El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) presentó el Informe “Empleo, subempleo, seguridad social y bienestar subjetivo” correspondiente al 4° trimestre 2010.
Entre los datos que incluye, el Informe de la UCA señala que entre 2004 y 2010 hubo un incremento del porcentaje de trabajadores con empleo pleno, de 28,0% a 41,0% del total de activos, y en la disminución de la desocupación, de 18,8% a 10,7%, destacando que esta mejora estuvo fuertemente concentrada entre 2004 y 2007.
A partir de 2007-2008, la situación se agravó con la crisis y volvió a mejorar con la reactivación económica. En este sentido, entre 2009 y 2010 se registró una leve mejora cayendo 1 punto la desocupación y 3 puntos el empleo precario.
Sin embargo, actualmente todavía existe un 22% de desempleo o empleo indigente y un 37% de trabajadores precarios. Son los jóvenes -sobre todo los de los estratos más bajos- los que presentan una mayor tendencia a la desocupación (16,1%) que los adultos (7,6%).
Por otra parte, los integrantes del estrato muy bajo presentan 13 veces más riesgo de subempleo indigente o desempleo que los del medio alto. Asimismo, un 43,0% de los activos del estrato social muy bajo declara haber estado desocupados por lo menos una vez en el último año mientras que sólo lo estuvo el 15,7% de los del estrato medio alto. Por último, en el año 2010, tres de cada 4 trabajadores del estrato muy bajo no contribuyeron al Sistema de Seguridad Social mientras que no lo hace sólo uno de cada 4 del estrato medio alto.
El Informe de la UCA revela también que entre los años 2004 y 2010 disminuyó la proporción de personas activas que estuvieron por lo menos una vez desocupadas en el último año. Esta situación pasó de un 41,5% en 2004, a un 32% en 2009 y a un 27,9% en 2010, lo cual está dando cuenta de un contexto laboral más favorable pero que todavía mantiene altas tasas de empleo inestable.
Una mejora importante se registra con el incremento de la cobertura que registró entre 2004 y 2010 el sistema de jubilaciones y pensiones, logrando pasar de un 70% de cobertura a más de un 95% de la población de mayores. Al mismo tiempo, cabe destacar que el aumento fue marcadamente superior entre los integrantes de hogares de menores recursos: para los habitantes en edad de jubilación del estrato social muy bajo la cobertura pasó de 57,5% a 97,2.
En correlación con el proceso económico general, el nivel de percepción de felicidad en la Población Económicamente Activa (PEA) pasó de 7,7 puntos en 2005, a 8,1 puntos en 2009, estancándose en 8 puntos en 2010.
Si bien existe una tendencia ascendente a lo largo de los años, las variaciones más marcadas se observan al comparar 2004 y 2009. Sin embargo, esto no alcanzó a todos por igual. La población que cuenta con un empleo pleno registró para 2010, 8,3 puntos mientras que la población subempleada alcanzo 7,5 puntos.
Una mejora a tener en cuenta es la disminución del malestar psicológico en la PEA. Mientras que en 2004 alcanzaba a un 27,4%, para 2010 este número disminuyo a 20,3%.
Esta disminución es mayor en el sector de la población que cuenta con un empleo pleno, el cual registraba en 2004 un 22,7% de malestar mientras que en 2010 este numero abarca solo a un 8,6%. Pero en el caso de los subocupados y desocupados el malestar que en 2004 era de 39,9% disminuyó solamente al 35,9% en 2010.
Respecto de la insatisfacción laboral, el Informe de la UCA señala que el deseo de cambiar de trabajo que presentaba la población en 2004 alcanzaba a un 35,4% de la población ocupada, llegando a su punto más bajo en 2008 con 27,8% y aumentando nuevamente a 29,8% en 2010.
En el estrato social más bajo, para quienes cuentan con empleo pleno la insatisfacción se redujo del 36,1% en 2004 a 20,9% en 2010, pero en caso de los empleos precarios, la incidencia del deseo de cambiar de trabajo casi no varió, alcanzando niveles de 64,7% en 2004 y de 63,2% en 2010. (Empresas News).
Entre los datos que incluye, el Informe de la UCA señala que entre 2004 y 2010 hubo un incremento del porcentaje de trabajadores con empleo pleno, de 28,0% a 41,0% del total de activos, y en la disminución de la desocupación, de 18,8% a 10,7%, destacando que esta mejora estuvo fuertemente concentrada entre 2004 y 2007.
A partir de 2007-2008, la situación se agravó con la crisis y volvió a mejorar con la reactivación económica. En este sentido, entre 2009 y 2010 se registró una leve mejora cayendo 1 punto la desocupación y 3 puntos el empleo precario.
Sin embargo, actualmente todavía existe un 22% de desempleo o empleo indigente y un 37% de trabajadores precarios. Son los jóvenes -sobre todo los de los estratos más bajos- los que presentan una mayor tendencia a la desocupación (16,1%) que los adultos (7,6%).
Por otra parte, los integrantes del estrato muy bajo presentan 13 veces más riesgo de subempleo indigente o desempleo que los del medio alto. Asimismo, un 43,0% de los activos del estrato social muy bajo declara haber estado desocupados por lo menos una vez en el último año mientras que sólo lo estuvo el 15,7% de los del estrato medio alto. Por último, en el año 2010, tres de cada 4 trabajadores del estrato muy bajo no contribuyeron al Sistema de Seguridad Social mientras que no lo hace sólo uno de cada 4 del estrato medio alto.
El Informe de la UCA revela también que entre los años 2004 y 2010 disminuyó la proporción de personas activas que estuvieron por lo menos una vez desocupadas en el último año. Esta situación pasó de un 41,5% en 2004, a un 32% en 2009 y a un 27,9% en 2010, lo cual está dando cuenta de un contexto laboral más favorable pero que todavía mantiene altas tasas de empleo inestable.
Una mejora importante se registra con el incremento de la cobertura que registró entre 2004 y 2010 el sistema de jubilaciones y pensiones, logrando pasar de un 70% de cobertura a más de un 95% de la población de mayores. Al mismo tiempo, cabe destacar que el aumento fue marcadamente superior entre los integrantes de hogares de menores recursos: para los habitantes en edad de jubilación del estrato social muy bajo la cobertura pasó de 57,5% a 97,2.
En correlación con el proceso económico general, el nivel de percepción de felicidad en la Población Económicamente Activa (PEA) pasó de 7,7 puntos en 2005, a 8,1 puntos en 2009, estancándose en 8 puntos en 2010.
Si bien existe una tendencia ascendente a lo largo de los años, las variaciones más marcadas se observan al comparar 2004 y 2009. Sin embargo, esto no alcanzó a todos por igual. La población que cuenta con un empleo pleno registró para 2010, 8,3 puntos mientras que la población subempleada alcanzo 7,5 puntos.
Una mejora a tener en cuenta es la disminución del malestar psicológico en la PEA. Mientras que en 2004 alcanzaba a un 27,4%, para 2010 este número disminuyo a 20,3%.
Esta disminución es mayor en el sector de la población que cuenta con un empleo pleno, el cual registraba en 2004 un 22,7% de malestar mientras que en 2010 este numero abarca solo a un 8,6%. Pero en el caso de los subocupados y desocupados el malestar que en 2004 era de 39,9% disminuyó solamente al 35,9% en 2010.
Respecto de la insatisfacción laboral, el Informe de la UCA señala que el deseo de cambiar de trabajo que presentaba la población en 2004 alcanzaba a un 35,4% de la población ocupada, llegando a su punto más bajo en 2008 con 27,8% y aumentando nuevamente a 29,8% en 2010.
En el estrato social más bajo, para quienes cuentan con empleo pleno la insatisfacción se redujo del 36,1% en 2004 a 20,9% en 2010, pero en caso de los empleos precarios, la incidencia del deseo de cambiar de trabajo casi no varió, alcanzando niveles de 64,7% en 2004 y de 63,2% en 2010. (Empresas News).
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