(InfoBAN). Entre las primeras, el caudal de adhesiones relativas que cada uno de los espacios políticos posee para las elecciones generales. Por obvio, más que una encuesta ha sido un gran censo, donde ni Scioli, Macri o Massa ponían en juego sus candidaturas. Pero ahora si cado uno de los tres grandes jugadores pueden analizar, cuantificar y diseñar sus respectivas estrategias políticas y electorales en el gran tablero nacional, basados en número relativamente ciertos. Del mismo modo, los interrogantes emergentes son los diferentes escenarios y sus posibles implicancias.
Pero yendo al inframundo de la política, el conurbano bonaerense es una página aparte en este juego. Grandes popes el peronismo histórico, intendentes del denominado grupo “Barones del Conurbano”, -incluso varios autores los han llamado mini gobernadores- han tenido panoramas más que complejos en sus distritos. Varios de ellos han perdido sus internas, con lo que luego de más de 20 años de poder por medio de innumerables reelecciones, han quedado fuera del 2015. Viendo así por fin, esfumarse su omnipotencia distrital.
Para cristalizar este análisis, solo resta ver los resultados en varios municipios bonaerenses.
Entre los que siguen en carrera pero se les ha complicado mucho el panorama están Luis Acuña (UNA), Intendente de Hurlingham hace ya 20 años, quién no jugaba una interna, pero Juan Zabaleta (FPV) quedó mucho mejor posicionado para acceder a la intendencia en las próximas elecciones. Lo mismo puede verificarse en Tres de Febrero, donde Hugo Curto (FPV), Intendente hace ya 24 años, quedó en una situación incómoda ante Diego Valenzuela (Cambiemos). Algo similar sufre Jesús Cariglino (UNA), Intendente de Malvinas Argentinas desde 1994, ante Leandro Nardini (FPV). Humberto Zuccaro Intendente de Pilar hace ya 12 años, estuvo a punto de caer a manos de Molina en la interna del FPV, quién perdió por sólo 152 votos, y tendrá que enfrentar a Nicolás Ducoté (Cambiemos), quién fue el candidato más votado en las PASO.
Por otra parte, los “batacazos” han sido grandes. Se han herido de muerte a varios Barones del Conurbano, incluso algunos de sus máximos exponentes. Entre ellos están Mariano West, Intendente de Moreno desde 1995, quién ha perdido la interna del FPV ante Walter Festa, Director del ANSES local y referente distrital de La Cámpora. Dario Giustozzi, ex Intendente de Almirante Brown, quién quiso volver a gobernar su distrito luego de tentarse probando suerte como candidato a gobernador por el FR. Al reincorporarse al FPV, perdió la interna ante Cascallares.
Pero la encarnación más acabada de los Barones del Conurbano ha sido y hoy podemos decir que “fue” Raúl Othacehe, histórico Intendente de Merlo, uno de los Intendentes más cuestionados en sus 24 años en el ejecutivo municipal. Un poder que ejerció con puño de hierro, con denuncias de todo el arco opositor en su distrito e incluso dentro de su mismo partido. El “vasco” Othacehe fue otro de los que ante el sangrado del Kirchnerismo en 2013, partió al Frente Renovador, pero volvió al FPV en vísperas de las últimas elecciones. Sus idas y vueltas no han sido gratis, ya que perdió la interna del FPV ante Gustavo Menéndez, con una diferencia mayor a los 13 puntos, algo impensado hace apenas pocos meses.
La pregunta es por que han perdido varios de estos históricos dirigentes distritales. Es imposible homogeneizar a estos intendentes en un grupo compacto. Pero resulta interesante intentar hacer el esfuerzo, con el objeto de encontrar una conclusión mínimamente válida.
Es ineludible razonar que más de dos períodos en la administración pública desgastan a cualquier dirigente en el ejecutivo. De hecho muchos de ellos, han tenido más de una década y media en el poder. Pero por qué las últimas elecciones han sido tan contundentes en los resultados y no sucedió esto hace 4, o incluso 8 años, podríamos decir que se han dado panoramas similares en conjunto. Más allá de las cuestiones propias de la coyuntura, la respuesta está en el perfil particular de los diferentes candidatos que se han enfrentado a estos verdaderos caudillos territoriales. La diferencia está como se relacionan con el votante, en el cómo entienden y hacen política. Y en esta misma línea, otro factor no menor, es la comprensión de la necesidad de profesionalizar sus equipos de Campaña.
Intentando buscar al máximo exponente de su grupo, sin lugar a dudas el que mejor corporiza esta catalogación es Raúl Othacehe. Es sugestivo analizar la Estrategia de Campaña que puso en práctica, siendo replicado por la gran mayoría de los Barones en las diferentes elecciones, y con el correr de los años nunca cambió. Algo muy natural en el ser humano es no cambiar una fórmula que ya ha dado éxito en diferentes contextos y situaciones. Pero como todo éxito, indefectiblemente llega a su fin al no adaptarse y modernizarse.
La Estrategia de Campaña elegida por la mayoría de estos intendentes, incluido Othacehe, ha sido abrir locales partidarios, la saturación de cartelería en el distrito, a cualquier precio, tanto tradicional como no tradicional (léase paredones, palos de luz, vía pública, etc) lo que siempre logran basados en sus inagotables recursos, pero sin un objetivo claro, ya que esto serviría para la instalación, aumentando así el índice de conocimiento, pero por lo general tienen índices de conocimiento mayores al 95%. También se han basado sistemáticamente en la Comunicación Negativa hacia sus opositores circunstanciales haciendo uso y abuso de las arcas municipales para tan fin. Pero está probado que si la fuente de la misma no es creíble, puede llegar a ser destructiva, pero ello no implica aumentar su base electoral. Othacehe ha sido amo y señor en este tipo de estrategias.
Otra acción muy elegida ha sido crear medios locales tanto en papel, como electrónicos, con el único fin de comunicar lo que su capricho disponga, y terminan siendo medios solo consumidos por el mundillo político, pero completamente desconocidos por el votante promedio. Lo mismo sucede con su incursión en las redes sociales, planteando pauta en base a los IP distritales, sin un articulado básico de propuestas, por el contrario, haciéndolo de modo antojadizo y personalista.
Es por esto que terminan sido acciones inconexas, que no son parte de un Plan de Comunicación integral y administradas por personas que no son profesionales de la comunicación. Con lo que era cuestión de tiempo y el único resultado esperable, es el ruinoso presente que estos Barones están sufriendo.
Indefectiblemente debemos volver al ejemplo de Merlo, donde Gustavo Menendez, comprendió la realidad electoral de una forma completamente distinta. Resulta obvio el gran trabajo político que llevó adelante la agrupación que él preside, Grande Merlo. La que ha tenido gran protagonismo territorial. Pero hay un dato a tener en cuenta, Menendez organizó un equipo de Comunicación interdisciplinario para su Estrategia de Campaña pocas veces visto para un candidato a Intendente.
Lo innovados es que su organización, no fue en desmedro de su armado territorial y el trabajo político distrital, por el contrario, el Equipo de Comunicación ofició de soporte de las diferentes acciones en el territorio.
Trabajando codo a codo y haciendo reuniones con referentes distritales, vecinos y en conjunto con el Equipo de Comunicación. El mismo está compuesto por Pablo Rendich, periodista de América, como coordinador, Roberto Massun, consultor en Estrategia de Comunicación Política y Sergio Pollaccia, creativo publicitario, entre otros integrantes. Pero el eje del éxito ha sido que en ningún momento se trabajó en realidades estancas o paralelas, por el contrario. La norma era trabajar integrándose con todas las áreas de campaña. Se llevaron adelante varios estudios y se articularon innumerables soluciones conjuntas desde la Comunicación Política, el Marketing y las acciones política distritales, buscando la sinergia, en cada una de ellas.
Algo similar ha hecho Diego Valenzuela en Tres de Febrero, Festa en Moreno, Cascallares en Almirante Brown y Nicolás Ducoté en Pilar. La respuesta pareciese ser bastante simple, más allá de sus planteos ideológicos y sus bases partidarias, los candidatos que deseen tener la oportunidad de llevar adelante proyectos electorales con vocación de poder, necesitan infinidad de profesionales, entre ellos, profesionales de comunicación. Esta no es ya una prerrogativa de los candidatos a la presidencia o a las diferentes gobernaciones, es una necesidad incluso, para los candidatos a intendente. (InfoBAN).
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