La Comisión Interna de la TV Pública rechazó la "demonización de Juan Miceli", luego de que el periodista, en el noticiero del canal estatal, le preguntara al diputado Andrés "Cuervo" Larroque por qué La Cámpora entregaba donaciones anónimas con pecheras que los identificaban.
La comisión de la TV Pública, canal en el que trabaja Miceli, consideró que hubo una "campaña que tuvo centro en el programa 678 y que se ha extendido por una importante cantidad de medios".
El comunicado completo:
"La comisión interna del noticiero de la TV Pública repudia la demonización del periodista Juan Miceli, desatada luego de que el conductor de Visión 7 Mediodía le preguntara al diputado Andrés Larroque acerca del uso de pecheras de La Cámpora y otras agrupaciones de Unidos y Organizados durante las tareas de acopio y reparto de las donaciones realizadas por las víctimas de la inundación en La Plata. Esta campaña, con centro en el programa 678, se ha extendido por una importante cantidad de medios".
"La irritación que provoca la pregunta de Miceli se explica con facilidad: preguntar sin condicionamientos no forma parte de la idea de periodismo y libertad de expresión que le agradaría al diputado Larroque".
"Esto le valió al compañero Miceli ser calificado por 678 como “vocero de la derecha”, “periodista del establishment”, y “corporativo”.
Estas calificaciones son las que generan las condiciones para someter a escarnio a un periodista que trabaja hace tres años como una de las caras mas conocidas del noticiero de la TV Pública, y no tiene ninguna vinculación actual con el Grupo Clarín".
"La reacción de Larroque, que increpó a Miceli preguntándole su nombre al aire, es un claro intento de intimidación, y en la que demuestra desconocer que este es un canal público y no gubernamental. Esta pregunta fue convenientemente editada y eliminada en la versión de los hechos presentada por los programas producidos por Diego Gvirtz, en un acto de manipulación".
"Luego de eso, se pasó a la demonización, homologando un periodista individual a una corporación y utilizando el archivo como arma de demolición a la carta, con un claro objetivo: actuar de manera ejemplificadora a través del miedo para evitar la repetición de similares actos de “rebeldía”".
"La etapa siguiente del escarnio es instalar la idea de que la pregunta de Miceli a Larroque fue el detonante de los incidentes entre militantes oficialistas y supuestos integrantes de la UOCRA, una narración conspirativa planteada explícitamente por el diputado Juan Cabandié y difundida por nuestro noticiero. Por lo tanto, es necesario aclarar que eso nada tiene que ver con la opinión de los periodistas trabajadores de prensa de Canal 7".
"El pluralismo de la TV Pública no le debe nada a las autoridades de la empresa, sino a una historia de lucha y compromiso en defensa de los medios públicos y la democratización de la información que no empezó en 2003, sino mucho antes".
"Sería bueno preguntarse qué tipo de política –y particularmente- qué clase de política de medios y de comunicación tienen aquellos que califican de“antipolítica” las preguntas incómodas y las críticas a las decisiones, acciones y discursos del gobierno, vengan de donde vengan, acertadas o no, pero de cualquier manera legítimas para los trabajadores de prensa".
En ese sentido, reivindicamos el absoluto e incuestionable derecho de los periodistas de la TV Pública, y de todos los demás medios, a ejercer su profesión libremente y sin condicionamientos de ninguna índole, lo que incluye los del poder político de turno.
La comisión de la TV Pública, canal en el que trabaja Miceli, consideró que hubo una "campaña que tuvo centro en el programa 678 y que se ha extendido por una importante cantidad de medios".
El comunicado completo:
"La comisión interna del noticiero de la TV Pública repudia la demonización del periodista Juan Miceli, desatada luego de que el conductor de Visión 7 Mediodía le preguntara al diputado Andrés Larroque acerca del uso de pecheras de La Cámpora y otras agrupaciones de Unidos y Organizados durante las tareas de acopio y reparto de las donaciones realizadas por las víctimas de la inundación en La Plata. Esta campaña, con centro en el programa 678, se ha extendido por una importante cantidad de medios".
"La irritación que provoca la pregunta de Miceli se explica con facilidad: preguntar sin condicionamientos no forma parte de la idea de periodismo y libertad de expresión que le agradaría al diputado Larroque".
"Esto le valió al compañero Miceli ser calificado por 678 como “vocero de la derecha”, “periodista del establishment”, y “corporativo”.
Estas calificaciones son las que generan las condiciones para someter a escarnio a un periodista que trabaja hace tres años como una de las caras mas conocidas del noticiero de la TV Pública, y no tiene ninguna vinculación actual con el Grupo Clarín".
"La reacción de Larroque, que increpó a Miceli preguntándole su nombre al aire, es un claro intento de intimidación, y en la que demuestra desconocer que este es un canal público y no gubernamental. Esta pregunta fue convenientemente editada y eliminada en la versión de los hechos presentada por los programas producidos por Diego Gvirtz, en un acto de manipulación".
"Luego de eso, se pasó a la demonización, homologando un periodista individual a una corporación y utilizando el archivo como arma de demolición a la carta, con un claro objetivo: actuar de manera ejemplificadora a través del miedo para evitar la repetición de similares actos de “rebeldía”".
"La etapa siguiente del escarnio es instalar la idea de que la pregunta de Miceli a Larroque fue el detonante de los incidentes entre militantes oficialistas y supuestos integrantes de la UOCRA, una narración conspirativa planteada explícitamente por el diputado Juan Cabandié y difundida por nuestro noticiero. Por lo tanto, es necesario aclarar que eso nada tiene que ver con la opinión de los periodistas trabajadores de prensa de Canal 7".
"El pluralismo de la TV Pública no le debe nada a las autoridades de la empresa, sino a una historia de lucha y compromiso en defensa de los medios públicos y la democratización de la información que no empezó en 2003, sino mucho antes".
"Sería bueno preguntarse qué tipo de política –y particularmente- qué clase de política de medios y de comunicación tienen aquellos que califican de“antipolítica” las preguntas incómodas y las críticas a las decisiones, acciones y discursos del gobierno, vengan de donde vengan, acertadas o no, pero de cualquier manera legítimas para los trabajadores de prensa".
En ese sentido, reivindicamos el absoluto e incuestionable derecho de los periodistas de la TV Pública, y de todos los demás medios, a ejercer su profesión libremente y sin condicionamientos de ninguna índole, lo que incluye los del poder político de turno.
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