(Asteriscos Tv). La Cámara Argentina de la Construcción resaltó la importancia estratégica que la obra pública tiene para el desarrollo económico del país, ante algunas opiniones vertidas, antes del actual proceso electoral, relacionando las grandes obras de infraestructuras como parte del denominado “gasto público” y sugiriendo que deben ser objeto de un “ajuste”.
Si se analiza la evolución que esta crisis ha tenido en los principales países, y los planes de recuperación puestos en efecto en cada uno de ellos, se observa que todos tienen en común el estimulo a la inversión pública y privada en construcción, por su alto efecto multiplicador de la actividad, su rápido efecto sobre el empleo y por ser una verdadera industria de industrias.
Todo ello confirma que la construcción no es parte del problema sino que es parte de la solución. En ese sentido señalamos:
En el año 2008, se destinaron $ 23.000 millones del Presupuesto Nacional para inversión en Infraestructura y Vivienda.
Esa inversión pública generó actividad adicional en el sector privado, de proveedores y contratistas, por otros $ 30.000 millones, totalizando un efecto de la inversión pública sobre la economía del orden del los $ 53.000 millones.
Para ello, la Obra Pública ocupó, en 2008, una dotación estimada en 150.000 operarios, que recibieron aportes previsionales, contribuciones sociales y protección de ART. Además la obra pública ocupó a numerosos técnicos y personal superior.
Por otro lado, el empleo en empresas proveedoras, dedicadas a abastecer a esas obras, se estima en 40.000 operarios industriales, según estudios del Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara Argentina de la Construcción realizados en el año 2006.
Además, los trabajos realizados quedaron materializados como obras de infraestructura, que mejoran la productividad del país, o como viviendas sociales que resuelven problemas de salud y seguridad de la población.
En 2009, para compensar los efectos de la crisis financiera internacional, el Estado Nacional anunció su intención de mantener e, incluso, incrementar la inversión en obras, mediante la utilización de fuentes de financiamiento adicionales.
Mantener o incrementar la inversión realizada en los últimos años, permitirá entonces sostener el empleo, paliando fuertemente la situación laboral global, y generando una actividad económica que más que duplica la inversión realizada.
Esa inversión tiene, además, un retorno fiscal en impuestos del orden del 26% de manera directa, más otro 20 % de forma indirecta.
Contribuye a esos objetivos que, a la fecha, el Presupuesto Nacional se venga devengando a buen ritmo, con un avance de alrededor del 50 % del total para el primer semestre.
Además, recientemente, se han concretado los primeros mecanismos para posibilitar el aporte de fondos -adicionales a los presupuestarios- destinados a la inversión pública.
Si se analiza la evolución que esta crisis ha tenido en los principales países, y los planes de recuperación puestos en efecto en cada uno de ellos, se observa que todos tienen en común el estimulo a la inversión pública y privada en construcción, por su alto efecto multiplicador de la actividad, su rápido efecto sobre el empleo y por ser una verdadera industria de industrias.
Todo ello confirma que la construcción no es parte del problema sino que es parte de la solución. En ese sentido señalamos:
En el año 2008, se destinaron $ 23.000 millones del Presupuesto Nacional para inversión en Infraestructura y Vivienda.
Esa inversión pública generó actividad adicional en el sector privado, de proveedores y contratistas, por otros $ 30.000 millones, totalizando un efecto de la inversión pública sobre la economía del orden del los $ 53.000 millones.
Para ello, la Obra Pública ocupó, en 2008, una dotación estimada en 150.000 operarios, que recibieron aportes previsionales, contribuciones sociales y protección de ART. Además la obra pública ocupó a numerosos técnicos y personal superior.
Por otro lado, el empleo en empresas proveedoras, dedicadas a abastecer a esas obras, se estima en 40.000 operarios industriales, según estudios del Área de Pensamiento Estratégico de la Cámara Argentina de la Construcción realizados en el año 2006.
Además, los trabajos realizados quedaron materializados como obras de infraestructura, que mejoran la productividad del país, o como viviendas sociales que resuelven problemas de salud y seguridad de la población.
En 2009, para compensar los efectos de la crisis financiera internacional, el Estado Nacional anunció su intención de mantener e, incluso, incrementar la inversión en obras, mediante la utilización de fuentes de financiamiento adicionales.
Mantener o incrementar la inversión realizada en los últimos años, permitirá entonces sostener el empleo, paliando fuertemente la situación laboral global, y generando una actividad económica que más que duplica la inversión realizada.
Esa inversión tiene, además, un retorno fiscal en impuestos del orden del 26% de manera directa, más otro 20 % de forma indirecta.
Contribuye a esos objetivos que, a la fecha, el Presupuesto Nacional se venga devengando a buen ritmo, con un avance de alrededor del 50 % del total para el primer semestre.
Además, recientemente, se han concretado los primeros mecanismos para posibilitar el aporte de fondos -adicionales a los presupuestarios- destinados a la inversión pública.
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