La Escuela de Enfermería “San Miguel Arcángel” fue inaugurada en 1969 y es un emblema educativo del partido. Por año egresan más de 70 profesionales de la salud, correspondientes a los turnos mañana y tarde de la institución ubicada en el Colegio Máximo San José - "Facultades Loyola", donde este año el Intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre, inauguró las instalaciones del nuevo edificio. La carrera comprende 3 años de formación con clases teóricas y prácticas, que se realizan en el Hospital Municipal Raúl Larcade, permitiendo que miles de alumnos se formen en las distintas disciplinas.
Por el reconocimiento de la Institución, se acercan a estudiar alumnos de todo el país. Este es el caso de Aimé Saavedra, una joven de 26 años que nació en la Provincia de Córdoba pero que hoy vive en la localidad de Adolfo Sourdeaux, Partido de Malvinas Argentinas. Actualmente trabaja en Berazategui y viaja 3 horas hasta la Escuela para poder realizar sus estudios. Según cuenta, siente que “el empeño y dedicación que los profesores y alumnos ponen en esta institución, hace que el esfuerzo valga la pena”.
Ésta es su tercera carrera profesional, algo que demuestra su energía cotidiana y su vocación de servicio como reflejo de su vida, quizás inspirada en el Papa Francisco, que vivió 18 años de su vida como seminarista en el mismo lugar que hoy estudia en la Escuela de Enfermería.
Estudió administración y perito criminalística, y este año comenzó a estudiar enfermería, luego de haber realizado sus primeras armas en el campo de la medicina en la Universidad Abierta Interamericana, donde se instruyó en “Ciencias Médicas”.
Sin embargo, por problemas económicos tuvo que dejar a tan sólo un cuatrimestre de terminar. Cuenta que el primer día se sorprendió por la magnitud del edificio, y que siempre tuvo claro que depende de cada uno poder aprovechar las oportunidades que se presentan en la vida. Por eso no dudó en comenzar la carrera desde cero: “Lo tomo como que modifiqué mis caprichos para hacerlo de una forma óptima, yo soy una luchadora contra el cáncer y quiero lograr que todos se contagien de las ganas de vivir, de disfrutar y de no esperar que las cosas lleguen, sino de generar los espacios para conseguir lo que se quiere”, dice con evidente emoción.
Aimé cursa de lunes a viernes de 13 a 18hs, y trabaja noche por medio en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui, lo que le insume 3 horas de viaje por día en el traslado de un punto al otro, que aprovecha para leer apuntes y ponerse al día con lo dictado en clases. Con un temple digno de ser destacado, dice que “la paciencia, práctica y dedicación de los profesores es única” y remarca, insistente, que “nunca se sale de la clase sin entender, y eso es espectacular, porque no se trata de numeritos, sino de vidas que están en nuestras manos”.
Como parte de su impronta genuina y solidaria, Aimé explica que elegir enfermería sirve para entender las dolencias y los problemas del otro. Planteó algo así como “un pacto de futuros compartidos” en el que la convivencia y el preocuparse por el prójimo debe ser el patrón a seguir. Sus palabras parecen estar signadas por “la cultura del encuentro” que predica el Papa, algo que no parece casual por el arraigo del Colegio Máximo al Santo Padre. Una parte de su vida quedó allí presente.
Y como prueba de fe, este año hubo record de inscripciones a la carrera, y de enfermeros matriculados. En este sentido, es importante resaltar que la Escuela es financiada por fondos municipales y que la Secretaría de Salud es el órgano técnico de dependencia directa. Así es como el Instituto fija objetivos, metas y actividades anuales para medir resultados y realizar los balances correspondientes al cierre de cada año en pos de mejorar la salud de los vecinos del distrito como una de las principales políticas públicas de la gestión municipal.
Y como Aimé hay cientos de otras historias que se cruzan en la escuela de enfermería, todas con el mismo objetivo, cuidar la vida de los demás. Dedicarse a la enfermería para Aimé es “alimentar el alma”.
El propósito del instituto es ayudar a la comunidad a enfrentar las dificultades que se presentan en materia de salud a través de un proceso interpersonal (enfermero – paciente) que permite la entrega de esta ayuda expresada en voluntad, fuerza, conocimiento o habilidad para que las personas puedan lograr mayor grado de bienestar e independencia en un contexto social determinado.
La Escuela de Enfermería “San Miguel Arcángel” brinda todas las herramientas y las capacitaciones necesarias; la Municipalidad y la Secretaría de Salud sostienen el funcionamiento para que cientos de personas puedan acceder a una carrera y una formación profesional, y para que más gente con ganas de “alimentar el alma” como Aimé, pueda hacerlo.
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