domingo, agosto 16, 2009

Panorama político provincial: En medio de las peores perspectivas. Por Martín López Lastra.


Agencia NOVA) Si antes la creatividad y el ingenio eran opciones para enfrentar la crisis, en los días que quedan hasta fines del 2009 se convierten en obligaciones insoslayables. El déficit dejó de ser un tema abstracto de cafés cercanos a la Legislatura y algunos sectores de la economía y la gestión provincial empiezan a hacer agua.
Uno de ellos, clave es el financiamiento. El empréstito vía bonos hacia cajas profesionales fue un verdadero paliativo, pero insuficiente para un estado que históricamente debió salir a pedir auxilio hacia la Nación cuando arreciaban con fuerza los efectos más detestables de la crisis.
Según trascendió, desde la gobernación hay un marcado optimismo, como no podía ser de otra manera, respecto de lanzamientos de bonos internacionales. Si bien la provincia de Buenos Aires constituye un sello apreciable es importante determinar si son dignas de crédito las proyecciones en cuanto a metas de conseguir una buena colocación. En un mundo que está pasando por la debilidad económica como principal característica las perspectivas no son alentadoras.
Desde la oposición señalaban con cierta incredulidad que “Scioli apuesta demasiado a esos lanzamientos pero hay que tener en cuenta que la demanda de títulos internacionales se hace cada vez mas selectiva por no decir reducida y no hay que olvidar que estamos en un estado provincial importante pero de países emergentes”.
No son buenas las noticias financieras y la palabras déficit y rojo financiero agrandan sus letras de molde para no ser ignoradas. El dato no es anecdótico ni menor. La ronda de diálogo político sirvió, entre otras cuestiones para hacer confesiones. Una de ellas partió de un funcionario que a representantes de un partido político tradicional les dijo que a la Provincia le sobraban tres meses en su ejercicio financiero o, en otras palabras, no se sabe como se financiará el estado durante el último trimestre.
Mientras tanto, los intendentes vuelven a un rol de gestores de financiamiento como se solía hacer en otras épocas críticas. Desde la oposición varios jefes comunales radicales anticiparon que no habrá dinero para sueldos y que los aguinaldos se debieron pagar con adelantos de coparticipación. Eso y decir que escasean los fondos genuinos es exactamente lo mismo.
Todo esto motivó un enojo de parte de funcionarios provinciales que atribuyeron un exceso del ritual y la verborragia política y aconsejaron no tirar más de la cuerda porque se puede cortar. Desde la vereda de los hombres de Alem contestaron que Scioli directamente no cumple con lo pautado en el presupuesto de cumplir con el piso de coparticipación municipal que había sido garantizado a la hora de aprobarse el presupuesto.
Los municipios de interior sin fortaleza financiera son la primer señal de la pérdida de liquidez, es decir de fondos. Esto es necesario para pagar a proveedores que garanticen servicios esenciales y a empleados que cumplan con esos servicios, sean estatales o de servicios tercerizados.
Esa plata no se hace presente y el temor de un corte de cadena de pagos es preocupante en varios distritos del interior donde el campo, otro factor esencial en cuanto a lo productivo pasa por momentos de desesperación.
Si baja la actividad económica en el interior muy pronto se hará sentir en toda la Provincia porque provocará una baja en la recaudación, más allá de índices optimistas de crecimiento de esa variable.
En la capital bonaerense, por caso, el bajísimo poder financiero estatal provocó el cuasi colapso de la obra social de salud estatal IOMA que no logra un acuerdo definitivo con los profesionales de la Agremiación Médica Platense. En su bunker de Capital Federal, el gobernador Daniel Scioli, junto al jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y el ministro de Salud, Claudio Zin, se intentó promover un mayor diálogo con los médicos buscando certezas y pagos más que promesas y diálogo. Porque está demostrado en las ciencias de la economía que los vales de diálogo no representan un bien de cambio para adquirir bienes materiales.

Otro mundo
Mientras tanto, cuando los efectos de la crisis se introducen salvajemente en los bolsillos de miles y miles de bonaerenses, la dirigencia política avanza con sus cálculos de posicionamiento hacia diciembre, cuando ocurra el recambio legislativo.
Las versiones sobre asunciones o eventuales renunciamientos están a la orden del día. Una de esas últimas volvió a apuntar sobre el nicoleño José María Díaz Bancalari y sus apetencias políticas en la Cámara Baja si es que asume como legislador provincial. En anteriores columnas se describió al ex ministro de Gobierno como una especie de huracán Katrina con deseos de mantener un sitial importante de poder en el parlamento provincial.
Sin embargo, voceros legislativos que se ufanan de tener la verdad de mejor precio señalaron que difícilmente asuma el ex presidente del PJ bonaerense debido a un cerrojo para sus ambiciones, cuyo candado fue cerrado por el diputado Julián Domínguez, cuya llave no está dispuesta a conceder.
Domínguez, hombre fuerte del ala del PJ histórico en el bloque oficialista junto a Juan Garivotto, le señaló a Díaz Bancalari, aún antes de las elecciones de junio, que no trabajarían para reservarle un lugar de privilegio y que, en todo caso, si pretendía un regreso sería directamente a zona de tropa y no al casino de oficiales.
Domínguez tiene otras preocupaciones en lo inmediato, según dicen, como por ejemplo conservar la mayor cuota de poder aún a costa de peleas intestinas con kirchneristas puros que manejan la otra mitad del oficialismo.
Es por eso que el juego de alianzas para el poder en la Cámara Baja podría tener ribetes inesperados, por caso, una acuerdo marco con una gran parte del Acuerdo Cívico con rol protagónico de radicales y cobistas que en conjunto tendrán 16 representantes a partir del diez de diciembre. Tras la ruptura del ARI con los “margaritos” del GEN pasaron a conformar un bloque opositor acreedor de un considerable respeto.
Desde el ala panradical no hacen mucho esfuerzo por negar estas versiones, pero tampoco harán una campaña publicitaria por esta eventual coincidencia. A lo sumo se verá sobre los albores del diez de diciembre. Sin embargo, una pauta muy general del desacuerdo de los radicales con el ARi la dio recientemente el titular del bloque de la UCR, Ricardo Jano, quien abiertamente dice que le cuesta acompañar a Elisa Carrió, a quien considera una persona “imprevisible” de la política. Esto aún en días simultáneos en que se retomaba un virtual acuerdo nacional entre la chaqueña y el jujeño y titular del Comité Nacional, Gerardo Morales.
Otro cortocircuito arreglado a tiempo fue el ocurrido en la interna de Unión Pro, donde el triunfador en los últimos comicios, Francisco De Narváez, debió reconocer sus limitaciones de seguir construyendo poder en el territorio bonaerense. Necesita del peronismo disidente y lo sabe, aunque no le guste admitirlo públicamente.
Bastó una simple presión: la ausencia en el plenario de La Plata de dirigentes de peso en el plenario provincial del sector como Felipe Solá y el líder de las 62 Organizaciones, Gerónimo “Momo” Venegas.
La causa era la posible e irreversible postulación de Mauricio Macri como único candidato presidencial. Desde los históricos del peronismo le señalaron que su participación fue un valor agregado importante para la victoria.
Las fotos con las ausencias como símbolo de la ruptura iba a ser muy fuerte y fue oportuna la convocatoria al diálogo interno. Según los voceros, “Momo” Venegas fue un importante protagonista en las conversaciones que llegaron finalmente a buen puerto. Fue casi sobre la hora como en los apasionantes campeonatos de fútbol.
Finalmente habrá dos presidenciables del sector y posiblemente interna para el 2011 en consonancia con la reforma política de la cual se está hablando en estos momentos para fortalecer los espacios y partidos políticos.
Lo cierto es que el 2011 aparece lejano ante las inmediatas necesidades que padece un inmenso sector de los argentinos. Pero la dirigencia política, o gran parte de ella, parece no haberse dado cuenta.

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