo un nuevo duelo con los tres nuevos diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (Fit): el salteño Pablo López, el bonaerense Néstor Pitrola y el mendocino Nicolás del Caño.
Este trío abundó en el pedido de reivindicaciones sociales para fundamentar la abstención a la elección de autoridades.
Pitrola fue más lejos que nadie: habló de un “copamiento de barras pagas” en el recinto y denunció que se usará la Cámara para un acto de los militantes de la UBA cercanos al Gobierno.
Plantearon un duelo que parece seguir: mientras Kunkel y Diana Conti pedían a las gradas que no abucheen a Carrió, a la izquierda, que se jacta de tener más de un millón de votos, nadie la cuidó.
Menos aún a Francisco De Narváez: el empresario se anotó en la lista de oradores pero se fue de la sesión y todos esperaron en vano que empezara a hablar. Nunca apareció y no tiene quien pida por él.
Retornos y faranduleros
Mario Das Neves fue el más bullicioso de los que volvieron: se presentó como presidente del interbloque del Frente Renovador y cuando el kirchnerismo había acordado apoyar a su candidata a vice tercera no tuvo mejor idea que enrostrarle su victoria y la de Massa al kirchnerismo.
“No hay que pensar en 2003 y 2011: el antecedente es el 27 de octubre”, disparó con su voz ronca. María Teresa García y Diana Conti lo cortaron a los gritos y Domínguez, rápido de reflejos, lo obligó a terminar rápido.
El recinto mostró varias caras nuevas y famosas, de esas que les gusta destacarse en los debates. Martín Lousteau presentó bloque propio, sentado arriba de Carrió, y fundamentó cada votación leyendo frases cortas y concisas.
El PRO mostró hilera de famosos: Carlos Mac Allister, Héctor Baldassi y Miguel Del Sel se sentaron juntos en la fracción del hemiciclo que ya se ganó el macrismo, arriba de los radicales.
Baldassi quiso fundamentar la votación a la vice segunda y Domínguez lo cortó. “Tiene que referirse sólo a la votación”, le gritó el presidente reelecto de la Cámara. Sumiso, el ex árbitro se limitó a decir “apoyamos la moción” de la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo.
La elección de la santiagueña era predecible pero no tuvo exenta de singularidades. Carlos Brown, del duhaldista bloque Fe, la fuerza de Gerardo Venegas, la votó y la felicitó por su “excelente performance”.
Nadie recibió más elogios que Julián Domínguez. “Fue el mejor presidente de la Cámara desde 2004”, afirmó Claudio Lozano. El resto de los bloques lo apoyó con frases parecidas.
Aislado, tal vez preocupado, se lo notó al ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, bien en el fondo acompañado por su coterráneo Carlos Caserio. Cuando hubo que definir una vice entre Massa y el PRO, optaron por el Frente renovador. (La Política OnLine).
Los camporistas comenzaron hoy mismo un nuevo duelo con los tres nuevos diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (Fit): el salteño Pablo López, el bonaerense Néstor Pitrola y el mendocino Nicolás del Caño.
Este trío abundó en el pedido de reivindicaciones sociales para fundamentar la abstención a la elección de autoridades.
Pitrola fue más lejos que nadie: habló de un “copamiento de barras pagas” en el recinto y denunció que se usará la Cámara para un acto de los militantes de la UBA cercanos al Gobierno.
Plantearon un duelo que parece seguir: mientras Kunkel y Diana Conti pedían a las gradas que no abucheen a Carrió, a la izquierda, que se jacta de tener más de un millón de votos, nadie la cuidó.
Menos aún a Francisco De Narváez: el empresario se anotó en la lista de oradores pero se fue de la sesión y todos esperaron en vano que empezara a hablar. Nunca apareció y no tiene quien pida por él.
Retornos y faranduleros
Mario Das Neves fue el más bullicioso de los que volvieron: se presentó como presidente del interbloque del Frente Renovador y cuando el kirchnerismo había acordado apoyar a su candidata a vice tercera no tuvo mejor idea que enrostrarle su victoria y la de Massa al kirchnerismo.
“No hay que pensar en 2003 y 2011: el antecedente es el 27 de octubre”, disparó con su voz ronca. María Teresa García y Diana Conti lo cortaron a los gritos y Domínguez, rápido de reflejos, lo obligó a terminar rápido.
El recinto mostró varias caras nuevas y famosas, de esas que les gusta destacarse en los debates. Martín Lousteau presentó bloque propio, sentado arriba de Carrió, y fundamentó cada votación leyendo frases cortas y concisas.
El PRO mostró hilera de famosos: Carlos Mac Allister, Héctor Baldassi y Miguel Del Sel se sentaron juntos en la fracción del hemiciclo que ya se ganó el macrismo, arriba de los radicales.
Baldassi quiso fundamentar la votación a la vice segunda y Domínguez lo cortó. “Tiene que referirse sólo a la votación”, le gritó el presidente reelecto de la Cámara. Sumiso, el ex árbitro se limitó a decir “apoyamos la moción” de la santiagueña Norma Abdala de Matarazzo.
La elección de la santiagueña era predecible pero no tuvo exenta de singularidades. Carlos Brown, del duhaldista bloque Fe, la fuerza de Gerardo Venegas, la votó y la felicitó por su “excelente performance”.
Nadie recibió más elogios que Julián Domínguez. “Fue el mejor presidente de la Cámara desde 2004”, afirmó Claudio Lozano. El resto de los bloques lo apoyó con frases parecidas.
Aislado, tal vez preocupado, se lo notó al ex gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, bien en el fondo acompañado por su coterráneo Carlos Caserio. Cuando hubo que definir una vice entre Massa y el PRO, optaron por el Frente renovador. (La Política OnLine).
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