El macrista Nicolás Ducoté se convirtió en el candidato a intendente más votado en las PASO, en un final no apto para cardíacos que, bien entrado el día de hoy, aún no mostraba números oficiales significativos para dirimir la mayor incógnita: el resultado de la interna del Frente para la Victoria (FpV), que enfrentó al intendente Humberto Zúccaro con José Molina.
El espacio kirchnerista se mantuvo como el más votado, con más del 50% de los sufragios totales. Un número que esta madrugada aún se repartía parejo entre los dos espacios internos.
Con el 31% de las mesas escrutadas, Zúcacro se impone sobre Molina por 395 votos, una diferencia minúscula.
De todos modos, con sus propios números en la mano, Molina salió a adjudicarse el triunfo que ubicó en el orden de los 5 puntos por encima de su rival, una cifra que en su bunker presentan como “irreversible”.
Desde el lado del zuccarismo, en tanto, no hubo declaraciones. El intendente abandonó el búnker en silencio poco antes de las 23, en medio de caras largas de los militantes y funcionarios.
Los colaboradores del jefe comunal se limitaron a informar que recién formularán declaraciones en la mañana de hoy, en conferencia de prensa, cuando se conozcan los resultados oficiales.
Antes de irse del comando de campaña de Tucumán y Belgrano, Zúccaro se comunicó con Ducoté para felicitarlo por su elección, que lo coloca en un punto de partida expectante de cara a las Generales de octubre, cuando se ponga en juego la intendencia.
Bien entrada la madrugada, la lenta carga de los datos de oficiales iba cambiando el escenario minuto a minuto. Pero cada cambio consolidaba a Ducoté como el más votado.
“Los primeros números que estamos manejando son muy favorables”, dijo anoche un Ducoté que prefirió mantener la cautela y no dar números.
“Lo más importante es que casi siete de cada diez pilarenses no votaron al intendente. Miles y miles de personas quieren un cambio: la suma de votos de Molina y Zúccaro va a ser menos de la mitad que los pilarenses que quieren un cambio”, aseguró.
Para el resto de los candidatos, la incertidumbre fue también la regla. Anoche, en el búnker del massista Jorge D’Onofrio aseguraban que llegarían al 20% de los votos totales, lo que lo dejaría como tercera fuerza, a unos 10 puntos del frente Cambiemos, pero cerca del nivel de cada uno de los contendientes del Frente para la Victoria. Los pocos números oficiales, sin embargo, lo mostraban arañando el 13% de los votos.
Desde el frente Progresistas y el Frente de Izquierda de los Trabajadores, en tanto, festejaban ayer por haber pasado el filtro del 1,5% en las PASO, lo que los depositaría directamente en la carrera para las elecciones de octubre.
Hacia abajo, el resto de las 13 listas que compitieron en las Primarias, estaba pendiente de los números oficiales para establecer cuál será su futuro inmediato.
La intensa lluvia complicó la jornada de votación, sobre todo en numerosas escuelas en las que los votantes debieron esperar al aire libre, tanto patios internos como en la vereda, su turno para emitir el sufragio.
Las malas condiciones del clima no incidieron, sin embargo, para mermar de manera significativa el número de votantes. Pese al barro y a las inundaciones que afectaron a algunos barrios –con evacuados que todavía no pudieron volver a sus casas- la afluencia a las urnas estuvo por encima del 75%.
El final fue atípico. Tanto por lo apretado de los resultados como por la tardanza del recuento que demoró los números oficiales más de la cuenta. El resultado del escrutinio provisorio se conocerá hoy con mayor detalle, pero no se descarta que haya que esperar varios días hasta el recuento definitivo para conocer algunos datos centrales del comicio.
Sin embargo, los elementos que empezaba a mostrar la elección dejaban un mensaje que claramente obligará a muchos dirigentes a una profunda reflexión. (Pilar a Diario).
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