Con la re-reelección de Cristina Kirchner en stand by, el gobernador bonaerense y el jefe de gobierno son los principales anotados para la carrera presidencial de 2015 comenzaron a disputarse el apoyo del peronismo. El ex motonauta le robó al ingeniero a sus aliados de 2009, a Telerman y acerca a Cariglino y Camaño. Los peronistas del PRO acusaron el golpe y buscarán llenar el Luna Park con la presencia de su líder.
La sucesión de Cristina Kirchner es un problema que el Gobierno nacional está lejos de resolver, y en un contexto económico de incertidumbre, la reforma constitucional que habilitaría un tercer mandato de la presidenta quedó relegada de la agenda oficialista. En esos términos, la pelea entre Daniel Scioli y Mauricio Macri ya empezó.
El gobernador bonaerense y el jefe de gobierno porteño son los aspirantes a la presidencia con mayor imagen y coinciden en la disputa por la simpatía de la misma clase dirigencial.
Scioli busca consolidarse como el único sucesor posible del kirchnerismo, sea por dentro o por fuera, y si bien Macri intenta sumar dirigentes radicales a través de su ministro de Gobierno, Emilio Monzó, apuesta muy fuerte a captar al peronismo descontento con el destrato de Cristina Kirchner.
En ese sentido, en los últimos días les renovó su confianza a Cristian Ritondo y Álvaro González, que encabezan la corriente nacional Propuesta Peronista, que en los últimos dos meses movió el amperímetro del peronismo disidente que se había quedado dormido luego de los comicios del año pasado.
Pero pese a la similitud de los objetivos, Macri quedó un tanto corrido del escenario nacional de disputa del poder, principalmente porque la propia presidenta eligió a Scioli como el principal enemigo, dejando al líder del PRO sólo como un ocasional destinatario para rencillas concernientes sólo al ámbito porteño.
En el PRO estiman que la elección de Cristina tiene un costado favorable y otro muy desventajoso. Por un lado, esperan con cautela que la pelea entre el kirchnerismo y el sciolismo deje heridos de ambos bandos, sin pagar ningún costo.
Pero por otra parte temen que al estar fuera de esa pelea, sea el gobernador bonaerense, ubicándose como la víctima del ataque, el único en obtener un rédito político de las polémicas maniobras del kirchnerismo y sea quien más perjudique al armado de la candidatura de Macri 2015.
Luz de alarma
Es que el rol de víctima del embate K ya le sirvió a Scioli para aglutinar sectores del peronismo que supieron estar al lado de Macri. Los ex aliados del jefe de gobierno que en 2009 compartieron el frente electoral con el PRO, ya juegan abiertamente con el gobernador.
Tanto Felipe Solá como Francisco De Narváez, con el armado que comparte con Osvaldo Mércuri, Alberto Roberti y Mónica López, prácticamente le impusieron a Scioli su apoyo e hicieron lo posible para que el respaldo se convierta en una cosa pública.
No es casual que José “Pepe” Scioli, que fue candidato de De Narváez el año pasado, sea ahora uno de los principales defensores de su hermano ante la embestida del Gobierno nacional. En la conferencia de prensa de ayer en Gobernación, “Pepe” estuvo sentado en primera fila, muy cerca de aquellos miembros del gabinete bonaerense que un par de años atrás no dudaban en denostarlo por su partida al denarvaísmo.
Pero lo que es peor para Macri, todos estos dirigentes se esforzaron por aclarar que no quieren participar de la candidatura a presidente del ex presidente de Boca.
Scioli es consciente de esa situación y lejos de conformarse, fue a captar dirigentes que Macri ya consideraba como propios de su armado. Al intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, le suena mucho mejor la candidatura del ex motonauta que la del ingeniero. Lo mismo ocurre con ese sector del duhaldismo que encarnan dirigentes como Graciela Camaño.
Y en la última semana, Scioli realizó una maniobra a la vista de todas las cámaras. Sumó a Jorge Telerman y lo ubicó a un metro suyo en la conferencia de prensa de ayer.
El ex jefe de gobierno, siempre cercano al macrismo, estaba negociando su llegada al armado peronista del PRO. Pero rápido de reflejos, el ex motonauta lo convenció con el cargo de director de Cultura de la provincia.
Como si fuera poco, Scioli quiere pelearle a Macri en su propio terreno. Como adelantaron a LPO desde el gabinete bonaerense, en las próximas semanas una de las agrupaciones que responden al gobernador desembarcará en la Capital Federal.
Respuesta
Quienes encabezan el armado peronista del PRO, Cristian Ritondo y Álvaro González, visualizaron que la candidatura de Macri está perdiendo más espacio con las maniobras de Scioli más que con cualquiera otra circunstancia.
Es por eso que ya abandonaron la tregua implícita que había con el gobernador. “Scioli no es opción ni alternativa porque se cree que jugando al fúlbol en Villa La Ñata gestiona y ni sueldos puede pagar”, señaló Ritondo días atrás, en el lanzamiento de la corriente en La Plata.
En adelante, como dijeron a este medio desde el PRO, este sector saldrá a cuestionar a Scioli cada vez que se presente una oportunidad.
Pero más allá de la cuestión discursiva, este sector del macrismo es el único que explota realmente el armado territorial y saldrá a enfrentar a Scioli en su propia jurisdicción.
En las próximas semanas, este espacio abrirá locales en distritos del Conurbano como, Hurlingham, Lanús, Florencio Varela y Vicente López –sin la venia del intendente Jorge Macri–. También lo hará en el interior de la provincia, en localidades como Chacabuco y Lobos, el lugar de nacimiento de Juan Perón.
La pata peronista del PRO buscará su clímax con un acto en el Luna Park, cuya fecha aún no está definida –podría ser el 17 de octubre o el 17 de noviembre, fechas emblemáticas para el peronismo– y empezará a planearse definitivamente esta semana la reunión de la mesa chica que ya se convirtió en constante en el stud de Jorge Triaca.
Desde esa mesa chica señalaron a LPO que intentarán sentar a Macri en el palco, para que el jefe de gobierno le dé su bendición pública a este armado que la semana pasada juntó a 4 mil personas (según los organizadores) en el Club Universal de La Plata. En el Luna confían en reunir a no menos de 5 mil. Antes de ese acto, Ritondo encabezaría uno a título personal en la Federación de Box. (La Política OnLine).
La sucesión de Cristina Kirchner es un problema que el Gobierno nacional está lejos de resolver, y en un contexto económico de incertidumbre, la reforma constitucional que habilitaría un tercer mandato de la presidenta quedó relegada de la agenda oficialista. En esos términos, la pelea entre Daniel Scioli y Mauricio Macri ya empezó.
El gobernador bonaerense y el jefe de gobierno porteño son los aspirantes a la presidencia con mayor imagen y coinciden en la disputa por la simpatía de la misma clase dirigencial.
Scioli busca consolidarse como el único sucesor posible del kirchnerismo, sea por dentro o por fuera, y si bien Macri intenta sumar dirigentes radicales a través de su ministro de Gobierno, Emilio Monzó, apuesta muy fuerte a captar al peronismo descontento con el destrato de Cristina Kirchner.
En ese sentido, en los últimos días les renovó su confianza a Cristian Ritondo y Álvaro González, que encabezan la corriente nacional Propuesta Peronista, que en los últimos dos meses movió el amperímetro del peronismo disidente que se había quedado dormido luego de los comicios del año pasado.
Pero pese a la similitud de los objetivos, Macri quedó un tanto corrido del escenario nacional de disputa del poder, principalmente porque la propia presidenta eligió a Scioli como el principal enemigo, dejando al líder del PRO sólo como un ocasional destinatario para rencillas concernientes sólo al ámbito porteño.
En el PRO estiman que la elección de Cristina tiene un costado favorable y otro muy desventajoso. Por un lado, esperan con cautela que la pelea entre el kirchnerismo y el sciolismo deje heridos de ambos bandos, sin pagar ningún costo.
Pero por otra parte temen que al estar fuera de esa pelea, sea el gobernador bonaerense, ubicándose como la víctima del ataque, el único en obtener un rédito político de las polémicas maniobras del kirchnerismo y sea quien más perjudique al armado de la candidatura de Macri 2015.
Luz de alarma
Es que el rol de víctima del embate K ya le sirvió a Scioli para aglutinar sectores del peronismo que supieron estar al lado de Macri. Los ex aliados del jefe de gobierno que en 2009 compartieron el frente electoral con el PRO, ya juegan abiertamente con el gobernador.
Tanto Felipe Solá como Francisco De Narváez, con el armado que comparte con Osvaldo Mércuri, Alberto Roberti y Mónica López, prácticamente le impusieron a Scioli su apoyo e hicieron lo posible para que el respaldo se convierta en una cosa pública.
No es casual que José “Pepe” Scioli, que fue candidato de De Narváez el año pasado, sea ahora uno de los principales defensores de su hermano ante la embestida del Gobierno nacional. En la conferencia de prensa de ayer en Gobernación, “Pepe” estuvo sentado en primera fila, muy cerca de aquellos miembros del gabinete bonaerense que un par de años atrás no dudaban en denostarlo por su partida al denarvaísmo.
Pero lo que es peor para Macri, todos estos dirigentes se esforzaron por aclarar que no quieren participar de la candidatura a presidente del ex presidente de Boca.
Scioli es consciente de esa situación y lejos de conformarse, fue a captar dirigentes que Macri ya consideraba como propios de su armado. Al intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, le suena mucho mejor la candidatura del ex motonauta que la del ingeniero. Lo mismo ocurre con ese sector del duhaldismo que encarnan dirigentes como Graciela Camaño.
Y en la última semana, Scioli realizó una maniobra a la vista de todas las cámaras. Sumó a Jorge Telerman y lo ubicó a un metro suyo en la conferencia de prensa de ayer.
El ex jefe de gobierno, siempre cercano al macrismo, estaba negociando su llegada al armado peronista del PRO. Pero rápido de reflejos, el ex motonauta lo convenció con el cargo de director de Cultura de la provincia.
Como si fuera poco, Scioli quiere pelearle a Macri en su propio terreno. Como adelantaron a LPO desde el gabinete bonaerense, en las próximas semanas una de las agrupaciones que responden al gobernador desembarcará en la Capital Federal.
Respuesta
Quienes encabezan el armado peronista del PRO, Cristian Ritondo y Álvaro González, visualizaron que la candidatura de Macri está perdiendo más espacio con las maniobras de Scioli más que con cualquiera otra circunstancia.
Es por eso que ya abandonaron la tregua implícita que había con el gobernador. “Scioli no es opción ni alternativa porque se cree que jugando al fúlbol en Villa La Ñata gestiona y ni sueldos puede pagar”, señaló Ritondo días atrás, en el lanzamiento de la corriente en La Plata.
En adelante, como dijeron a este medio desde el PRO, este sector saldrá a cuestionar a Scioli cada vez que se presente una oportunidad.
Pero más allá de la cuestión discursiva, este sector del macrismo es el único que explota realmente el armado territorial y saldrá a enfrentar a Scioli en su propia jurisdicción.
En las próximas semanas, este espacio abrirá locales en distritos del Conurbano como, Hurlingham, Lanús, Florencio Varela y Vicente López –sin la venia del intendente Jorge Macri–. También lo hará en el interior de la provincia, en localidades como Chacabuco y Lobos, el lugar de nacimiento de Juan Perón.
La pata peronista del PRO buscará su clímax con un acto en el Luna Park, cuya fecha aún no está definida –podría ser el 17 de octubre o el 17 de noviembre, fechas emblemáticas para el peronismo– y empezará a planearse definitivamente esta semana la reunión de la mesa chica que ya se convirtió en constante en el stud de Jorge Triaca.
Desde esa mesa chica señalaron a LPO que intentarán sentar a Macri en el palco, para que el jefe de gobierno le dé su bendición pública a este armado que la semana pasada juntó a 4 mil personas (según los organizadores) en el Club Universal de La Plata. En el Luna confían en reunir a no menos de 5 mil. Antes de ese acto, Ritondo encabezaría uno a título personal en la Federación de Box. (La Política OnLine).
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