La Facultad de Ingeniería presentó hace seis años un plan de obras para prevenir inundaciones en La Plata. Preveía ampliar el entubamiento del arroyo del gato. Pero la Municipalidad lo ignoró. Y hace tres años agravó la situación al habilitar la construcción de torres, sin prever su impacto en los desagües.
El intendente de La Plata, Pablo Bruera, había sido advertido en varias ocasiones que la ciudad tendría problemas en los desagües si no realizaba obras y controlaba el crecimiento demográfico de la ciudad.
Ni bien asumió en el 2007 tuvo un completo informe del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de La Plata que determinó problemas de desagües en la cuenca del arroyo del gato, un curso de agua que forma parte del río Santiago y atraviesa San Carlos, Ringuelet y Tolosa, los barrios más afectados por la inundación.
Lo confirmó a La Política OnLine Pablo Romanazzi, titular del departamento de hidráulica de la Facultad. “El trabajo lo hicimos entre 2003 y 2007 y el principal diagnóstico fue que la cuenca del arroyo del gato tenía bajas y problemas de desagües. Por eso planteamos su ensanche desde el puente del ferrocarril hasta la avenida 19. Además de evitar que se siga instalando gente sobre el arroyo”, explicó.
Según pudo saber La Política OnLine en 2005, cuando todavía era intendente Julio Alak, la obra tenía un presupuesto ínfimo de 4 millones de dólares pero no se concretó.
El trabajo académico llegó a manos de Bruera ni bien asumió en diciembre de 2007 pero nunca emprendió las obras ni logró que el gobierno bonaerense o el nacional las llevara a cabo.
Tampoco se comunicó con la Facultad y prefirió limitar su diálogo con el decano de la Universidad, el arquitecto Fernando Tauer.
Otra advertencia que llegó al intendente fue la del desborde de los piletones de la avenida 32 que el martes volvieron a rebalsar y expulsaban agua en lugar de retenerla.
Cuando no llevaba ni 3 meses de intendente, Bruera fue testigo de una inundación que tuvo a 90 mil damnificados.
Aunque recorrió en botas las zonas afectadas, Bruera rechazó el proyecto de ordenanza que propuso el FAP para regular el subsidio a los afectados por inundaciones, que hoy hubiera permitido entregarlos de manera automática como hace la Ciudad de Buenos Aires, que tiene una ley que los regula.
Falta de planificaciónEn los últimos diez años la construcción creció como nunca antes en La Plata y la ciudad tranquila de casas bajos, grandes espacios verdes, edificios históricos y diagonales quedó casi en el olvido.
Los números que maneja el Colegio de Arquitectos de la Plata son elocuentes: tras la parálisis de 2001, entre 2003 y 2008 se construyeron 800 mil metros cuadrados. Y esa misma cifra se levantó en los últimos dos años.
Este último repunte no es casual: en 2009 Bruera impulsó un Código de Ordenamiento Urbano que habilitó la construcción de más torres en la zona céntrica.
Cuando el colegio de arquitectos y los concejales de la oposición consultaron sobre cómo se podría brindar servicios públicos a esa población y evitar que colapsen los desagües, Bruera no respondió.
“Pedimos un diagnóstico sobre cómo se brindaría servicio ante un mayor crecimiento de altura y no recibimos respuesta”, confirmó a La Política OnLine Silvia Portiansky, secretaria del Colegio de Arquitectos.
Concejales de la oposición que prefirieron no hablar tras la tragedia confirmaron a La Política OnLine que relevaron a las empresas que brindan servicios y ninguna se mostró preparada para absorber la nueva población.
“Lo que se hizo fue un negocio inmobiliario porque el metro cuadrado subió de valor, pero jamás se pensó en los sistemas de absorción y ahora hubo miles de desbordes cloacales”, explicaron. Esos desbordes explicarían porqué también se inundó el centro platense.
Varias ONG lograron que la justicia suspendiera varios artículos del Código, pero vía apelaciones Bruera logró volver a tenerlo tal como lo redactó.
El casco urbano, diseñado para que las diagonales y las plazas se vean desde cualquier punto, tuvo algunos de los barrios más afectados por la inundación.
Uno de ellos es la Loma, a no más de 15 cuadras del centro geográfico, entre los desechos de los vecinos y las casas destruidas, pueden verse muchos edificios en construcción.
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