LUJAN, Octubre 29, (PUNTO CERO-El Civismo) Con cautela y sólo después de que el intendente Prince se comunicara para admitir su derrota y felicitar a la ganadora, Graciela Rosso dio rienda suelta al festejo. Recorrió el centro arriba de una camioneta, acompañada de la murga “Los duendes de El Trébol”.
La cara de felicidad que transparentaba un triunfo se comenzó a notar poco después de las 21, pero reinaba la cautela. A las 21.45, la diputada María Inés Fernández aseguró en una nota radial que “la próxima intendenta de Luján será una mujer. Y es Graciela Rosso”. El recuento de votos marcaba un cabeza a cabeza, pero en el bunker de Rosso, ubicado en la calle Mitre al 400, explicaban que “ya cargamos las mesas más adversas”.
Las mesas femeninas del centro, primero, y las mesas provenientes de Jáuregui, Pueblo Nuevo y Cortínez, después, terminaron de dibujar la sonrisa soñada. Se estaba derrotando a Miguel Ángel Prince.
Para entonces, la puerta del local partidario se había vestido de fiesta. “Ganamos”, “ganamos”, gritaban todos, incluso algunos que hace dos años gritaban lo mismo en el local de Prince.
A partir de entonces, no había fiscal de mesa que no ingresara al edificio con una sonrisa y repartiera abrazos a troche y moche.
También, con el correr de los minutos y una tendencia que se transformaba en irreversible, comenzó el desfile de candidatos y dirigentes que se apuraban en saludar a la flamante intendenta. Llegó Rodolfo Socolovsky, Carlos Porto, el socialista Julio García, Roberto Gorostegui, Daniel Varela, el sindicalista Horacio Bellido y el radical y colega de Rosso, Alberto Luccón.
A las 23, los “dos puntos de diferencia” a favor de Rosso eran repetidos por todos, pero nadie se asomaba de la sala de cómputos para confirmar el triunfo. No obstante ello, afuera, la murga “Los duendes de El Trébol” le ponían música y color a la jornada, mientras unas cincuenta personas tiraban papelitos que supieron ser boletas de la lista 2.
La incógnita se mantuvo hasta pasada la medianoche. “Quieren cargar el 80 por ciento de las mesas y ahí sí salen”, informaba Fabián Pérez, para bajar la ansiedad de los presentes.
A las 0.45 voces periodísticas siempre cercanas al gobierno de Prince daban la noticia: “El intendente está reconociendo la derrota”. Y se agregaba que Prince hablaría en el local del FpV de la calle San Martín.
Éxodo de periodistas y fotógrafos hacia ese bunker de la derrota. En el local de Rosso sólo quedó una cámara fotográfica de EL CIVISMO y una cámara de televisión.
En ese interín, Prince pidió un celular y se comunicó con Rosso para felicitarla por el triunfo.
Fue la señal de que se podía desatar la algarabía. La electa intendenta se asomó a saludar a los presentes y fue bañada por una lluvia de papelitos y el cántico “Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Prince que lo mira por TV”.
El festejo no se quedó en la vereda. Una puntera del PJ aportó “la camioneta de mi hermano” y de inmediato se armó una caravana por el centro. En la caja del rodado se instaló Rosso, acompañada de la diputada Fernández, el concejal Humberto Guibaud, el candidato a consejero escolar Javier Palomeque y parte del ejército militante. Delante, la murga ponía la música.
En el regreso, Rosso recibió el saludo de los principales dirigentes del Frente Unión Vecinal, entre ellos el concejal Oscar Luciani, el dirigente Gerardo Amado y el electo concejal Roberto Monzón. También la abrazó una mujer a la que ella le dijo “hermanita, te quiero mucho, preparate porque vas a tener mucho trabajo”.
La cara de felicidad que transparentaba un triunfo se comenzó a notar poco después de las 21, pero reinaba la cautela. A las 21.45, la diputada María Inés Fernández aseguró en una nota radial que “la próxima intendenta de Luján será una mujer. Y es Graciela Rosso”. El recuento de votos marcaba un cabeza a cabeza, pero en el bunker de Rosso, ubicado en la calle Mitre al 400, explicaban que “ya cargamos las mesas más adversas”.
Las mesas femeninas del centro, primero, y las mesas provenientes de Jáuregui, Pueblo Nuevo y Cortínez, después, terminaron de dibujar la sonrisa soñada. Se estaba derrotando a Miguel Ángel Prince.
Para entonces, la puerta del local partidario se había vestido de fiesta. “Ganamos”, “ganamos”, gritaban todos, incluso algunos que hace dos años gritaban lo mismo en el local de Prince.
A partir de entonces, no había fiscal de mesa que no ingresara al edificio con una sonrisa y repartiera abrazos a troche y moche.
También, con el correr de los minutos y una tendencia que se transformaba en irreversible, comenzó el desfile de candidatos y dirigentes que se apuraban en saludar a la flamante intendenta. Llegó Rodolfo Socolovsky, Carlos Porto, el socialista Julio García, Roberto Gorostegui, Daniel Varela, el sindicalista Horacio Bellido y el radical y colega de Rosso, Alberto Luccón.
A las 23, los “dos puntos de diferencia” a favor de Rosso eran repetidos por todos, pero nadie se asomaba de la sala de cómputos para confirmar el triunfo. No obstante ello, afuera, la murga “Los duendes de El Trébol” le ponían música y color a la jornada, mientras unas cincuenta personas tiraban papelitos que supieron ser boletas de la lista 2.
La incógnita se mantuvo hasta pasada la medianoche. “Quieren cargar el 80 por ciento de las mesas y ahí sí salen”, informaba Fabián Pérez, para bajar la ansiedad de los presentes.
A las 0.45 voces periodísticas siempre cercanas al gobierno de Prince daban la noticia: “El intendente está reconociendo la derrota”. Y se agregaba que Prince hablaría en el local del FpV de la calle San Martín.
Éxodo de periodistas y fotógrafos hacia ese bunker de la derrota. En el local de Rosso sólo quedó una cámara fotográfica de EL CIVISMO y una cámara de televisión.
En ese interín, Prince pidió un celular y se comunicó con Rosso para felicitarla por el triunfo.
Fue la señal de que se podía desatar la algarabía. La electa intendenta se asomó a saludar a los presentes y fue bañada por una lluvia de papelitos y el cántico “Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Prince que lo mira por TV”.
El festejo no se quedó en la vereda. Una puntera del PJ aportó “la camioneta de mi hermano” y de inmediato se armó una caravana por el centro. En la caja del rodado se instaló Rosso, acompañada de la diputada Fernández, el concejal Humberto Guibaud, el candidato a consejero escolar Javier Palomeque y parte del ejército militante. Delante, la murga ponía la música.
En el regreso, Rosso recibió el saludo de los principales dirigentes del Frente Unión Vecinal, entre ellos el concejal Oscar Luciani, el dirigente Gerardo Amado y el electo concejal Roberto Monzón. También la abrazó una mujer a la que ella le dijo “hermanita, te quiero mucho, preparate porque vas a tener mucho trabajo”.
Visiblemente emocionada, la electa intendenta regresó al local partidario y enfrentó a los medios de prensa en un rol que sorprendió a muchos. No a ella, que hacía semanas que hablaba de su vaticinio de un triunfo. (PUNTO CERO-El Civismo).
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