El dólar oficial batió hoy todos los récords en una jornada histórica en la city porteña.
En el arranque de operaciones el dólar oficial se disparaba con un alza récord de 87 centavos para llegar a venderse a $8,10 en el mercado de ventas autorizadas por la AFIP.
Ante la ausencia del Banco Central, el mercado operaba con altísima y había operaciones hasta por $8,50.
La moneda estadounidense no encuentra techo: subió $1,28 en el arranque de la jornada. El Gobierno estrena raro esquema de dólar oficial libre para comercio exterior y cepo para el resto de las operaciones.
El Gobierno finalmente decidió instrumentar una muy fuerte devaluación del peso, negada hasta el hartazgo por Cristina Kirchner. El dólar oficial ya cotiza en torno a los $ 8,40 y acumula en las últimas 48 horas una brutal devaluación del 18 por ciento.
Se trata de un cambio radical en la política de devaluaciones progresivas o "crawling peg" que intentó el ministro de Economía, Axel Kicillof, que fracasó estrepitosamente. Además, podría revelar el giro diferencias entre Kicillof y el titular del Banco Central, Ricardo Fábrega, que ayer sobre el final de la jornada de ayer el Banco Central liberó la divisa, como reveló LPO.
Esa decisión de ayer hizo que el peso sufriera la mayor devaluación desde 2002, al subir 25 centavos y cerrar en $ 7,12. Hoy esa tendencia se mantuvo desde el inicio de las operaciones y pasado el mediodía la suba se disparó y alcanzó los $8,40 para la venta, según confirmaron fuentes del mercado a LPO. El Banco Nación informaba en su página web que la moneda cotiza a $8.
Se trata de una devaluación del 18% si se tiene en cuenta el cierre de ayer: $7,12. Si se suman la suba de ayer de ayer (3,3%), la devaluación es de más del 20%. Si se tienen en cuenta los datos del 23 de enero de 2013, el valor del peso se depreció un 38% en un año.
Mientras tanto, en el mercado paralelo -el único donde es posible conseguir dólares libremente- este jueves la moneda superaba los $12,70, según dijeron operadores del sector a LPO.
Las subas de ayer y hoy tienen que ver con la decisión del Banco Central de no intervenir en el mercado como lo hacía habitualmente para que las subas fueran moderadas. Esta estrategia fue defendida hoy por Jorge Capitanich, que dijo que la devaluación no fue inducida, pero es evidente que se trata de una estrategia deliberada.
Analistas ya empezaron a advertir los riesgos de instrumentar una devaluación tan fuerte sin un plan visible que coordine con la otras variables macroeconómicas.
Ayer, una fuente del sistema financiero confió al portal La Política OnLine que el Central se retiró del mercado en los últimos minutos y fue en ese momento que se disparó el valor de la divisa, dejando a los privados que operaran libremente. Hoy, la liberación se hizo desde el arranque mismo de la jornada.
La duda es hasta donde dejará el Gobierno flotar el dólar oficial y si es posible que se atreva a dejarlo suelto hasta que encuentre un punto de equilibrio con el mercado paralelo, para desarmar en esa instancia el cepo.
Es evidente que a los valores en los que hoy se ubica el blue se trata de una decisión explosiva ya que implicaría una devaluación brutal que podría destrozar el poder adquisitivo de trabajadores y jubilados, además de provocar una inflación de consecuencias imprevisibles.
En todo caso, lo peligroso es que la devaluación se realiza sin aviso previo, lo que está provocando que en el mercado impere la incertidumbre total sobre la política monetaria.
Para el Gobierno, el beneficio de esta nueva estrategia es frenar fuerte las importaciones y la salida de dólares por viajes al exterior, que ya están sufriendo los primeros impactos. Quienes se benefician también son los productores agrícolas que retienen la producción y apenas en un día logran una ganancia que ronda el 20%.
Pero para el equipo económico que encabeza Axel Kicillof también se generan graves problemas. En principio, esta situación debería derivar en una suba de las tasas de interés para evitar que los pesos que están depositados en los bancos se fuguen hacia el mercado negro de dólares, dañando el sistema financiero.
Además, el Gobierno podría ver agravado el déficit ya que las importaciones de energía demandarán cada vez mayor cantidad de pesos. Lo mismo sucederá para la industria nacional, dependiente en gran parte de los componentes importados. Esta situación obviamente tendrá un fuerte impacto inflacionario ya que los nuevos costos serán trasladados a los precios que pagan los consumidores argentinos.
Se trata, en definitiva, de medidas claramente recesivas.
Esta nueva estrategia del Gobierno crea además una política monetaria inédita en el mundo. En ese momento, Argentina tiene un sistema combinado de flotación libre del tipo de cambio para el comercio exterior y cepo para el resto de las operaciones.
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