La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más frecuente,
arritmia que no siempre es fácilmente detectable.
Para diagnosticarla es necesario usar más de un método de
monitoreo cardíaco prolongado.
Los anticoagulantes orales pueden reducir un 64% el riesgo de que pacientes con fibrilación auricular padezcan un nuevo ACV.
La fibrilación auricular es uno de los principales factores de riesgo para padecer un ACV (accidente cerebrovascular). Un paciente con FA posee un riesgo 5 veces mayor de padecer un ACV que alguien que no tiene fibrilación auricular.
Siendo además, la causa que más recurrencias ocasiona. Esto quiere decir que un paciente que ha padecido un ACV y que tiene fibrilación auricular está expuesto a un mayor riesgo de sufrir otro episodio, que quienes han sufrido un ACV pero no tienen fibrilación auricular.
Un reciente estudio* publicado el 4 de marzo en The Lancet Neurology1, la publicación científica más prestigiosa en el ámbito de la neurología, muestra que mediante el uso secuencial de varios métodos para la búsqueda de fibrilación auricular, se la puede encontrar en casi 1 de cada 4 pacientes que han sufrido un ACV y desconocían que tenían la arritmia antes del ACV.
Sumando la cantidad de pacientes con fibrilación auricular diagnosticada antes del ACV y aquellos casos diagnosticados una vez que ya ha ocurrido, 4 de cada 10 personas con ACV puede ser portadora de fibrilación auricular, y por lo tanto estar expuestos a un mayor riesgo de ocurrencia.
Los resultados más significativos del estudio son:
- La investigación se basó en el análisis de 50 estudios previos, luego de haber revisado casi 29.000 referencias bibliográficas.
- Incluyó casi 12.000 pacientes de 4 continentes (todos menos África) monitoreados cardiológicamente por más de 200.000 pacientes-días
- Principal resultado: es posible encontrar fibrilación auricular en el 24% de los pacientes con ACV que no tenían la arritmia antes del accidente. Esto es más del doble de lo conocido hasta el momento.
- Sumando los casos detectados antes y después del ACV: 4 de cada 10 pacientes con ACV tienen fibrilación auricular.
- Implicancias de los resultados:
o Para encontrar la fibrilación auricular es necesario usar más de un método de monitoreo cardíaco y durante períodos prolongados, inmediatamente después (en las primeras horas) de ocurrido el ACV. Un Holter durante o después de la internación no alcanza si queremos hacer buena prevención.
o Todo paciente con ACV debería aprender a tomarse el pulso e ir inmediatamente a una guardia para comprobar mediante un electrocardiograma si la irregularidad del pulso es por fibrilación auricular.
o Hasta que la ciencia provea más información acerca de cuál es el origen de la fibrilación auricular detectada luego del ACV, todo paciente con ACV en quien se detecta una fibrilación auricular debe tener un seguimiento por un cardiólogo y tomar anticoagulantes orales para prevenir un nuevo ACV, excepto que
haya una contraindicación clara.
Luciano Sposato, médico argentino especialista en neurología vascular (MN 88108) y uno de los autores del estudio asegura: “El mensaje principal que surge de la investigación es que la fibrilación auricular puede ser diagnosticada en un porcentaje muy elevado de ACV. Por esa razón, cuando hay una alta sospecha de émbolos que surgen desde el corazón (accidentes cerebrovasculares cardioembólicos), los pacientes deben someterse a una temprana monitorización cardíaca a largo plazo,
idealmente combinando al menos cuatro métodos secuenciales que permitan prevenir la ocurrencia de un nuevo ACV”.
“Los pacientes que han sufrido un ACV y a quien se le detecta una fibrilación auricular deben tener un seguimiento cardiológico. Todo paciente que padece FA debe recibir tratamiento con anticoagulantes orales, excepto que exista una contraindicación”, concluye Sposato.
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