lunes, septiembre 08, 2008

LUJAN. Sentencia “ejemplar” para los abusos de menores de la plaza Belgrano. “Los hechos traídos a juicio son pavorosos”

LUJAN, Setiembre 08, (PUNTO CERO-El Civismo) En fallo unánime, el Tribunal en lo Criminal Nº 3 sentenció a los tres acusados de corrupción de menores agravadas a 20 y 18 años de prisión.
Solicitó a la UFI Nº 1 que siga investigando, porque cuentan con elementos para suponer que más menores fueron víctimas de estos delitos sexuales. Y también que se analice el rol de un médico que realizó un aborto a una menor.
El juez de Menores que inició la investigación se mostró satisfecho por las condenas, aunque alertó que “en la plaza siguen pasando cosas, tal vez menos visibles”.
“Es importante que se sepa el final, o al menos parte del final, para este caso que había tenido tanta difusión. Además, a mi entender lo que se consiguió es una sentencia ejemplar”. La frase la pronunció -en diálogo con EL CIVISMO- el juez de Menores Dr. Marcelo Giacoia, en referencia a la sentencia, conocida a fines del mes pasado, en la causa caratulada “Montelpare, Aldo Aníbal; Huenchuñir, Fernando A. y Huenchuñir Carlos E. Sobre corrupción de menores agravada”.
El Tribunal en lo Criminal Nº 3 del Departamento Judicial Mercedes, compuesto por los jueces Eduardo Costía, Ricardo Marfía y Alejandro Caride encontraron culpables a los tres imputados y les dieron penas de prisión de entre 18 y 20 años.
A esa medida, se adosó la firme convicción de reenviar copias de las actuaciones a la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 para que continúe con la investigación ya que desde la Justicia se considera que existen elementos para imputar a más adultos en el delito juzgado, en el cual habrían sido víctimas ocho menores más.
Según consta en la sentencia, el Tribunal, en fallo unánime, resolvió:
- Condena a Aldo Aníbal Montelpare como autor criminalmente responsable de los delitos de corrupción de menores reiterada y estupro, éste último en modalidad de delito continuado, a la pena de veinte años de prisión, que deberá cumplir en la unidad carcelaria que el Poder Ejecutivo provincial designe, previa deducción del tiempo sufrido en detención preventiva, con las accesorias legales y el pago de costas del proceso.
- Condena a Fernando Aníbal Huenchuñir como autor penalmente responsable del delito de corrupción de menores reiterada –dos hechos enlazados en forma material entre sí- a la pena de dieciocho años de prisión con accesorias legales y costas.
- Condena a Carlos Manuel Huenchuñir como autor penalmente responsable del delito de corrupción de menores reiterada –dos hechos en concurso real entre sí- a la pena de dieciocho años de prisión con accesorias legales y costas.
Además, como se señaló más arriba, se dispuso la remisión de copias de la sentencia a la Unidad Funcional de Instrucción Nº 1 Departamental “a fin de promover y/o reactivar en su caso las investigaciones pertinentes en relación a los hechos presuntamente delictivos”.
Sobre este punto se detalló que “durante las primeras averiguaciones llevadas a cabo por el señor Juez de Menores, así como durante el resto de la pesquisa cumplida por el Ministerio Público Fiscal se recogieron múltiples y coincidentes referencias a muchos otros delitos. Algunos tienen características análogas a los que fueron examinados en el debate, así como varias más, de diversa naturaleza y gravedad, respecto de los cuales no quedó suficientemente claro si, a la hora de circunscribir el requerimiento a los tres imputados y a las tres víctimas que figuran en autos, la Fiscal actuante, doctora Miriam Rodríguez, tomó el recaudo de obtener fotocopias de las partes pertinentes a efectos de proseguir con las indagaciones en relación a todo aquel otro universo delictivo”. En otras palabras, el Tribunal explicó con términos legales su disconformidad con un trabajo fiscal que consideró incompleto.
Para favorecer la reactivación de la investigación de los abusos de la plaza Belgrano, se citaron ejemplos de los caminos que debería emprender el retorno al trabajo de la UFI Nº 1:
- Los posibles delitos de corrupción de menores y abusos sexuales agravados en relación a ocho menores más y la responsabilidad que en ellos podrían haber tenido tres mayores más, además de los condenados (uno de ellos prófugo de la Justicia).
- El ilícito de aborto de una criatura concebida por una de las víctimas que involucraría a Aldo Aníbal Montelpare y a un médico de la ciudad de Luján.
- El eventual injusto de promoción de la prostitución que también parece desprenderse de las plurales referencias de chicas que habrían tomado parte en viajes a la ciudad de Mar del Plata “para trabajar con hombres” auspiciados por mayores de edad nombrados en esas declaraciones.
“Siento la imperiosa obligación, de conciencia además de la puramente legal, de promover o en su caso reactivar su debida investigación”, escribió el doctor Caride. “Además de ello –agregó- las referencias a conductas abusivas sufridas por menores que frecuentaban la plaza y cuyas madres habrían estado en conocimiento de dicha situación sin adoptar los cuidados elementales que cabría esperar en defensa de sus hijos/as, me lleva sugerir también se dé formal intervención a la Asesoría de Menores Departamental para que asumiendo su rol (...) articule las presentaciones que por derecho correspondan ante los organismos judiciales (civiles o penales) y administrativos (autoridades municipales)".

DESDE EL SENTIMIENTO
En el fallo, Caride citó al perito psicólogo Mario Luis Peretti, de vasta experiencia en estos casos y que trabajó en el proceso judicial, quien consignó que una de las víctimas “mantiene perfecta conciencia de situación, confirmando que concurría a la casa de un hombre grande junto a su hermano y era accedido carnalmente por 5 pesos, habiendo ocurrido entre 10 y 15 veces. Y que esto mismo hacía con su hermano”.
Agregó el profesional que el menor amplió su declaración “y reconoció que con Aldo pasaba lo mismo dentro de la camioneta, ocurriendo también más de 10 veces por una remuneración de entre 10 y 15 pesos”.
De ese mismo informe se extrajo para la sentencia que una de las víctimas “pudo trasmitir detalles y datos de los hombres que compartieron con él hechos abusivos de los que fue víctima” y que “de Fernando (Huenchuñir) y el hijo recibía dinero a cambio de todo tipo de manejos sexuales en los lugares más diversos, como eran los baños de una confitería céntrica, una casa detrás de la iglesia (Basílica) o en el Parque Ameghino”.
En un contexto más teórico, el psicólogo citó a gran cantidad de autores que trataron la materia en análisis durante el juicio y afirmó que “a medida que los episodios traumáticos se van reiterando, las víctimas comienzan a desarrollar mecanismos para negar la realidad. Se preparan para no ver, no oír, no hablar y no sentir nada. Para ello deben embotar sus sentidos, aislándose de la realidad, transformándose en ‘criaturas psicológicamente muertas”.
El juez reparó en que “Montelpare prefirió guardar silencio cuando compareció aunque –con lo que parece cierta dosis de cinismo- al ser entrevistado por la perito psicológica de la Asesoría Departamental, mencionó estar tomando una medicación que le provocaba ‘falta de apetito sexual’ llegando a sostener que ‘hace cuatro años más o menos que no hago uso sexual”.
La sentencia es desgarradora cuando se interna en la descripción de los testimonios de las tres víctimas, en los análisis médicos que confirmaron la consumación de los hechos y en los pormenores de los mismos.
“Hay quienes dicen que los cirujanos o los médicos que atienden en guardias donde se reciben todo tipo de emergencias, desarrollan una suerte de acostumbramiento que, en alguna medida, los va tornando inmunes frente a los impactantes cuadros que muchas veces deben enfrentar, tomando distancia también del dolor de los pacientes”, reflexionó el juez Caride. “Desconozco si es cierto o no –afirmó-. Lo que sí puedo asegurar es que no importa cuántos años lleve uno dedicado a la tarea jurisdiccional; el transcurso del tiempo no tiene efectos ‘anestésicos’ que preparen al juez para mantenerse indiferente frente a los hechos tan espantosos como los que constituyen el objeto del caso”.
Caride no dudó en indicar que “los sucesos traídos a juicio son verdaderamente pavorosos. Tremendos. Y es que no se trata de delitos contra la propiedad, la seguridad o la administración pública. Son conductas que versan sobre el más infame quebranto moral de víctimas absolutamente expuestas e indefensas; sobre el gravísimo daño psicológico y aún físico de adolescentes –diría más bien casi de niños- a quienes se les arrebata de cuajo la inocencia, con todo lo que ello implica, en una edad en que deberían estar todavía entregados al juego y al estudio”.
Agregó en su fallo condenatorio que “difícilmente –ojalá me equivoque en ésta apreciación- las vidas de los menores afectados vuelvan a transcurrir por carriles de normalidad. Dios quiera que algún día puedan dejar atrás el recuerdo de los malos momentos atravesados y, fundamentalmente, las secuelas de las aberrantes prácticas a las que fueron sometidos”.

El juez de Menores Dr. Marcelo Giacoia habló del caso
“En la plaza siguen pasando cosas”
- Como juez que inició la investigación, ¿pudo ver la sentencia?
- Pude ver la sentencia y hay varias cosas que permiten reflexionar. Por un lado, es bueno que la opinión pública sepa que se inició una investigación con mucha trascendencia y que hoy se llega a un final que merece la misma trascendencia. O parte del final, porque falta gente. Pero es importante que hoy tome notoriedad porque si no queda la sensación de que en el tema de los chicos de la plaza no pasó nada. Y no fue así. Porque podés discutir cuestiones técnicas, pero a los fines de la repercusión es una sentencia ejemplar. La que se dictó es una sentencia ejemplar, es muy dura. Contempla penas de 18 y 20 años.
- ¿Cuáles son los aspectos más relevantes del fallo?
- Por un lado, es interesante que el Juzgado manda a investigar más sobre las actuaciones que nosotros habíamos hecho. De ahí surgían diez u once nombres y la Fiscalía no sé por qué se quedó con cuatro implicados. El Tribunal mandó a investigar estos nombres que quedaron en la investigación y la situación del aborto de una de las víctimas. Esto último lo teníamos medianamente redondeado y no sabemos qué fue lo que pasó. Lo que sigue dando un poco de bronca es la hipocresía de la gente de la zona, porque todo el mundo sabía.
- Lamentablemente, es algo que la sentencia no logra cambiar.
- No lo cambia, pero creo que le va a abrir el ojo a más de uno y se van a empezar a cuidar. Era una situación que estaba absolutamente naturalizada, era una fanfarroneada de algunos que mostraban mantener relaciones sexuales con “tal o cual pendeja”, desconociendo absolutamente todo lo que esto significaba. Y también hay que remarcar el laburo que sigue haciendo el municipio en cuanto a la contención terapéutica de estos chicos. Es un trabajo serio porque el daño que se les generó, lamentablemente, es importante.
- ¿Hay elementos para entender por qué la tarea de la fiscal se circunscribió a tres culpables?
- La verdad que no tengo la más pálida idea. Honestamente no sé por qué. A lo mejor era contra quienes había más elementos. El resto aparecen nombrados en la investigación pero había que trabajarlo un poco más. Es mi pensamiento. Pero de todos modos es buenísimo que se siga investigando, algo que consta muy claro en la sentencia.
- ¿Es común que los jueces, como en este caso, den expresiones desde el sentimiento que les genera la causa? Porque hablan de situaciones aberrantes, pavorosas, entre otras calificaciones.
- Ese Tribunal es muy particular. Los tres jueces son muy duros con este tipo de delitos. No sé si es muy común, como tampoco sé si son comunes las palabras que vertieron para la investigación que hicimos nosotros. Eso a uno lo pone muy bien porque en definitiva se ve que lo que uno hizo durante mucho tiempo, con mucho esfuerzo y con características casi artesanales, dio resultado. Obviamente que más lindo sería poder decir que los derechos de estos pibes nunca fueron vulnerados.
- Pero frente al hecho consumado...
- Exacto. Frente a eso es sumamente gratificante la sentencia y ojalá que también sea reparador para los chicos. La aplicación de la ley para este tipo de personas genera en los chicos una sensación reparadora. Ojalá que sea así.
- ¿Las víctimas siguen con contención?
- Sí, desde aquel entonces, con idas y vueltas, están contenidos desde lo terapéutico. Se labura bien.
- ¿Cómo está hoy la plaza Belgrano y su entorno, que fue donde se generaron estos hechos?
- Y, yo que vos lo dejo con un signo de interrogación. Creo que siguen pasando cosas. A lo mejor son menos visibles, con trata de personas mayores de edad, travestis o prostitución de adultos. A lo mejor con los menores se cuidan un poco más, pero no creo que las cosas hayan dejado de suceder en su totalidad. Hay cosas dando vueltas y estamos tratando, al menos desde el Juzgado de Menores, de realizar algunas tareas. Las cosas no están diez puntos. Mejoraron en relación con lo que pasaba antes, pero no se puede hablar de diez puntos. Ocurre que hay un marco legal nuevo que lo genera la Ley de Trata, que es sumamente interesante.
- ¿Hay una persona prófuga por esta causa?
- Hoy sí, lo que pasa es que esta persona no estaba prófugo porque había presentado un recurso en Casación y frenó la medida de detención del juez de Garantías. Pero hoy ese recurso está resuelto y la orden de detención está en Luján Primera.
- ¿Sabe si los condenados apelaron la sentencia?
- No lo sé fehacientemente pero entiendo que sí, porque la sentencia fue dura, aunque acorde con lo que sucedió. Pero hay más para indagar... hay más para indagar. Uno hizo artesanalmente lo que pudo.
- ¿Quedó pendiente resolver la intervención de un médico en el aborto practicado a una de las víctimas?
- Eso nosotros lo tenemos investigado en una causa aparte, pero no sé por qué la Fiscalía no lo siguió hacia delante. Es una investigación muy avanzada según los elementos que reunimos. Sabemos quién es el médico, sabemos todo, incluso la relación con más gente. (PUNTO CERO-El Civismo).

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